REAL MADRID

Cambio con Raúl en el Real Madrid: ya le ven capacitado para entrenar al primer equipo

La percepción del club ha variado respecto a 2021. Cuando llegue el momento del relevo de Ancelotti, será candidato.

Raúl, en un partido del Castilla/realmadrid.com
Raúl, en un partido del Castilla realmadrid.com
Sergio Santos
Hugo Cerezo

Sergio Santos y Hugo Cerezo

Escenario 1: Primavera de 2021, Zidane decide no continuar en el Real Madrid. El club, con el aprendizaje de la espantada de Zizou en 2018, venía preparándose para el relevo. Semanas de conversaciones con Allegri, cuya contratación estaba muy enfocada. Sin embargo, no acaba de cerrarse. Aparece Andrea Agnelli y se adelanta para llevárselo de vuelta a la Juventus. Es 28 de mayo. No hay un claro candidato. A pesar de que en el Castilla, a mano, a una sola llamada, está Raúl. No le ven preparado. El telefonazo es con Ancelotti y en unas cuantas horas se cierra su regreso.

Escenario 2: Primavera de 2023. Ancelotti tiene contrato hasta 2024. A pesar de la vinculación, ya se sabe la norma de que para que un entrenador siga en el Madrid debe ganar uno de los títulos grandes. Su figura, a pesar del doblete histórico de hace poco más de medio año, no pasa por su mejor momento. Vivo en Copa y Champions, a ocho del Barça en Liga y derrota en la Supercopa, con el Mundial de clubes a un partido. Proyectando posibles sustitutos, en el Castilla, a mano, a una sola llamada, está Raúl. Ahora sí le ven preparado.

Es el cambio, la evolución, que se ha experimentado de puertas hacia dentro con la leyenda blanca y que va generando consenso entre los que mandan. Un pensamiento que ha ido ganando espacio y autoridad en las últimas semanas y que se escenificó la pasada semana con la llamada del Leeds United. Donde antes el club no ponía vetos y dejaba a Raúl tomar libremente la decisión que considerara, esta vez el no de la institución fue rotundo. No es el momento. Porque puede haber un momento primer equipo en un futuro más o menos cercano.

En los últimos tiempos han sido varios los equipos que han telefoneado (Espanyol, Schalke y Eintracht) buscando el sí de Raúl, hombre de club donde los haya, vinculado sin fecha de caducidad al Madrid, donde se ve por ahora en su formación como entrenador de primer nivel. El camino iniciado en los banquillos en La Fábrica, primero como 'observador', unos meses tanteando el terreno, luego ya en el banquillo del Cadete B, va para cinco años, con el hito de la Youth League conquistada en 2020 y sus ya cuatro temporadas con el Castilla, instalado ahora en la zona de ascenso con un equipo joven pero competitivo, un reflejo de lo que fue en sus inicios el propio Raúl. Un hipotético ascenso le catapultaría definitivamente.

Mano con canteranos

El hecho de que su perfil ya sea tenido en cuenta para entrenar al primer equipo no quiere decir que cuando llegue el momento, este verano o el siguiente, sea el elegido. Pero Raúl ahora sí está sobre la mesa como uno de los precandidatos, por así decirlo. El desempeño del filial, el crecimiento de futbolistas que ha tenido bajo sus órdenes y que se revalorizaron y salieron, como Fran García (ya recuperado), Miguel Gutiérrez, Chust, Blanco, Baeza, Gila o Latasa, otros que están asomando ya al primer equipo (Arribas, Marvel, Álvaro Rodríguez, Mario Martín…), la evolución de su método y otros intangibles de los que solo ven los que conviven pero que tienen que ver con una modulación de su lado más político y comunicativo… muchos argumentos que suman para entender la valoración del club.

De hecho, este conocimiento de la cantera y la situación y planteamiento de mercado que planea el Madrid es otro valor añadido para el entrenador. Hay una línea de planificación en el club que apuesta por subir a mirlos al primer equipo para completar la plantilla ocupando las plazas que dejen o podrían dejar los Mariano, Odriozola, Vallejo, Hazard y otros con más peso pero cuyo futuro sigue siendo una incógnita. Se defiende que es más razonable contar con estos jóvenes que ir al mercado, donde el Madrid suele comprar caro y pagar salarios altos a futbolistas que acaban jugando poco o nada. La solución, muchas veces, está en casa. Y pocos son más de la casa que Raúl González Blanco.