BARCELONA - BREST

Un rival Champions 'low-cost' cuyo presupuesto es menor que el traspaso de Dani Olmo al Barça

El Stade Brestois visita Montjuïc sin sus principales estrellas y con una plantilla construida a última hora, cerrando cinco fichajes en el último día de mercado.

Celebración por parte de los jugadores del Brest tras el triunfo en Praga. /STADE BRESTOIS 29
Celebración por parte de los jugadores del Brest tras el triunfo en Praga. STADE BRESTOIS 29
Fran Reyes

Fran Reyes

Tendemos a pensar los milagros deportivos como un 'deus ex machina': casualidades que son abrazos de la suerte. La realidad es que siempre hay razones y fuerzas motrices que alinean los planetas: el trabajo, la convicción, el amor, el duelo, el talento, la clarividencia... y por supuesto una pizca de fortuna para que, en el instante decisivo, la pelota caiga del lado preciso.

Hay mil datos para subrayar lo improbable del milagro deportivo del Stade Brestois, equipo francés gestionado por 'vendedores de patatas' que esta noche visita al Barça en la quinta jornada de la Liga de Campeones, aunque el más explícito (por tajante) es su presupuesto: 48 millones de euros, según las estimaciones el tercero más bajo de la Ligue 1 en la temporada pasada. Los dos inferiores, el Clermont Foot 63 y Le Havre, acabaron 18º (colista) y 15º (salvando la categoría por los pelos). Mientras tanto, el club bretón se encaramó a un tercer lugar que le permitió clasificarse directamente para la máxima competición continental.

En realidad, el presupuesto del Stade Brestois cuando regresó a la primera división francesa en 2019 era todavía más reducido: sólo 30 millones de euros. Entonces sobrevino la Covid-19 y, tal y como sucedió en LaLiga pero con la urgencia suplementaria de un fiasco en la ejecución del contrato colectivo de derechos de televisión, los clubes de la Ligue 1 se echaron en brazos del fondo de inversión CVC Capital Partners para paliar las consecuencias de la pandemia. Esto permitió al club Ty'Zef ('casa del viento', en bretón: Brest, a orillas del Atlántico, vive bajo el azote de Eolo) percibir durante dos temporadas 16,5 millones de euros suplementarios.

En este punto interviene un personaje clave: Gregory Lorenzi, director deportivo que supo sacar partido de las limitaciones financieras del club. En los mercados post-Covid, el Stade Brestois logró hacer caja con futbolistas como Romain Faivre (vendido al Lyon por 15 millones de euros), Romain Perraud (Southampton, 12M€) o Franck Honorat (Borussia Mönchengladbach, 8M€) mientras se reforzaba con cesiones o traspasos irrisorios como el medio millón de euros pagado al Reims por Bradley Locko o los 2,30M€ que costó Pierre Less-Melou desde el Norwich City. Hoy por hoy son los jugadores más valiosos de la plantilla.

La clasificación para la Champions ha propinado un gran impulso económico al Stade Brestois. Los 18 millones de euros de fijo por participar les permitió mantener un presupuesto similar al que tuvieron en los años de CVC. Las tres victorias y el empate anotados en las cuatro primeras jornadas suponen 7 millones de euros con los que no contaban. La casi garantizada clasificación para dieciseisavos añade un millón más al botín; mientras que, si lograran mantener su línea de resultados en las cuatro jornadas restantes ante Barça, PSV Eindhoven, Shakhtar Donetsk y Real Madrid para afianzarse entre los ocho primeros de esta fase regular, pasarían directamente a octavos y encajarían 11 M€.

La lluvia de millones no volvió loco a Lorenzi, que este verano afrontó un reto mayúsculo: confeccionar una plantilla con los puestos doblados para afrontar con dignidad tres competiciones, mucho más profunda que la dispuesta en la campaña precedente donde 14 jugadores participaron en 29 o más de los 37 partidos oficiales que disputó el conjunto bretón… pero con prácticamente los mismos recursos económicos.

El técnico corso, que además perdió nada menos que seis cedidos y algún titular como Steve Mounié que optó por no renovar para marcharse en busca de un mejor salario, jugó sus cartas con mucha sangre fría pese a derrotas tan duras como la cosechada en casa frente al Olympique de Marsella (1-5) al inicio de la Ligue 1. El 30 de agosto, último día de mercado, cerró nada menos que cinco incorporaciones para materializar una plantilla con un valor de mercado estimado por Transfermarkt en 120,9 millones de euros. El efectivo del Barça, por ejemplo, cuesta 946… para 873M€ de presupuesto. Sólo el traspaso de Dani Olmo, con 55M€ fijos más 7M€ en variables, es superior a lo que mueve el Stade Brestois en todo el curso.

No todo es vino y rosas en este cuento de hadas. Las lesiones han afectado de forma significativa al club esta campaña: de hecho, sus estrellas Locko y Less-Melou no estarán este martes en Montjuïc. La excelente marcha en Liga de Campeones contrasta con una prestación mediocre en Ligue 1, donde el Stade Brestois ha perdido 7 de los 12 partidos disputados (incluidos los tres últimos) para situarse 12º de la tabla, con 13 puntos: sólo 3 por encima del descenso, y a 10 de la clasificación directa para la Champions que consiguió el año pasado. Y aun así, su entrenador Éric Roy no duda en definir la situación como "un sueño inimaginable", "me tengo que pellizcar para creérmelo", en un rapto de humildad entrañable.