ELECCIONES RFEF

Todo lo que se encontró Carlos Herrera (y cualquier otro 'outsider') cuando quiso presidir la RFEF: "Se sienten atacados"

Los que han pasado el tedioso proceso de recolección de avales para la presidencia de la Federación explican los muros contra los que se da cualquier candidato.

Carlos Herrera, en una conferencia. /ARCHIVO
Carlos Herrera, en una conferencia. ARCHIVO
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Carlos Herrera se pone cada mañana sus gafas, su camisa y se planta delante de un micrófono para hablarle a varios millones de personas. Se pasa horas opinando, informando o bromeando, lo que toque según el horario y la audiencia. Piensa en grande, porque es una estrella, y un día soñó con ser presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Algún amigo con redes interminables en el deporte hizo por echarle una mano, llamaron a unos y a otros tan solo para darse cuenta de la dura realidad: si no eres de la tribu puedes ir olvidándote.

La realidad es que nunca hubo unas elecciones en las que se diesen mejores condiciones para que algún 'outsider' se presentase y ganase. Al fin y al cabo el presidente elegido cayó en desgracia y su delfín había sido inhabilitado. Cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta, que dice el dicho. Pero no, a pesar de que ha habido interés de varios, gente cualificada y con plataformas potentes, los tres candidatos serán, para sorpresa de nadie, tres presidentes de federaciones territoriales.

La historia de los que se quedaron por el camino arranca siempre con las mejores intenciones y rápido ven cómo todo se derrumba cuando los que tienen algo de poder en el mundo del fútbol ni siquiera hacen amago de escucharles.

Lo explica con meridiana claridad Javier González Calvo, que en primavera se planteó dar el paso y, de hecho, tiene impugnado el proceso al entender que la convocatoria no ha seguido el procedimiento correcto: "Yo llevo tiempo en el fútbol, soy abogado, he trabajado para la Federación, LaLiga, AFE... Me quise meter porque había mucha gente muy inquieta, sobre todo jugadores, gente que me animó. Creía que era el momento, después del vacío que dejaron Luis y Rocha, de poder intentar hacer algo. Pero desde el primer momento ya se vio que la relación personal que puedas tener con ellos cambia, porque se sienten atacados: va a venir alguien de fuera a moverles su cortijo. Cuando trabajaba con ellos estupendamente, el trato era genial, incluso de amistad, pero en el momento en el que ya promueves que hay posibilidades de poder presentarte a la presidencia la gente y te ve de otra manera".

Las puertas se cierran, los teléfonos no se cogen y una sucesión de mensajes llegan a las candidaturas de los externos invitándoles a no meterse donde no les llaman. El gran salto que hay que llevar a cabo no es la votación final, por difícil que esta sea, porque ese día son 141 personas votando en secreto. Lo difícil es encontrar los avales, que los que están dentro pongan su nombre y firma en un papel para dar su confianza en un candidato. Lo es mucho más por la Orden Ministerial que ha regido el proceso en este ciclo olímpico. Una que, además, no respetó el primer borrador trazado por los expertos, que abría las opciones para que cada asambleísta pudiese dar su refrendo a más candidatos.

"El sistema lo impide. Esta Orden Ministerial fue modificada en febrero de este año por Víctor Francos y por Uribes. Se lo advertimos, yo les mandé casi 70 enmiendas para que esto fuese legal. Lo peor que le ha pasado al fútbol español es haber quitado lo de que se pudiese dar el aval a varias personas, porque el aval único hace unas elecciones anticipadas. Nadie puede entrar de fuera, yo eliminaría los avales", explica Miguel Galán, que conoce como muy pocos las entrañas de este mundo, aunque solo sea porque es el que más se ha opuesto a él.

Esas son las normas, que ya lo ponen complicado, pero en ocasiones hay proyectos muy ambiciosos que lo intentan. Es el caso de la candidatura de Juanma Morales, empresario exitoso, rodeado de futbolistas, con buenas conexiones en sitios importantes y ejecutivos de reconocido prestigio trabajando junto a él. El intento les llevó, a ellos sí, muy cerca, pero no lo suficiente.

La presentación de la candidatura de Juanma Morales, con Amanda Sampedro, David Silva, Virgina Torrecilla y Luis Milla.
La presentación de la candidatura de Juanma Morales, con Amanda Sampedro, David Silva, Virgina Torrecilla y Luis Milla.

La AFE y LaLiga

Una fuente de la candidatura deja sus reflexiones sobre lo que ha visto tras embarcarse en este proyecto. "Creo que hay mucha literatura hablando sobre el tema, diciendo que las territoriales lo controlan todo, en parte es verdad, son la familia, que decía Villar, y tienen mucha influencia, pero hay un matiz importante. Hay dos colectivos, los jugadores, que son 32, y los clubes profesionales, que son 24, que tendrían la capacidad de dar los avales. Tebas y Aganzo tiene muchas posibilidades en este proceso", explican.

En esta ocasión, LaLiga ha decidido por primera vez no tener un candidato propio. No hay declaraciones expresas, pero quienes conocen el proceso dicen que sus fuerzas están alineadas con Rafael Louzán. La AFE, por su parte, ha pedido a sus asambleístas que no firmen su aval a ningún peticionario. Lo que podría entenderse como una señal de neutralidad en la práctica hace el muro mucho más alto para todos los candidatos externos que quieran postularse.

"Yo a Aganzo le diría como a José Martí en Cuba, si no quieres luchar por lo menos ten la decencia de dejar luchar a los que estamos ahí. Si tú no quieres posicionarte, vale, pero no digas a tus asambleístas que no den el aval a nadie", remarca Galán, que cree que el problema, en este caso concreto, tiene que ver con la relación de AFE con LaLiga, que en esta explicación habría solicitado al sindicato que no se metiese en esa guerra para allanarle el camino a Louzán.

González Calvo pone un matiz en esto, no cree que el sindicato tenga tanto poder como parece, porque los barones territoriales también consiguen arañar algunos asambleístas en ese estamento. A diferencia de Galán, él sí entiende esa neutralidad de Aganzo: "En este momento en el que hay tres candidatos, o dos, porque básicamente son dos [Merchán y Louzán riman], seguramente pueda conseguir más gracias a esa posición en la que todavía no se ha decantado por nadie".

Esa desaparición de los votos de los futbolistas, un estamento poderoso, ha hecho que Morales, Eva Parera o Gerardo González, que o bien lo han intentado o por lo menos se lo han planteado, se hayan quedado fuera. Todos creen, además, que estas semanas de frenética actividad para detenerles tiene un sentido, y es que es mucho más sencillo quitárselos de en medio en la previa que en los propios comicios, cuando el voto es secreto. "Yo conozco clubes y presidentes y muchos me han dicho, 'Yo hubiera dado el aval a los tres. Así no quedó mal con nadie'. Y luego la votación es otra cosa. La votación luego es secreta y cada uno votará en conciencia", explica Galán, que en algún momento pensó que Morales o González tenían opciones de aparecer en la papeleta.

Hay más trabas para los que vienen de fuera. "Es curioso que a aquellos que se vayan a presentar no les entreguen un censo, tienen que ir a buscarlo por cada territorial y por cada estamento. Es imposible hacerte con él si no tienes contacto en cada uno de los estamentos de la Federación. Solo te dicen los nombres cuando ya son asambleístas, pero no quiénes pueden optar a ser asambleístas", explica González Calvo, que deja claro que esto no ha terminado, él era consciente de lo difícil del proceso desde antes de empezarlo, pero si no se empieza no hay futuro. Así que lo volverá a intentar.

Galán esta vez no ha hecho una búsqueda activa de apoyos, pero sí la llegó a hacer en su momento contra Villar: "¿Qué me encontré yo cuando me enfrenté contra Villar? Pues me encontré al presidente de los árbitros diciéndole a los asambleístas que ni se les ocurriera votar a mí, que había que votar a Villar. A presidentes de club diciéndome que tienen miedo por los arbitrajes, incluso de clubes de Primera División. Es verdad que los presidentes de las territoriales no se quisieron reunir conmigo ninguno. Ninguno. Hasta gente a la que yo había hecho favores personales no me cogía el teléfono".

El gremio de los árbitros suele ser el más controvertido en el proceso, porque tienen un doble papel. Por un lado son asambleístas, conforman un estamento con sus votos y su poder. Por otro, son empleados, y como tal dependen en buena medida del siguiente presidente de la RFEF o de los presidentes de las federaciones autonómicas. Una mezcla complicada.

"El caso más importante es el de los árbitros. Si no les votan pues no arbitran, a los hechos me remito. Los tres que fueron a la Eurocopa eran asambleístas. ¿Quién es también asambleísta? la árbitra que ha subido a Segunda División. Si es que está a la vista, no se esconden", remarca González Calvo.

El que más cerca ha estado de conseguirlo es Morales, algunas fuentes llegan a decir que tenía en la cartera 35 avales listos, pero en algún momento se esfumaron. Porque eso también son cosas que pasan con cierta frecuencia en este proceso, un buen trabajo se desvanece rápidamente cuando aparece un cambio de dirección en algún 'barón' territorial. 

El proceso electoral de la RFEF dura unos pocos meses, pero quien lo entiende así está condenado al fracaso. Los que más saben de esto explican que solo si se empieza mucho antes, yendo federación por federación, votación por votación, estamento por estamento, se puede llegar. No necesariamente a ganar, pero sí al menos a competir.

Es un trayecto difícil, mucho más de lo que nunca pensó Herrera. "Nadie le ha contado ciertas cosas de cómo funciona, creo que a Carlos Herrera le metieron en el lío. El hombre se vio con las posibilidades. Yo se lo decía también a gente de Morales, no me presento porque creo que están mal convocadas, pero esto no se juega cuando ya hay asambleístas, sino durante años, convenciendo a gente por un cambio. Para ganar necesitas poner por lo menos 50 asambleístas, viajar mucho, poner el dinero que eso cuesta, y eso Carlos Herrera no lo va a hacer. Puede conseguir el aval del Betis, porque es socio, del Villarreal porque está hasta las narices, de Ángel Torres porque está en contra del poder y quizá del Cádiz. Pues vale, pero el resto es imposible, o los pones tú o no puedes ganar", explica González Calvo.

Juanma Castaño pasa por Herrera en Cope y le suelta una pequeña broma a su compañero: "Ves, Herrera, cómo tenías que ser presidente de una territorial antes que ser presidente de la Española". Igual no es una condición absolutamente necesaria, pero sin duda lo parece.