Luka Modric prioriza el compromiso a "un riesgo máximo"

"¿Tiene claro su centro del campo contra el City?", le preguntaron a Carlo Ancelotti en la previa de la ida de semifinales de la Champions (21:00, Movistar+ Liga de Campeones). El italiano respondió sin apenas dejar al periodista terminar de hablar: "Sí, sí, lo tengo claro". Después de dos segundos de suspense, concluyó: "Modric y otros". El croata jugará esta noche en el Bernabéu después de una recuperación exprés en la que hay un doble diagnóstico, mucho compromiso y también bastante peligro porque la lesión en los isquiotibiales que sufrió el pasado 25 de abril frente al Girona no está cicatrizada al cien por cien.

Las primeras pruebas a las que fue sometido el centrocampista, un día después de abandonar dolorido el césped de Montilivi, determinaron que sufría una rotura que le tendría de baja aproximadamente un mes. El futbolista convino con Niko Mihic, responsable de los servicios médicos blancos, viajar a Belgrado para ponerse en manos de Marijana Kovacevic, doctora de confianza de muchos futbolistas de los Balcanes y que utiliza una radiofrecuencia especial.

Los exámenes en Serbia señalaron que la rotura tenía su complejidad, pues se trata de una lesión 'en cremallera'. Una dolencia tan frecuente como engañosa y que recibe tal denominación porque cuando parece que se ha curado, la herida se abre como si fuera una cremallera. Las pruebas diagnosticaron un grado II, aunque cuando se las repitió a su regreso a Madrid revelaron un grado I. Tras los primeros tratamientos, comenzó a probarse sobre el césped el 2 de mayo y, poco a poco, fue coleccionando sensaciones positivas hasta poder reaparecer diez minutos en la final de Copa frente a Osasuna, algo que parecía utópico en las primeras exploraciones.

Sin embargo, todos los expertos consultados coinciden en sus conclusiones: a pesar de continuar con sus cuidados de fisioterapia, la participación de Modric en el encuentro contra los de Guardiola conlleva "un riesgo máximo". Es complicado desprenderse de este tipo de lesión en los isquiotibiales y la amenaza de recaída es elevada, sobre todo si el músculo dañado se somete a sprints y esfuerzos de alta intensidad, que es lo que sucederá esta noche.

Pero el croata (37 años), a quien algunos en el club miraron con recelo por su negativa a renunciar a su selección, prioriza su compromiso con el Madrid a un riesgo de rotura. Una "apertura de la cremallera" podría tenerle varios meses de baja y le impediría incluso jugar con Croacia la próxima Nations League que se disputa el próximo 14 de junio. Sin embargo, Modric lo asume, consciente de que el equipo se juega una nueva clasificación a la final de la Champions. Y en los últimos diez minutos en la final de Copa sus sensaciones fueron muy buenas.

Una muestra de responsabilidad que explica la ascendencia de Luka en el vestuario y el convencimiento del club de que, a pesar de sus 37 años, es un jugador plenamente vigente (2.776 minutos y fijo en las noches grandes) y ejemplo de comportamiento. Por ello, como informó Relevo, ya se ha llegado a un acuerdo para su renovación hasta 2024. Sólo falta la firma, algo que se producirá en las próximas semanas.