COPA DEL REY

Messi se dio a conocer al mundo con un gol maradoniano, pero esa eliminatoria se la llevó el Getafe de Vivar Dorado: "Llenamos el vestuario de carteles..."

Pocos recuerdan que el cruce en el que Messi regateó a cinco jugadores acabó con triunfo del 'Geta' de Schuster con un 4-0 en la vuelta.

Vivar Dorado, en su entrevista en Relevo./RELEVO
Vivar Dorado, en su entrevista en Relevo. RELEVO
Jonás Pérez
Álex Corral

Jonás Pérez y Álex Corral

Ya no es solo una de las imágenes más recordadas del fútbol español, sino incluso una de las más ilustres de toda la historia del deporte. Arrancó por la derecha de nuevo el genio del fútbol mundial. Pero esta vez llevaba la camiseta del Barcelona, el 19 a la espalda y su nombre no era tan conocido como el de un tal Diego Armando Maradona. Era un jovencísimo Leo Messi, que arrancó y firmó un gol para la posteridad. Se marchó de cuatro defensores y el portero para acabar definiendo con la derecha. En aquel momento, los allí presentes no fueron conscientes de lo que acababan de ver sus ojos. Un tanto que siempre se recordaría. La fiesta fue absoluta en el Camp Nou, con el Barça ganando 5-2 en la ida de las semifinales de la Copa del Rey ante el Getafe, aunque de esto se acuerda muchísima menos gente.

Por sorprendente que parezca, aquella eliminatoria no la ganó el Barcelona, sino el Getafe. A posteriori, sirvió de poco y los de Bernd Schuster cayeron en la final frente al Sevilla por culpa de un tanto de Frederic Kanouté. Pero aquella edición es la típica de la que nadie se acordará por su vencedor final, sino por el histórico camino. Como la del Alcorconazo, por ejemplo. O la del gol de Gareth Bale y su carrerón ante Marc Bartra. La Copa del Rey 2006-07 fue la de la obra de arte de Leo Messi y la de la histórica remontada del Getafe ante el Barcelona. Y uno de los que la vivió muy de cerca fue Vivar Dorado, como capitán del heroico equipo.

Este ya había vivido unas semifinales de UEFA con el Tenerife, pero esta historia fue un paso más allá: "Nos dio la posibilidad de luchar por un título habiendo estado dos años solo en Primera División. Por jugarme un trofeo, evidentemente, fue el partido más importante". No obstante, el duelo por ganar no quedó tan marcado como el inmediatamente anterior, en el que firmaron un heroico 4-0 ante el Barcelona del joven Messi.

Vivar Dorado, sobre la remontada al Barcelona.RELEVO-ALEX CORRAL

"Es el partido en el que ganas, te sale todo a pedir de boca, se forma un ambiente en nuestro estadio especial. Una de las cosas que más te enganchan es el ambiente de la gente y el apoyo que puedan mostrar. Fue espectacular. Nos llevamos un alegrón tremendo. La lástima es que, al final, pues no consigues ganar y por eso no es tan satisfactorio...", asegura.

El clima de remontada

Algo discreto en sus palabras, Vivar Dorado no quiso mencionar en momento alguno que marcó el tercer gol, el que en ese momento ponía al Getafe por encima en la eliminatoria. En aquel entonces sí había valor añadido de los goles en campo contrario, por lo que esas dos dianas anotadas en el Camp Nou valían su peso en oro.

No es de extrañar que, visto lo visto, marcar un gol fuera lo de menos: "Bueno, ayudé. Ayudé más activamente, porque, efectivamente, marqué. Estoy muy contento y satisfecho a nivel personal, obviamente, por el partido que me salió. Tenemos nuestro corazoncito y jugamos por eso, yo lo hacía, pero de verdad que ver la alegría que nos llevamos todos ese día, de lo que éramos como grupo y como compañeros. De ver a la gente... Para mí eso tiene más valor y tengo más recuerdo que del gol en sí".

¿Pero cómo se gestó aquella hazaña? Porque todo el mundo daba por hecho que el Barcelona ya estaba en la final. Tanto que: "Yo creo que lo dan por hecho hasta ellos, fíjate". Esas palabras de Vivar Dorado fueron el preludio de lo que estaba por venir. En el vestuario del Getafe se creyó firmemente en la hazaña. ¿Quién les hubiera dicho que iban a ascender?, ¿quién les hubiera dicho que iban a llegar a las semifinales de la Copa?, ¿quién les hubiera dicho que podían remontar un 5-2 al Barça?

Ellos, contra viento y marea, creyeron: "Yo hablaba con mis compañeros y tenían la misma sensación que yo. El mayor hándicap que veía era que no nos marcaran ellos. Nosotros necesitábamos tres goles. Creía muchísimo que los íbamos a hacer. Quizás tenía la duda de si ellos, con la calidad que tenían, nos hicieran uno. Desde que venimos de allí, de Barcelona, empezamos a llenar el vestuario de carteles y de mensajes. Luego se manifestó en el partido. No solo ganamos 3-0, ganamos 4-0. O sea, que al final encima sobrados y, efectivamente, con la parte de que con la creencia se puede hacer".

El milagro del Getafe desde los ojos de Vivar Dorado

El clásico centrocampista ni mucho menos esperaba que el destino le tuviera guardada una así cuando pasó de ser un jugador asentado en Primera División entre Tenerife, Racing y Rayo Vallecano a tener que dar un paso hacia abajo por no tener ofertas. Incluso reconoce, en una entrevista en Relevo, que ya miraba la posibilidad de firmar por el Getafe como una vía de desconexión, tranquilidad, vivir cerca de casa, aunque también un reto: "El presidente manifestaba un afán de crecer grande, una ambición grande y pensaba que era una buena oportunidad para mí también de resetearme un poco como jugador y poder crecer con ellos".

Vivar Dorado y el regate de Messi.

La vida de repente le colocó en un equipo sin expectativas reales de élite que consiguió un ascenso histórico, el primero de siempre a Primera División. Pese a que ahora el Getafe se vea como un clásico de la categoría principal del fútbol español, en su momento no era más que una ciudad algo desconocida en el panorama nacional y sin demasiada tradición futbolística. Pero desde dentro se estaba labrando un proyecto que enseñó muchísimo del fútbol y de la vida a todo aquel que se puso en su camino. Incluso a Vivar Dorado, que ya peinaba canas y había vivido grandes cosas en este deporte.

No todo fue tan sencillo. A su llegada, el Getafe se salvó holgadamente y no fue hasta el segundo año cuando lo lograron, metiéndose por primera vez entre los mejores a falta de seis o siete jornadas. Y ascendieron. "El presi no lo manifestaba mucho porque no es de manifestar las emociones mucho de cara a fuera, pero evidentemente estaba muy contento. Alguna prima se dejó caer", recuerda Vivar Dorado.

Después llegó aquella inolvidable Copa del Rey, que el futbolista tiene guardada en su memoria como si la hubiera vivido ayer. De hecho, no tiene los periódicos ni siquiera guardados, no es necesario: "Creo que los tiene mi madre guardados, yo no. Les he echado un vistazo, pero no, me acuerdo exactamente de todo".

El orgullo (o no) de ser regateado por Messi

Vivar Dorado también recuerda perfectamente el famoso gol de Messi, pero él ni siquiera fue convocado. Pese al tanto, saca pecho de los dos goles que el equipo consiguió, una vía de escape para que siguieran vivos. No obstante, formar parte de la historia, de una forma u otra, puede ser hasta un motivo de orgullo incluso para sus protagonistas.

¿Le hubiera gustado a Vivar Dorado ser regateado en aquella imagen ilustre? "No, no me hubiera gustado que me hubiera regateado (ríe). Quiero decir, tengo la suerte de haber jugado contra él como contra otros muchos jugadores. Me hubiera gustado más que hubiera sido mi compañero, entre otras cosas porque yo habría llegado hasta ahí. Pero no, no, soy muy competitivo. Por más que sea Zidane, Ronaldo o Ronaldinho no quería que me regateasen".

De hecho, en aquel momento tampoco es que sintieran que lo que acababan de sufrir fuera una réplica casi exacta del legendario tanto de Maradona. "No éramos conscientes de la intrahistoria que luego iba a tener ese gol en el mundo del fútbol. En ese momento no eres consciente. Los comentarios con Messi eran que era muy difícil pararlo. Yo lo he hablado con mucha gente que me hablaba desde fuera. Bueno, es que hay que pararlo, hacerle falta... Messi en su apogeo era dificilísimo porque cuando tú pensabas y querías realizar una acción defensiva, él se anticipaba. No solo por su cabeza, sino porque gestualmente era mucho más rápido y tremendamente difícil", recuerda.

Hoy en día, si no hay apagón de por medio, el gol de Leo Messi hubiera llegado a todo el planeta en cuestión de un minuto. Entonces, incluso tardaron días en darse cuenta de su magnitud. Sin embargo, lo realmente relevante de aquello es que la eliminatoria en la que la leyenda argentina se presentó definitivamente en sociedad la acabó pasando el Getafe de Vivar Dorado. Y, lo mejor de todo, es que siempre se lo creyeron: "Empezamos a llenar el vestuario de carteles...".