El arquitecto alemán jefe del proyecto del Santiago Bernabéu habla por primera vez: "Cuando nos lo adjudicaron nos compramos camisetas para nuestros hijos"
Markus Pfisterer, de GMP, valora lo que supone para un profesional realizar una obra como la del estadio del equipo blanco.
Se habla más de su obra que de él. No suele ocurrir en el arte, en el que la vida y mística de pintores y escultores llena libros, pero quizá sí en la arquitectura. Y sucede con el Santiago Bernabéu, una reforma majestuosa en boca de todos que no deja de ser noticia. Primero por las obras y sus molestias, luego por su inauguración y sus espectaculares innovaciones (hipogeo, marcador 360, etcétera), por los eventos que ya ha albergado y podría albergar (conciertos de estrellas mundiales, NFL, UFC...) y últimamente por los problemas que está acarreando a los vecinos, sobre todo por la insonorización.
Nadie conoce en el imaginario colectivo. Se trata de Markus Pfisterer, autocatalogado en Linkedin como socio de GMP (Gerkan, Marg und Partner), empresa alemana con sede en Hamburgo que se ha encargado de la reforma del recinto del Real Madrid y en cuya historia figuran las obras de otros muchos estadios: el Olímpico de Berlín en 2005, el Olímpico de Kiev en 2011 o el estadio Nacional de Varsovia en 2011, además de muchos otros en Alemania, los últimos en Colonia y Frankfurt.
A Pfisterer no se le conoce, entre otras cosas, porque ni él ni su empresa no se han dejado ver demasiado públicamente. Ni para lo bueno —que el Bernabéu lo tiene y mucho—, ni para lo malo —que también lo hay—, sobre todo para aquellos que sufren y denuncian los inconvenientes que les ha traído la nueva estructura y los conciertos que allí se han celebrado hasta su paralización.
En una entrevista con el sitio especializado Architectural Digest España, el arquitecto alemán, jefe del proyecto de GMP en el estadio del Real Madrid, ha valorado la obra y ha puesto al día de las novedades que aún están por llegar en el estadio, si bien, no ha contestado —ni recibido ninguna pregunta al respecto—, sobre el porqué no se insonorizó adecuadamente.
Pfisterer recuerda que han pasado once años desde que conocieron oficialmente que GMP se haría cargo de la obra del Santiago Bernabéu. Once años más otros dos de preparación del concurso de adjudicación. "Lo primero que hicimos fue comprara camisetas del equipo. Nuestro fundador, Volkwin Marg, compró nueve camisetas del Real Madrid para sus nietos", rememora.
La obra fue adjudicada a GMP junto a los estudios locales L35 Arquitectos y Ribas & Ribas Arquitectos y Pfisterer recuerda los momentos en los que el Bernabéu seguía alojando partidos del Real Madrid mientras simultáneamente se realizaban las obras. "Una construcción de estas características se asemeja mucho a un aeropuerto: puedes inaugurarlo en cualquier momento, pero el rodaje y la consolidación lleva su tiempo", compara, reconociendo que la pandemia ayudó mucho en el avance de los trabajos.
El jefe del proyecto valora la experiencia de modificar el estadio como "una experiencia excepcional. El estadio y el club están muy conectados y para un arquitecto es increible comprobar que su trabajo apela a los sentimientos de la gente. Construir un edificio que resuelve un problema es algo grato, pero es más satisfactorio si además consigues materializar algo que es capaz de transmitir emociones. Es un privilegio hacer feliz a la gente", concluye.
Sobre los trabajos que se siguen realizando en el estadio blanco, el arquitecto alemán habla de que el recinto será "un espectáculo fantástico", debido al sistema de iluminación exterior. "Trabajamos en otras renovaciones y mejoras de los baños y otras áreas de servicio. La buena noticia es que lo más importante ya está en marcha, como la cubierta retráctil, la fachada, el invernadero del césped, el museo…", relata.