FÚTBOL FEMENINO

El plan maestro de una española de 14 años que emigró para ser estrella del fútbol base en EE. UU.: "Ha ganado 4 kg de músculo en 3 meses"

Alejandra Lluc, canterana del Madrid CFF y del Atlético, ha sido elegida en el once ideal de la liga preuniversitaria.

Alejandra Lluc, jugadora española en un partido de la Liga preuniversitaria. /INSTAGRAM: ALEJANDRA LLUC
Alejandra Lluc, jugadora española en un partido de la Liga preuniversitaria. INSTAGRAM: ALEJANDRA LLUC
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

Un sueño americano. A sus 14 años, Alejandra Lluc Ortiz Villodre emprendió el pasado 4 de agosto una aventura que no olvidará jamás. Una experiencia al más puro estilo High School Musical, pero en el fútbol y con el amor por la pelota como éxito final. La joven madrileña cogió las maletas, cruzó el charco y, en apenas tres meses, se ha convertido en una de las estrellas de la liga preuniversitaria. Su caso es solo la punta del iceberg de una red de captación de talento que, tras pescar en los torneos de referencia de fútbol base en España, ha repartido a 25 jóvenes españolas por diferentes institutos de EE. UU..

Un movimiento en el que le prometen más que fútbol y los resultados son casi inmediatos. "Ha ganado 4 kg de músculo en tres meses", cuenta a Relevo Arantxa, madre de Alejandra. Y añade contexto y fuerza al logro de su hija: "En España, hasta Segunda RFEF apenas se hace físico. Hacen unos 15 o 20 minutos de físico a la semana. Ella me dijo que quería irse para mejorar el físico. Ella me dice que a nivel técnico el fútbol femenino español es mucho mejor que allí, pero en el físico hay mucha diferencia".

Alejandra Lluc no es la única española que juega en la liga preuniversitaria -en total, han emigrado hasta 25 jóvenes jugadoras- o que ha recibido una mención especial. Pues también han sido reconocidas por su buen juego y rendimiento perlas como Claudia Badimon Vilagran, Gracia Mesa del Castillo Mira o Martina Cartagena. Las cuatro comparten equipo en el St. Thomas More School y han logrado hacer historia: por primera vez han ganado la Copa de la Liga. Todo ello siendo solo 13 jugadoras en el equipo.

Un éxito doble. A pesar de que técnicamente hay menos nivel, el trabajo físico y la becas de estudio han supuesto una oportunidad para todas ellas. "Me sale más barato mandarla allí que tenerla aquí", afirma Arantxa, que se explica: "Me refiero por el año escolar, comida, fútbol, tecnificación, viajes... Yo al final me hacía 700 km a la semana para entrenos, tecnificación y partidos".

«Prima el deporte por encima de los estudios»

Su hija, Alejandra, no solo ha conseguido una mención especial en la lista de mejores jugadoras de la Liga. La joven española, que empezó en el Atlético con 9 años y, con 12, fichó por el Madrid CFF, donde jugó hasta la pasada temporada, destaca por su juventud. "Ella es de las más pequeñas. Está en tercero de la ESO, pero de las compañeras de fútbol, menos dos, son todas de 17 o 18 años".

A pesar de esto, Alejandra está viviendo un periodo muy enriquecedor. "Está muy contenta. Me cuenta que es todo muy divertido. Le han dado la beca por cuatro años, aunque ella quiere volverse después de un año", subraya, antes de profundizar en la experiencia de su hija: "Está en una escuela de élite. Hay deportistas de todas las disciplinas (baloncesto, fútbol americano...). La alimentación y todo es focalizado en deportistas de élite. Y prima el deporte por encima de los estudios. Han tenido tres partidos en horario escolar y ha dado igual. Lo primero es el partido y luego todo lo demás".

Arantxa habla orgullosa del éxito de su hija, a la que intentaron captar con 13 años. "Yo la veía muy pequeña y dije que no. Un año más tarde, la vieron en un torneo y vinieron a hablar conmigo", asegura, al tiempo que confiesa que no pierde detalle de todo lo que está viviendo su hija en EE. UU. Un periodo inolvidable en el que tanto Alejandra como el resto de 24 jóvenes que se cruzaron el charco están cumpliendo su particular sueño americano. Mientras, en el fútbol español miran de reojo, con el miedo a que no vuelvan en otra fuga de talento invisible y no por ello menos importante.