REAL MADRID

Afloran nuevas quejas contra un Santiago Bernabéu que "no puede ser una discoteca, porque no se puede insonorizar"

Enrique Martínez de Azagra, presidente de 'Perjudicados por el Bernabéu' señala los problemas que origina en la salud de "más de 2.000 personas".

Imagen de la afición del Real Madrid a las puertas del Bernabéu./Europa Press
Imagen de la afición del Real Madrid a las puertas del Bernabéu. Europa Press
Guillermo García

Guillermo García

Las pulgas se le acumulan a un Real Madrid que no tiene nada de perro flaco, pero que en las últimas semanas ha visto cómo los problemas se agolpaban a las puertas del club. Y todo comenzó por una protesta vecinal que ha trastocado por completo los planes del club blanco para el nuevo Santiago Bernabéu y que ha llevado al tribunal a José Ángel Sánchez, director general y administrador único de Estadio Bernabéu SL por la comisión de un supuesto delito medioambiental por los ruidos de los conciertos.

El Juzgado de Instrucción n.º 53 de la capital admitió a trámite el pasado 26 de julio una querella presentada por la Asociación Vecinal de Perjudicados por el Bernabéu y, tras apreciar indicios de delito por el exceso de decibelios provocado por los conciertos y ensayos que, desde que se reinauguró el feudo blanco, se han celebrado en él. La entidad paralizó el 13 de septiembre los conciertos en el Bernabéu ante las quejas de los ciudadanos del barrio, que lamentan el "jaleo insoportable" que provocan y aportaron informes periciales de ingeniería acústica para demostrar que las actuaciones excedieron el nivel de decibelios permitidos por la normativa.

El conflicto entre los habitantes de los inmuebles aledaños al Bernabéu y el club blanco está lejos de calmarse y siguen las protestas de los vecinos contra el ruido que se generó en los conciertos y que se generará si no se toman unas medidas que algunos como Enrique Martínez de Azagra, presidente de 'Perjudicados por el Bernabéu', ven imposibles de llevarse a cabo.

"El estadio no se puede convertir en una discoteca porque no está insonorizado y no se puede insonorizar", afirmaba anoche en El Partidazo de Cope el presidente de otra asociación vecinal perjudicada por los ruidos del feudo blanco. Martínez de Azagra asegura que ve una solución complicada al conflicto entre los residentes de la zona y el club que preside Florentino Pérez. Al menos tras las consultas que han realizado por su cuenta.

"Hemos hablado con ingenieros de sonido, y es virtualmente imposible, tendrías que cerrar herméticamente todo el estadio. Hemos tenido 18 conciertos más sus ensayos, es un disparate bestial. Se han superado más de dos mil setecientas ochenta veces los niveles legales permitidos", recuerda este socio del Real Madrid, que ha calificado al ruido que sale del feudo madridista como "un patógeno que genera problemas muy graves de salud".

"No estamos hablando de fútbol, de caprichos, no estamos hablando de cargarnos nada que fuera normal. Estamos hablando de un problema de salud. Esto no tiene solución"

Martínez de Azagra recuerda su condición de madridista, como la de muchos otros vecinos, y recalca que esto no es una guerra contra su club, pero sí contra la decisión de albergar eventos y conciertos en el Bernabéu. "No estamos hablando de fútbol, de caprichos, no estamos hablando de cargarnos nada que fuera normal. Estamos hablando de un problema de salud. Esto no tiene solución. Me duele porque soy madridista y abonado, y la gran mayoría de afectados somos también abonados del Real Madrid. A mí me duele que la Junta Directiva haya cometido un error tan serio por haber diseñado un modelo de negocio imposible por las consecuencias y que ha necesitado de una inversión considerable".

Un nuevo argumento contra la celebración de conciertos en el Santiago Bernabéu. Algo que preocupa al Real Madrid tanto como el rendimiento de sus jugadores en el campo. No obstante el Nuevo Bernabéu, cifrado en un inicio en 525 millones, se ha encarecido hasta elevar la financiación de las obras a 1.170… y la sombra de la petición de un cuarto crédito, que debería ser aprobada por los socios representantes en las Asambleas Generales de finales de noviembre, ya planea en el ambiente con lo que eso conlleva.