Modric, el plan contra el City y la cronología de una recuperación milagrosa
El tratamiento del croata ha funcionado y está listo para jugar el martes desde el inicio.
El 25 de abril, Luka Modric (37 años) abandonó Montilivi (Girona) con rostro serio y preocupado. Minutos antes se había retirado del césped dolorido, con los fisioterapeutas aplicando hielo sobre la parte trasera de su muslo de manera inmediata. El croata sabía que algo se había roto, aunque faltaba por conocer la gravedad. Esa misma noche las sensaciones fueron a peor (el dolor aumentó cuando la zona se enfrió) y a la mañana siguiente, un miércoles, la preocupación fue a más y las pruebas médicas lo confirmaron: una rotura con un pronóstico de alrededor de un mes de baja.
El futbolista mantuvo una conversación con Niko Mihic, responsable de los servicios médicos blancos, y ambos acordaron un viaje al día siguiente a Belgrado, para ponerse en manos de Marijana Kovacevic, la 'doctora milagro' que ya recuperó a Djokovic en tiempo récord, entre otros. Después del tratamiento, Luka regresó a Madrid y se marcó el martes 2 de mayo como el día de la primera prueba sobre el césped, después de que unas pruebas médicas que le realizaron el lunes desvelaran que la lesión estaba casi curada.
Sólo había pasado una semana desde el percance y las sensaciones fueron más que positivas. En ese momento se cambió el objetivo: al principio la vista se puso en la ida contra el City (día 9) y tras ese primer entrenamiento en solitario la opción de estar presente en la final de Copa (día 6) comenzó a dibujarse como una realidad.
El miércoles realizó parte del entrenamiento con el grupo y el jueves, toda la sesión. Ese día fue definitivo, ya que participó en el partidillo con normalidad y vio que estaba listo para jugar. Lo mismo ocurrió el viernes, ya en La Cartuja, donde volvió a ser uno más en la previa de la final. Estaba disponible para el duelo ante Osasuna.
Suplente en Copa
¿Por qué no fue titular entonces? Por la Champions. La lesión está curada, pero el tipo de rotura implica un alto riesgo de recaída en caso de sobrecargar el músculo. Si la final hubiera sido el último encuentro de la temporada, Modric habría jugado los 90 minutos. Pero la cercanía del duelo ante el City aconsejaba precaución, por miedo a una nueva lesión y, sobre todo, porque sería una imprudencia jugar dos partidos tan importantes en cuatro días tras acortar los plazos.
Ancelotti acordó con el croata disputar el tramo final ante Osasuna y eligió a Ceballos ("el que tiene un perfil más parecido a él", según dijo el propio entrenador) como su sustituto. El problema es que el utrerano se lesionó en la última jugada de la sesión preparatoria y el técnico italiano tuvo que cambiar nuevamente sus planes, adelantando la posición de Kroos (iba a ser pivote) y metiendo a Tchouameni en el once. A pesar del contratiempo de última hora, el plan con Modric no se cambió.
El objetivo de fondo que se ha perseguido en los últimos días es que el croata pueda ser titular el martes frente a los de Guardiola, algo que se producirá salvo que hubiera algún problema en la sesión de mañana. Sin menospreciar a Osasuna, un rival que compitió al Real Madrid hasta el último minuto, desde el cuerpo técnico se consideró que Modric era más decisivo para hacer frente a los ingleses. Los dos partidos no podía jugarlos desde el inicio y se priorizó la Champions, guardando siempre en la recámara la opción de que saliese ante Osasuna en el momento en el que el partido se complicara.