CICLISMO

Pablo Castrillo pone un ramo de flores en 'la estantería' de Manolo Azcona

El oscense estrena el palmarés del Equipo Kern Pharma en La Vuelta en el mismo día en que falleció su fundador y padre deportivo.

Pablo Castrillo firma con su victoria en La Vuelta el mejor homenaje posible a Manolo Azcona. /EQUIPO KERN PHARMA / SPRINT CYCLING
Pablo Castrillo firma con su victoria en La Vuelta el mejor homenaje posible a Manolo Azcona. EQUIPO KERN PHARMA / SPRINT CYCLING
Fran Reyes

Fran Reyes

Durante una década, la Asociación Deportiva Galibier estuvo alojada en una bajera de Orkoien, heredada del antiguo Banesto; un punto oscura, como una suerte de mina de talento de la cual se extraían ciclistas que posteriormente pulía con mimo y cariño Manolo Azcona, fallecido esta madrugada en Pamplona a la edad de 71 años. De su cantera de campeones surgieron más de 70 ciclistas profesionales. Nombres como Joseba Beloki, Richard Carapaz o Andrey Amador hablan por sí solos. Otros como Antonio Soto, Iñigo Elosegui o Jaime Castrillo tal vez suenen menos para el gran público, pero existen y están igualmente agradecidos a Azcona por cada vivencia, por cada enseñanza, por cada oportunidad. De aquella bajera también surgió un equipo profesional: el Kern Pharma que, capitaneado por Juanjo Oroz, está disputando su segunda Vuelta con un meritorio protagonismo sublimado este jueves con el triunfo de Pablo Castrillo en la Estación de Montaña de Manzaneda. El mejor homenaje posible; el mejor final feliz.

Jaime y Pablo son hermanos. Jaime es una persona talentosa y sensible que ha logrado ahogarse y resucitar una decena de veces. En su espejo se miró Pablo: por él se decidió a hacerse ciclista; por él acudió a la bajera ya siendo juvenil para hacerse una prueba de esfuerzo y una biomecánica con vistas a emprender una carrera como ciclista. En Pablo, Manolo veía la versión adolescente del ciclista de sus sueños: alto, con piernas como palancas y 'correa' en el cuerpo para moverlas; valiente, con determinación y 'pitera' para aguantar kilómetros y kilómetros frente al viento. Azcona no entendía de vatios, pero sí de ciclistas; y Pablo lo es.

Como Pablo, son ciclistas otros once hombres que fueron discípulos de Azcona y hoy participan en La Vuelta. Dos de ellos, Óscar Rodríguez (Ineos Grenadiers) y Marc Soler (UAE Team Emirates), se metieron en la carísima escapada camino de Cabeza de Manzaneda. Hasta ahora, esta estación de montaña orensana contenía dos hitos asociados con La Vuelta. Uno, la etapa de la edición de 2011 en la que Chris Froome vistió de rojo por primera vez; el otro, ser epicentro de la penúltima edición de La Challenge, predecesora de La Vuelta Femenina, en la que campeonó Annemiek van Vleuten. Desde ya, se puede preciar de haber sido el escenario de un sueño.

Kern Pharma ha competido en esta Vuelta con un corazón en el maillot y con el corazón en la mano, porque es su personalidad y porque Manolo Azcona estaba muy enfermo. Hacía ya años que bromeaba con el poco tiempo que le quedaba para acabar "en la estantería", su sutil metáfora para referirse a un nicho en el cementerio de su pueblo, Zurukuain. El pasado martes no hubo más, y se lo llevaron al hospital para no salir de él. Lúcido y consciente de la situación, Azcona disfrutó de sus últimos días viendo La Vuelta acompañado por las personas que más quería; algunos de ellos, ciclistas como Andrey Amador que supieron apreciar lo mucho que ese navarro rudo y sabio había hecho por su vida y su carrera.

Que tres de 'sus' ciclistas estuvieran en la escapada del día que nos dejó podría reducirse a una casualidad o a una circunstancia táctica. No obstante, sería perder el foco: Dios no juega a los dados. En La Vuelta reinaba una energía que conducía al final feliz. Por eso, cuando Pablo Castrillo arrancó a 10 de meta y nadie le siguió estaba muy claro que no lograrían echarle mano. El duelo es la fuerza más maravillosa e incomprensible de la naturaleza humana: una fuente de energía poderosa e inagotable, un viento de cola para empujar a quien sufre hacia la felicidad.

Con sus movimientos, Rodríguez y Soler se convirtieron en los mejores coequipiers de Castrillo. El navarro marcó el ritmo de sus perseguidores unos kilómetros sin llevar piernas para secarle. El catalán desordenó la caza con sus ataques y a la vez intimidó a sus rivales con esas piernas que giran sin fin en esta Vuelta como lo hacían hace una decena de años en el Torneo Lehendakari con la ropa del Equipo Lizarte, denominación histórica del club de Manolo. Precisamente fue Pablo Castrillo el autor de la última victoria de aquel equipo de Peter Pan. Era él, y no otro, la persona destinada a alzar los brazos por Manolo, para recoger un ramo de flores que ponerle en la estantería.

Como si fuera una muestra de respeto al fallecido, el pelotón de los favoritos no hizo asomo siquiera de batallar y cedió el protagonismo completo a Manolo Azcona, Pablo Castrillo y Kern Pharma. Ben O'Connor (Decathlon-Ag2r La Mondiale) continúa líder, un día más, con 3'16" sobre Primoz Roglic (Red Bull-Bora-Hansgrohe) y 3'58" sobre Enric Mas (Movistar Team). La carrera continuará este viernes con una etapa de mucha montaña con final en alto en Ancares. El legado de Azcona, también: de hecho, su huella perdurará eternamente en las almas de todos los que hemos pasado por sus manos, todos los que le sentimos como a un padre.

El autor de este texto fue responsable de comunicación del Equipo Lizarte entre 2016 y 2021.