Un arreón de 15 minutos que nadie esperaba explica la metamorfosis del Barça en cinco meses

Ganó el FC Barcelona en Girona (1-4). Y lo hizo con una extraordinaria carta de presentación. Nada distinto a lo que está haciendo el cuadro culé en este inicio de curso. Lo están bordando. Y ni con el parón de selecciones han bajado el pistón. Flick no lo permitiría. Es su modus operandi. El partido era especialmente importante para la plantilla azulgrana. Los dos resultados adversos del pasado curso ante los de Míchel hicieron mucho daño. 2-4 en Montjuïc y 4-2 en Montilivi. Especialmente duro fue el tropiezo a domicilio.

Venía el Barça de ratificar a Xavi Hernández y ganar sufriendo al Valencia. Pocos días después, el equipo se derrumbó como un castillo de naipes. Y eso que durante 60 minutos el cuadro culé fue infinitamente superior. Podría haber goleado. Pero solo fue capaz de colocarse 1-2. Con un balón perdido por Sergi Roberto en la medular y la entrada de Portu, el partido cambió por completo. En 10 minutos, los gerundenses voltearon el marcador para acabar ganando 4-2, clasificarse para la Champions de manera matemática y poner el punto y final a Xavi en el banquillo.

La historia que escribieron los chicos de Flick cinco meses más tarde fue completamente distinta. Todo fue diferente. La puesta en escena, el resultado y las sensaciones que sigue proyectando este equipo. El once titular también. Seis caras nuevas en el cuadro de Flick. Este es un Barça intenso, que presiona arriba la salida de balón del rival y aprieta de manera asfixiante tras pérdida.

Sin ir más lejos, el primer tanto de Lamine nació, precisamente, de una presión a David López. Yamal le encimó, robó y superó al portero argentino con un potente disparo a media altura. "Hemos mejorado mucho en ese aspecto. Tenemos claro lo que nos pide el entrenador y cómo nos tenemos que colocar y eso nos ha dado el primer gol", reconocía Pedri.

La puesta en escena y las señas de identidad de Flick son claras. Y de momento están funcionando a la perfección. El hambre de este equipo es incontestable. Lo demostró ante el Valladolid y frente al Girona. Son insaciables y aquí el trabajo de Hansi y su cuerpo técnico es capital. Como también lo son los preparadores físicos del excelente nivel mostrado por el equipo en este arranque. En Montilivi, y a falta de 15 minutos y ganando 0-4, los blaugranas, de negro, siguieron apretando. Y así llegaron un sinfín de ocasiones que pudieron haber engrosado el marcador final.

El inicio de campeonato culé no tiene ningún pero. Todo funciona. En ataque, el Barça ha marcado 17 goles en cinco partidos y solo ha encajado cuatro. Números de campeón. Ataca y acaba las jugadas. Y defiende alto alejado del área de Ter Stegen. Es pronto. LaLiga acaba de empezar, pero estos primeros cinco partidos sirven para ilusionar a una hinchada que ya piensa en grande. En Girona, el Barça se exhibió tras pasarlo realmente mal cinco meses atrás.