CHAMPIONS | M. CITY 2 - BARÇA 0

La derrota del Barça ante el City no es casualidad y "hace daño" a las culés: "Es obvio que necesitamos sacar conclusiones"

Las de Pere Romeu, irreconocibles por momentos, perdieron por 2-0 en su estreno en la actual edición de la Champions.

Fridolina Rolfö y Graham Hansen miran atentamente a Mary Fowler durante el partido de ayer. /Getty
Fridolina Rolfö y Graham Hansen miran atentamente a Mary Fowler durante el partido de ayer. Getty
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Que a las jugadoras del Barça no les gusta perder ni a las chapas es una verdad universal del fútbol femenino. "¿Y a quién sí?", se preguntará alguno, muy acertadamente. Pero las imágenes que cada fin de semana nos regalan los partidos blaugranas en Liga F, o en cualquier competición, hablan por sí solas, elevando su ambición a un nivel difícilmente alcanzable. "No vi fútbol durante cuatro días", llegó a afirmar Graham Hansen tras la derrota ante el Chelsea del encuentro de ida de las semifinales del torneo europeo el curso pasado. 

Que la derrota de ayer ante el Manchester City les hizo pupa tampoco se le escapa a nadie que las lleve siguiendo un tiempo. El conjunto dirigido por Pere Romeu se vio del todo superado. Durante el primer acto, fue incapaz de encontrar una alternativa a la presión asfixiante del City, que logró embotellarlas como pocos equipos han conseguido en los últimos tiempos. El contador de errores no forzados por parte de las blaugranas ante las inglesas- por cierto, sublimes- alcanzó cotas impropias de la calidad de sus futbolistas. El asunto mejoró en la segunda parte, pero no fue suficiente.

«Es obvio que necesitamos analizar el partido y sacar conclusiones»

Sin embargo, y aquí está la noticia -perder ante este Manchester City podría entrar dentro de los planes blaugranas-, fue el cómo. "Perder hoy y siendo el primer partido de la fase de grupos y en esta Champions claro que hace daño", confesaba Aitana Bonmatí tras la derrota, todavía de corto y sobre el césped del Joie Stadium de Manchester.

Hace daño porque el Barça está raro. O, mejor dicho, se siente raro. Que las blaugranas arrasan en Liga F es innegable. Su balance tras las primeras cinco jornadas ligueras es sobresaliente: 25 goles a favor y cuatro en contra.

Pero el fútbol, en muchas ocasiones, son sensaciones, que diría aquel. Y las sensaciones que deja la derrota de ayer en tierras inglesas no son las mejores y confirma el runrún que acompaña -en mayor o menor medida según el partido- a las culés desde el inicio del curso. Por sus resultados, los mencionados en el anterior párrafo, podría parecer exagerado decir que se veía venir, pero algo había.

Parecía que, tras la primera goleada del curso ante el Granada (10-1), el Barça se deshacía de una mochila llena de cansancio -tanto mental como físico- que parece cargar en el inicio de cada curso. Que se habían desatado y dejaban atrás los partidos ante el Dépor (0-3), frente a la Real Sociedad (3-1) y contra el Sevilla (0-1), que desvelaban los primeros síntomas.

La siguiente cita tras la de Granada generaba sentimientos encontrados: las blaugranas se marchaban perdiendo al descanso y arrasaban en el segundo acto, para acabar ganando 1-8 al Madrid CFF. Las goleadas camuflaban algunas 'carencias' -todas las carencias que pueden encontrarse en un equipo como el Barça- del inicio liguero. Además, las últimas cuatro jornadas de Liga F, más el partido ante el City, revelan un dato impropio de las blaugranas en los últimos años: ha encajado gol en todos ellos.

Con el pensamiento de que son "humanas" y también "se equivocan", "pero no tiene que ser un drama" de Pere Romeu en rueda de prensa, el Barça se tiene que dar una vuelta. La noticia positiva es que lo saben. El "tenemos que aguantar el balón" de Patri Guijarro durante la primera mitad del partido de ayer, los gestos de Ingrid Engen con las manos indicándoles a sus compañeras que se acercasen para ayudarles a liberarse de las cadenas celestes o la llamada al orden de Alexia Putellas en pleno lanzamiento de un saque de esquina en contra hablan por sí solos. 

"Es obvio que necesitamos analizar el partido y sacar conclusiones. Una derrota nunca llega bien. Siempre lo que hemos hecho después de las derrotas es asumirlas como un reto, sea quien sea, mirarnos individualmente y colectivamente y mejorar. Seguir adelante", afirmaba la dos veces Balón de Oro a los medios desplazados hasta allí.