El otro español detrás de la revolución de Míchel y Nacho en Arabia: Carlos Antón, un desconocido que pronto dará que hablar
El Al-Qadsiah está siendo la revelación de la Saudi Pro League.
Es el equipo de moda en la Saudi Pro League. El Al-Qadsiah, recién ascendido desde Segunda, ya mira de tú a tú a los 'jeques' del torneo. Tanto que en la última jornada ganaron al Al-Nassr de Cristiano Ronaldo en su casa. Es la revolución no solo de Míchel, sino también de Nacho, Aubameyang… y Carlos Antón, sin el que nada de lo que está sucediendo sería posible.
Este madrileño que ni siguiera llega a los 40 es un buscavidas del fútbol que ha recorrido medio mundo para acabar liderando deportivamente desde hace año y pico el club de la ciudad de Khobar. Su currículum recoge que a los 24 ya tenía la licencia de entrenador Pro, una etapa formativa en Las Rozas, un paso de scout por el Madrid, entrenador de cantera en Málaga y Bristol, analista en el Derby County, técnico del San Roque y salto a Asia, federaciones de Hong Kong y Kuwait.
Dicen que cuando llegó los entrenamientos poco menos que eran a la carta. Los jugadores iban cuando podían. 15 meses después el Al-Qadsiah es quinto, confirmado como equipo revelación del torneo. Lógicamente su apuesta y conexión con Míchel han sido determinantes para el ahora, aunque lo más importante sea el mañana. El proyecto del club, cuya propiedad es del gigante Aramco, va mucho más allá que una buena irrupción en la Saudi Pro League.
El club no deja de incorporar talento extranjero con el que inspirar y formar al local. En los últimos meses han llegado un readaptador, un dietista, un entrenador de fuerza, un psicólogo… La profesionalización de la estructura es un imperativo. Del mismo modo que se está construyendo un estadio con capacidad para 47.000 espectadores que albergará partidos del Mundial 2034. Se espera su inauguración en 2026.
Nada de lo anterior tendría sentido sin lo puramente deportivo. Para entender el desempeño del equipo rojo hay que retrotraerse a los momentos donde se toman las decisiones de planificación. Primero, con la contratación de Míchel en octubre del año pasado. Desde ahí el equipo empezó a ir hacia arriba hasta lograr el ascenso. Una vez en lo alto, cero dispendio, rumbo competitivo.
Porque Al-Qadsiah desmonta el mito de que a Arabia los jugadores van de retirada. La dupla Antón-Míchel se juntó para hacer entrevistas personales a los jugadores candidatos a recalar en sus filas. Ahí se descartó y se apostó. En media hora de charla se ven muchas cosas. Tenían claro que los extranjeros que llegaran debían de ser ejemplo para los saudíes. Que el liderazgo del vestuario fuera de ellos y no del cuerpo técnico. Acertaron de pleno. Nacho, ya capitán, es un faro en sí mismo. Nadie le gana a profesional. A partir de ahí, todos en fila. Por eso, echando la vista atrás, para nada se arrepienten o lamentan de que Dybala o Morata no recalaran.
El mercado les está dando la razón. Quiñones, Nández, Casteels, Ezequiel Fernández, Gastón Álvarez, el suizo de raíces españolas Cameron Puertas… Jugadores contrastados pero competitivos. Además, se mira y cuida la cantera. No podía ser de otra manera con Míchel de entrenador, un habitual de las gradas cuando juegan los equipos filiales. Ya han debutado cuatro chavales de la base. Se trata de sembrar y apostar. Antón, por relaciones y aciertos, dará cada vez más que hablar en el mercado.
En el staff de Míchel están su inseparable Mandiá, Quique Sanz (preparador físico),y su hijo Adrián, que está viviendo una experiencia formativa que quién sabe dónde le acabará llevando. La atmósfera de trabajo generada es óptima para el proyecto que están construyendo en Khobar, la pequeña gran revolución española en la pujante Saudi Pro League.