La reivindicación de Keira Walsh con doblete y asistencia dejó aparcado su verano más tenso con el mercado de fichajes
La jugadora inglesa, nombrada mejor jugadora del partido, marcó un doblete y repartió una asistencia en la goleada al Madrid Cff.
Terminó el partido y todas fueron hacia Keira Walsh o sonreían mientras saludaban a las rivales y ella pasaba cerca, con su timidez habitual. Primero fue Ona Batlle, después Alexia Putellas, Pere Romeu... y Kika terminó la ronda de saludos a la inglesa levantando los brazos y chocándole las manos antes de moverle los hombros, con un gesto en el que intentó que Keira se diera cuenta de la exhibición que acababa de dar sobre el terreno de juego. Porque cuando el Barça más lo necesitaba, después de una primera parte en la que no terminó de carburar, le marcaron un gol después de que el balón saliera por la línea de fondo y reclamaran un penalti, Keira cogió las riendas e hizo que las piezas encajasen.
Sin hacer mucho ruido y tras convertirse en una fija en el esquema culé, consiguió en un partido lo que nunca antes había hecho en su carrera. Marcó dos goles, el récord de tantos que había marcado en una temporada en liga hasta el momento tras su etapa en el Manchester City y también repartió una asistencia en la goleada que el Barça -tuvo que remontar el 1-0 inicial- terminó endosando al Madrid CFF. Los saludos y la euforia de sus compañeras no eran para menos.
El Barça no empezó bien el partido, le costó arrancar. Pero en la segunda parte salió con todo para intentar remontar el resultado en contra de los primeros minutos y lo consiguió mediante Walsh, que aprovechó un rechace -después de tres intentos anteriores dentro del área- para marcar de volea con un disparo potente el empate. Después se vistió de asistente para recibir un balón de Rolfö en el borde del área, amenazar con tiro lejano y asistir sutilmente con un pase raso al interior del área a Ewa Pajor, que se quedó sola delante de Paola Ulloa para definir con un disparo raso y ajustado al palo (2-1).
Una vez comenzada la remontada y con el Barça, que subió un par de marchas más su ritmo en ataque -terminó con 40 tiros, 12 a puerta frente a cuatro disparos del rival, dos a puerta- Keira Walsh quiso tener una última palabra y marcó uno de esos goles 'marca de la casa' de los que suele hacer cuando a una jugadora como ella, con un buen tiro lejano, la dejan sola en el borde del área. Recibió un pase desde la izquierda, de nuevo de Rolfö, y se encontró sin defensoras en el borde del área. No se lo pensó. Armó y disparó un tiro potente que terminó en el fondo de la portería de Ulloa.
Un verano de tensión
El primero del doblete lo gritó con rabia, este en cambio, con el resultado a favor, lo celebró con su habitual calma mientras Ingrid Engen e Irene Paredes lo celebraban con los brazos en alto desde una posición más atrasada. Fueron dos goles de liberación después de uno de los años más complicados y un mercado veraniego de tensión para ella, en el que su nombre ha estado en primera fila mientras ella se mantenía al margen.
En un continuo tira y afloja en el que el futuro de Keira en el Barça empezó a dudarse, Marc Vivés fue el encargado de hablar durante la previa del primer encuentro del conjunto culé en liga ante el Depor Abanca, dejando claro que la jugadora inglesa era parte de la plantilla: "Contamos con ella y no tenemos intención de dejarla ir. No hay ningún indicio que nos haga pensar lo contrario". Pero los meses veraniegos no fueron fáciles, con el interés de la jugadora de querer volver a su país natal a pesar de estar feliz en Barcelona, según informó Marca y confirmó Relevo, siempre por delante.
Las informaciones de su posible salida empezaron a sonar con fuerza también en Inglaterra, donde la BBC publicó que la centrocampista ya informó al Barça de su intención de no renovar su contrato, que termina el próximo 30 de junio. Además, entraron en escena también el Arsenal, club con el que el Barça llegó a negociar los términos económicos de la operación, que estaría interesado en fichar a la jugadora y el Chelsea, en búsqueda de una centrocampista.
Keira Walsh llegó al Barça con la etiqueta de ser la jugadora más cara del planeta en aquel momento, donde el conjunto culé pagó alrededor de 400.000 euros por su fichaje tras una Eurocopa (2022) que puso en primera fila a la jugadora. Con el paso del tiempo y tras la lesión de Alexia Putellas que obligó a Patri Guijarro a adelantar su posición, la inglesa se ganó su hueco en el pivote, donde se ha mantenido con el paso del tiempo siendo imprescindible tanto para Jonatan Giráldez como para Pere Romeu en la actualidad.