MAN. UNITED - ATHLETIC CLUB

Djaló y la oportunidad de enterrar una temporada para olvidar

El fichaje estrella del Athletic acapara los focos tras mucho sufrimiento y dudas por su rendimiento en su primer año.

Djaló, durante el último derbi vasco disputado en Anoeta./Athletic Club
Djaló, durante el último derbi vasco disputado en Anoeta. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Si a cualquier aficionado del Athletic Club le hubiesen dicho hace siete días, con la ciudad volcada, optimista e ilusionada con superar al Manchester United que llegaría a la vuelta de las semifinales con tres goles de desventaja y sin sus estrellas no se lo hubiese creído. Pero el fútbol es esto. Momentos. Cuesta asimilarlo en el entorno, sobre todo porque este grupo ha sido capaz de competir a lo largo de todo el curso. Es una situación nueva. Se han buscado resquicios para agarrarse al milagro de Old Trafford, que está más complicado que nunca. Y allí, como un clavo ardiendo, aparece Álvaro Djaló. Un futbolista que ha sufrido mucho durante el curso y que esta noche tendrá una oportunidad de resarcirse.

La dura realidad es que Ernesto Valverde tiene que conformar un once sin Dani Vivian, Oihan Sancet y los hermanos Williams. Hay algunas dudas, pero lo que parece evidente es que el fichaje más caro de los últimos años estará en el césped. Djaló, que llegó a Bilbao generando mucha ilusión por su rendimiento en el Sporting de Braga, ocupará una de las bandas y será uno de los argumentos ofensivos, junto a Berenguer o Maroan Sannadi. Una oportunidad que tampoco nadie hubiese creído hace siete días.

El extremo ha sufrido mucho en los últimos meses.Enamoró en sus primeros entrenamientos en Lezama, impactando incluso a sus propios compañeros, que estaban asombrados con la facilidad con la que veía puerta y esquivaba rivales. El club se frotaba las manos, aún sin saber si Nico Williams abandonaría la entidad. Había plena confianza en un movimiento de mucho valor, tras haber pagado 15 millones fijos para incorporar a un futbolista que venía de marcar cinco goles en la Champions, uno de ellos al Real Madrid. Sus primeros partidos en pretemporada confirmaron esas sensaciones, con goles y asistencias en los amistosos.

Una lesión en un partido de preparación en Inglaterra cortó su puesta a punto y echó por tierra todo. Algo se rompió. Y desde entonces no volvió a ser el mismo ni futbolística ni anímicamente, según cuentan desde el club. Tuvo oportunidades en los primeros encuentros oficiales de la temporada y marcó su único gol del curso, tras recuperarse de esta lesión muscular. Pero con el paso de los días lo que eran halagos se convirtieron en críticas. Demasiado duras, muchas veces. El Txingurri intentó recuperarle para la causa, pero la sensación era la de un futbolista perdido en el terreno de juego. Anímicamente no consiguió darle la vuelta y se fue haciendo pequeño.

Hace unas semanas, cuando regresó de otra larga lesión en el tobillo que le alejó de los terrenos de juego dos meses, desde el club se transmitía confianza. Al menos, decían, volvía a sonreír y a mostrar en los entrenamientos la chispa del comienzo de curso. Y eso ya era mucho porque ha sufrido mucho y por el camino ha perdido la confianza en su primer año en la élite del fútbol. El sueño que había perseguido desde muy joven, cuando jugaba en clubes modestos de Bizkaia o cuando partió a Portugal en busca de una oportunidad que parecía imposible de cumplir.

En el terreno de juego, sin embargo, no ha podido brillar. Dejó algún brote verde en los duelos ante el Rayo Vallecano y la Real Sociedad. Sin alardes, pero recuperando poco a poco sensaciones. Y en ese contexto aparecen unas semifinales de la Europa League con muchas bajas que le abren de par en par las puertas de la titularidad. Con todo perdido, la afición se agarra a que su fútbol florezca de golpe. Su nombre ha retumbado esta noche en Shambles Square, el punto de reunión de los miles de aficionados rojiblancos que han viajado a Manchester.

La irregularidad del United, el otro clavo

Si hay alguna esperanza de remontar, esta pasa también por la irregularidad de un Manchester United que está cuajando una de las peores campañas de su historia en los torneos nacionales. Los británicos no han perdido un solo partido en la Europa League, pero deambulan por la Premier League castigados por una defensa que hace aguas demasiadas veces. Y ahí aparece una ventana de esperanza. Hasta diez veces los mancunianos han recibido este curso tres goles o más. Los mismos que necesita el Athletic para conseguir llevar la eliminatoria a la prórroga.

De esas diez ocasiones, seis de ellas han sucedido en Old Trafford. Incluso, el Bournemouth, el Tottemham o el Liverpool han conseguido resultados que servirían al conjunto vasco para seguir con vida al menos hasta los 30 minutos extra. Es evidente que el reto es muy complicado, pero el vestuario se aferra a un milagro. "Si el fútbol nos sonríe, voltearemos la eliminatoria", decía Yeray Álvarez ayer. "Esto es fútbol, cualquier cosa puede pasar y siempre esperamos lo mejor", lanzaba Valverde. Quién sabe. Es el Teatro de los Sueños y el Athletic nunca tuvo uno tan ambicioso.