LEIPZIG-REAL MADRID

Cuando unos datos preocupantes obligaron a Ancelotti a dar un toque a la plantilla... y le llevan a desconfiar del Leipzig

El Real Madrid perdió en el Red Bull Arena su primer partido de la temporada pasada tras una actuación en la que las métricas revelaron una bajada de intensidad del equipo.

Ancelotti da la charla en el entrenamiento de este lunes. /EFE
Ancelotti da la charla en el entrenamiento de este lunes. EFE
Sergio Gómez

Sergio Gómez

"El Leipzig es un rival potente, juega intenso y con calidad arriba. Plantearemos un partido completo, en lo defensivo sobre todo. Tengo en cuenta que ellos han metido 16 goles en transición. Dani Olmo, lo conocéis todos... hay muchos jugadores de calidad allí, hay que vigilarles bien y evitar transiciones", declaró Carlo Ancelotti en la conferencia de prensa previa al partido de ida de octavos de final de la Champions. El entrenador italiano, un tipo poco dado a la euforia ni al favoritismo porque las ha visto de todos los colores en el fútbol, no se fía de su rival. Por alemán (un gen siempre a tener en cuenta) y por precedentes.

Ancelotti y el Madrid preparan los octavos de Champions. EFE

En el cuerpo técnico del Real Madrid no olvidan su última visita al Red Bull Arena la temporada pasada. Fue el 25 de octubre, en un partido de la fase de grupos, y los blancos, tras tirar la primera parte y no darle las fuerzas ni la suerte para culminar la remontada, perdieron por primera vez en esa campaña (3-2). Los alemanes salieron como liebres, rápidos y con intensidad en la presión. Necesitaban los tres puntos como oxígeno. Y en 17 minutos sorprendieron a los de Ancelotti, en Babia, con un cabezazo al mentón de Gvardiol y un zurdazo de Nkunku. El Madrid reaccionó, el partido se convirtió en un correcalles, Vinicius dio esperanzas al principio del descanso, pero Werner, en el 80', cerró la persiana. El gol de penalti de Rodrygo en el 93' sirvió sólo de maquillaje.

Con el Mundial a la vuelta de la esquina, el equipo madridista llegaba con la clasificación a octavos de final en el bolsillo, pero los blancos bajaron tanto la guardia que llevó a Ancelotti a darle un toque a la plantilla. Y con datos en la mano. El técnico, junto a sus ayudantes de confianza, analizó el encuentro y salió disgustado con las métricas recogidas. Nunca ha dudado del compromiso del grupo, ni entonces ni, por supuesto, ahora cuando está poniendo el pecho en una de las temporadas con más desgracias que se recuerdan. Sin embargo, el rendimiento esa noche de algunos futbolistas acabó con un pequeño tirón de orejas.

Los días después de la derrota, tanto Carletto como alguno de sus ayudantes mantuvieron conversaciones con algunos futbolistas y les hicieron ver que si no se iguala la intensidad del rival, sea el que sea, "te pasan por encima". Así lo hizo el Leipzig. Las estadísticas respaldaron su alegato. Aquella noche, los números del equipo estuvo por debajo de la media de la temporada en varias comparativas. En los duelos totales, el Madrid, que registraba de promedio 79,5 en todas las competiciones, en Leipzig cayeron a 75. En duelos ganados se vio la bajada de intensidad aquel día (de 42,4 a 31), como en los duelos fallados (de 37,1 a 44) y en la efectividad de los mismos (ésta, la más baja de la temporada, de 53,37% a 41,33%).

El Madrid tampoco estuvo a la altura en cuanto a las recuperaciones de balón (de 55,2 de media a 53), ni en entradas totales (aunque ganó más, de 13,9 a 12). Para colmo, la falta de colmillo con y sin balón tuvo como consecuencia recibir y hacer menos faltas (de 8,3 a 6 y de 11,7 a 6). Además, cayeron en picado las recuperaciones en zona alta, claves a la hora de medir la presión: de 8,3 de media a 3.

El contexto que envuelve al partido de este martes es completamente diferente al de aquella noche de octubre. Comenzando por la presión de jugarse una eliminatoria y finalizando por el buen momento físico, goleador y de compromiso defensivo del equipo debido a las bajas. Sin embargo, Ancelotti no se fía. Como tampoco se fiaba del Girona y el Madrid acabó dando un golpe a LaLiga. Esa subida de guardia permanente es la que pretende Carletto en el Red Bull Arena.