ATLÉTICO DE MADRID

El Atlético valora los 'goles' de despacho de Mateu Alemany y se plantea seriamente su fichaje

En 2000 y 2004 dijo que no al Real Madrid y en las tres últimas temporadas ha sido clave en la supervivencia económica del Barcelona.

Mateu Alemany, en una Asamblea del Barça/FCBarcelona.com
Mateu Alemany, en una Asamblea del Barça FCBarcelona.com
Enrique Ortego

Enrique Ortego

No se ha cumplido un mes desde que Mateu Alemany Font (Andraitx, 60 años) fuera empujado por Laporta a abandonar la dirección de fútbol del F.C. Barcelona, y de esta forma Deco pudiera amontonar plenos poderes deportivos en el club, y el ejecutivo mallorquín vuelve a estar en el mercado. Sus más de tres décadas de experiencia y su demostrada capacidad de gestión en los tres clubes por los que ha pasado (Mallorca, en dos etapas, Valencia y Barcelona) le han convertido, más que posiblemente, en el ejecutivo de moda. Hasta el punto de que la Premier también puso sus ojos en él aunque, finalmente, no fructificara su fichaje por el Aston Villa

De hecho, Mateu se encuentra entre los dirigentes más valorados del fútbol español desde hace más de 20 años. No se puede olvidar que Florentino Pérez le ofreció la dirección general del club nada más aterrizar en la presidencia del Real Madrid, en 2000, y que cuatro años después volvió a realizar una segunda intentona, no tan directa, pero sí real. En ambas ocasiones, Mateu prefirió continuar en el Mallorca por fidelidad a la propiedad del club. Entre valles, también fue requerido por un sector del futbol español, con el visto bueno de la Liga Profesional e incluso del Consejo Superior de Deportes, para ser candidato a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (2007) y meses después su nombre sonó como posible presidente ejecutivo de la ACB.

Ahora Alemany, finiquitados los últimos flecos de su relación laboral con el club azulgrana, donde acababa contrato en junio de 2024, termina de superar la decepción sufrida con la cúpula azulgrana. Tras no materializarse su fichaje por el Aston Villa, a su vuelta, le había dejado prácticamente sin contenidos dentro de su parcela, para dárselos todos a Deco. Una forma como otra cualquiera de abrirle la puerta después de haber realizado 82 operaciones de mercado, 22 de entrada y 60 de salida, durante sus tres años en el club. Por no valorar los 300 millones de reducción de la masa salarial de la plantilla bajo su gestión.

Todavía a caballo entre Barcelona y Palma, con la cicatriz abierta, pretende desacelerar su vida, pero tres semanas largas después ya se ha dado cuenta de que le va a ser imposible. Los proyectos se le insinúan por el camino en un horizonte cercano. Uno en particular, de producirse, le podría ilusionar especialmente. Según ha podido saber Relevo, el Atlético de Madrid estaría interesado en incorporarle a su escueto organigrama. Miguel Ángel Gil mantiene desde hace bastante tiempo un gran relación con Mateu y, ahora que está libre, se lo plantea de forma consistente. Hueco tiene. Entre su cargo, consejero delegado, y el de Andrea Berta, director deportivo, existe un vacío en forma de espacio abismal. Mateu podría trabajar directamente con ambos. A dos bandas. No vendría a sustituir a ningún otro profesional en concreto, sería un refuerzo... de lujo.

Por si no hubiera demostrado ya su versatilidad en el Mallorca y en el Valencia, en el Barcelona ha probado que su capacidad de gestión va más allá de la parcela puramente deportiva. La figura antigua del mánager británico se adapta ad hoc a su tarjeta de visita. Pocos directores en el fútbol español controlan como él las interioridades del fair play de LaLiga y conocen las labores propias de ingeniería financiera que ahora necesitan prácticamente todos los clubes españoles por su delicada situación económica.

Mateu Alemany, junto a Héctor Cúper en Mallorca, en 2004.
Mateu Alemany, junto a Héctor Cúper en Mallorca, en 2004.

Hace una década, justo cuando Simeone se incorporó al club, Miguel Ángel Gil tanteó ya la posibilidad de que Mateu se vistiera de rojiblanco. No cuajó. Pero en todos estos años su relación se ha alimentado tanto que ahora sí podría hacerse realidad lo que entonces no pudo ser porque la situación de la entidad rojiblanca era absolutamente distinta. Preguntado directamente por este periódico, el interesado aseguró no saber nada de esa posible oferta, aunque reconoce que durante el mes de agosto habló más de lo habitual con el jefe de los rojiblancos. Sobre la mesa estaba la operación Joao Félix, que acabó con la cesión del jugador al Barcelona.

Al margen de este interés del Atlético, el nombre de Mateu Alemany también ha sonado como posible candidato a la presidencia de la Federación Española de Fútbol, ahora que la era Luis Rubiales es historia y la convocatoria de elecciones abrirá un panorama distinto, empezando porque se formará una nueva Asamblea que nada tendrá que ver con la actual. Además, en el paquete federativo se encuentra la candidatura española para organizar el Mundial 2030 que necesita una cabeza visible tras la destitución de Camps de su cargo de secretario general. Esta posibilidad seduce menos a Alemany que la de un club. Mateu siempre ha dicho que prefiere "la trinchera del día a día".

La traición del CSD

Alemany salió muy quemado de su experiencia de 2007. Con el apoyo de siete y ocho Federaciones y, por supuesto, de los clubes, se vio con posibilidades de derrocar a Ángel María Villar. Sobre todo cuando el Secretario de Estado de entonces, Jaime Lissavezky, le prometió por activa y por pasiva que iba a inhabilitar al presidente en el cargo por sus constantes irregularidades económicas. "Me traicionaron. Todos sabían que aquella Federación estaba en quiebra y era un ruina, pero llegó la FIFA, Blatter, el primo de Zumosol, se cagaron y nos dejaron en la estacada", llegó a comentar el balear con el tiempo, a la hora de recordar aquella experiencia federativa.

A pesar de su reciente pasado azulgrana, Mateu siempre ha reconocido que la llamada del Real Madrid en el año 2000 le colocó ante la disyuntiva más comprometida de su carrera profesional. Tenía 37 años y era la oportunidad de su vida. En su memoria guarda con todo lujo de detalles la reunión en las oficinas del Bernabéu con Florentino Pérez y con Jorge Valdano, aunque su interlocutor, desde el primer día, había sido directamente un presidente que conocía de primera mano su evolución como dirigente en el Mallorca al veranear todos los años en la Isla y tener contacto directo con los propietarios del club balear. Mateu, madridista de cuna, aunque nunca hiciera mucho ostentación de ello, puso por delante su lealtad a una entidad a la que había llegado con 18 años y a la situación personal que en ese momento atravesaba el propietario, Antonio Asensio.

Tres días después de decir 'no' al Real Madrid, el 30 de agosto fue nombrado presidente del Mallorca. Y cuando recuerda su fichaje frustrado por el club del Bernabéu, se contenta recordando que 'su' Mallorca vivió con él en los siguientes años las mejores experiencias de toda su historia con la clasificación para jugar la Champions (2001) y la conquista de la Copa del Rey (2003). Al año siguiente, 2004, volvió a tener una segunda oportunidad de recalar en el Real Madrid, que estaba remodelando su organigrama deportivo, pero tampoco fructificaron las conversaciones.

Mateu, entre su trampolín del Mallorca y su consagración en el Barcelona, vivió la apasionante aventura del Valencia (2017-19), donde llegó de la mano de Peter Lim y tuvo que dejar al club, precisamente, por la política del propietario que destituyó al entrenador que él había fichado: Marcelino García Toral. De nada valió el gran trabajo conjunto de ambos, las dos clasificaciones consecutivas para la Champions, ni la Copa del Rey ganada al Barcelona. En Valencia, Mateu Alemany dejó una secuela inolvidable.