Pablo Castrillo y esa fuga con Jonas Vingegaard: "Me impresionó, fue irreal"
El jacetano del Equipo Kern Pharma afronta la Volta a Catalunya con la ambición de pelear un buen puesto en la general tras un excelente inicio de año sublimado en O Gran Camiño.

Nada pasa por pasar. El rastro de nuestros actos, nuestras palabras y nuestra presencia se marca en los lugares y las vidas ajenas de la forma más insospechada. En las pedaladas de Pablo Castrillo (2001, Jaca) se escucha el eco de su hermano Jaime, uno que desataba sinfonías escalando, uno que iba para ciclista de quilates y que, tras una larga y triste travesía por el desierto del profesionalismo persiguiendo la plenitud en el espejismo del alto rendimiento, es ahora sencillamente él mismo; masajista, y feliz. Resulta que ahora es Pablo, cinco años menor, quien va a ser un ciclista de quilates en nombre de Jaime como si el sufrimiento de un alma hubiera servido para proteger a la otra.
"Lo he dicho muchas veces, pero nunca serán suficientes", confía Pablo a Relevo en una tranquila conversación en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada mientras sus compañeros del Equipo Kern Pharma juegan al ping-pong al fondo de la cafetería. "Mi inspiración para ser ciclista han sido mi madre y mi hermano. Ella, porque siempre le gustó la bici; él, porque iba a verle en sus carreras con Lizarte y me metió el gusanillo de ser ciclista".
Sus palabras rebosan la admiración que sólo se puede sentir por un hermano que es a su vez un héroe y un cómplice. "Jaime es un pilar fundamental en mi vida. Poder ver cómo ha ido progresando, cómo ha ido superando distintas etapas tanto buenas como malas, me ha enseñado muchísimas cosas. Cómo afrontar la vida deportiva; cómo ser un buen ciclista sin olvidarme de que soy una persona antes que un ciclista; ser capaz de desconectar de la bici una vez hecho el entrenamiento para no saturarme mentalmente. Ser fiel a tus raíces y no olvidarte de por qué estás pedaleando; de que montas en bici porque te hace feliz".
Hoy comparten equipo, uno como masajista y otro como ciclista, y algo mucho más importante: un camino. Tanto el uno como el otro crecieron con Guillermo Tomás en el Huesca La Magia, Pablo también en el Club Ciclista Ermitagaña, antes de ponerse en manos de Manolo Azcona y Juanjo Oroz en el Equipo Lizarte, la base de lo que actualmente son el Equipo Finisher de categoría amateur y el Equipo Kern Pharma profesional, conjunto UCI ProTeam que esta campaña disputará su segunda Vuelta a España. "Me han dado confianza y todas las oportunidades", expresa Pablo. "Les debo muchísimo, y por qué no estar el máximo tiempo posible con ellos. Por lo pronto, tengo contrato hasta 2025 inclusive".
En su debut como profesional la pasada temporada, Pablo Castrillo fue una de las sensaciones de la segunda división española. Más allá de lo tangible, de haberse quedado a unos metros de malicia de estrenar palmarés en la Vuelta a Castilla y León frente al experto Eduardo Sepúlveda, sus derroches de energía impresionaron. Han tenido continuidad en este 2024, donde el aragonés brilló con particular fulgor en O Gran Camiño gracias a un día de cabalgadas que le permitieron rodar escapado en dos ocasiones con Jonas Vingegaard; la última, cuando el danés se lanzó desatado hacia su segundo triunfo parcial.
"Al principio de la etapa se marchó un grupo con todos los ciclistas de la general: Carapaz, Bernal, Vingegaard…", narra el jacetano, "y yo estaba entre ellos. Verme en ese grupo me hizo darme cuenta de que podía disputar la victoria de etapa. Posteriormente entré en la fuga del día y, conforme ganamos ventaja, me dije que la ocasión no se me podía escapar". No hubo milagro. "Vingegaard arrancó desde atrás y, cuando le vi venir, tuve literalmente que esprintar para ponerme a su rueda".
El inicio de un instante inolvidable. "En ese momento estás concentrado en la competición, pero dentro llevas esa sensación de no creerte que estás a rueda de un tío que ha ganado dos Tours. No te haces cargo de que estás disputando la etapa con él. Es irreal. Lo que no me esperaba fue que arriesgara tanto bajando… pero me quedo con haber podido intentar disputar una etapa a Vingegaard". Se descolgó a los pocos kilómetros, pero los ecos quedan. "Impresiona verle rodar de cerca; que una persona tan pequeña pueda ir tan rápido en el llano. Entre que él es muy pequeño y yo muy alto; que él va acoplado en su posición 'aero'… No me tapaba el viento nada".
Con esa experiencia y tantas otras en el zurrón, Pablo Castrillo afronta esta semana la Volta a Catalunya con la ambición de "buscar un buen puesto en la general o, si no lo consigo, una victoria de etapa". Dice que todavía no sabe qué tipo de ciclista quiere ser, él que parece capaz de todo. "Donde mejor me siento es en las fugas. En muchas ocasiones me he sentido mal en el pelotón y en la fuga me he transformado, como si estar en ella me diera fuerzas. Me puedo imaginar como cazador de etapas". A poder ser, que sea ciclista y sea feliz; por él, y por Jaime.
🚴🚴🚴Un inconmensurable Pablo Castrillo rozó el triunfo en la tercera etapa de O Gran Camiño. El jaqués se lleva el honor de ser el corredor más combativo del día en O Gran Camiño y Vingegaard vuelve a exhibirse
— Diario Huesca (@Diariodehuesca) February 24, 2024
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El autor de este texto fue responsable de comunicación del Equipo Lizarte entre 2016 y 2021.