FÚTBOL

Lo que han aguantado los árbitros este fin de semana: racismo y vergüenza en dos Europa-Sant Andreu y un "que se ponga las gafas de palo"

El derbi catalán tuvo un doble incidente: en su partido de mayores y en juveniles.

La grada del Europa-Sant Andreu./SANT ANDREU
La grada del Europa-Sant Andreu. SANT ANDREU
Jonás Pérez

Jonás Pérez

No había fútbol en Primera División, pero el balón seguía rodando a lo largo de toda España. Los pequeños campos son precisamente el foco de más conflictos relacionados con el deporte y que no jueguen Vinicius o Lamine Yamal no es motivo para bajar la guardia. Una semana más, toca viajar por los estadios del país para conocer lo que han tenido que aguantar los árbitros que hace muchísimo menos ruido que equivocarse en un penalti o un fuera de juego milimétrico.

Eso sí, en esta ocasión toca respirar. La paz ha reinado en los campos por España, algo menos convencional de lo que nos gustaría. Comenzando por Segunda División, solo el Cádiz-Córdoba resultó tener incidente. En este caso, hasta algo jocoso. Iván Ania, técnico visitante, vio la roja en el minuto 90 por dirigirse a Fuentes Molina con el clásico gesto de dibujar en su rostro unas lentes como representación de que el colegiado no ve lo que tiene que ver. Lo acompañó con la frase. "Que se ponga las gafas de palo".

Brull Acerete tuvo que hacer frente a una decisión poco agradable en el enfrentamiento entre Real Sociedad B y Real Unión: expulsar a un futbolista por sobrepasarse cuando el partido estaba completamente decidido. Así es el fútbol, incluso con la sonora goleada 5-0 del filial, Carlos Manuel Pérez Sánchez vio la roja "por protestar a gritos una de las decisiones y levantándose del banquillo". ¿Qué necesidad había de protestar de forma tan vehemente a los 89 minutos? Cosas de la competición.

El Ourense-Tarazona fue algo más tenso por el ajustado marcador de 3-2. Y se dio una de esas anécdotas que son tan frecuentes como raras. A los 88 minutos, el local Alberto Gil fue expulsado por una patada y, dos después, Sergio Cano, entrenador del técnico rival, no parecía estar satisfecho con su superioridad numérica y se marchó al vestuario por protestar de forma ostensible con los brazos en alto y a gritos.

El banquillo del filial rojiblanco apunta a habitual en estos repasos. En este caso, Ricardo Alonso, entrenador de porteros, se excedió en sus protestas en el tiempo de descuento y tuvo que retirarse a vestuarios. Una doble curiosidad para destensar: en el Algeciras-Real Murcia se vio forzado a detener el partido por la activación automática de los aspersores y Mohamed Moukhkliss jugó con dorsal de filial (28) en lugar del suyo (24). No tenían la camiseta.

Una invasión de cien personas sin consecuencias

Bordons Romeo se explayó para denunciar lo ocurrido en el Pontevedra-Bergantiños. A los 79 minutos, la afición local lanzó dos botellas al terreno de juego que, afortunadamente, no golpearon a nadie. Tras indicarse por megafonía que se cesara, no volvió a ocurrir. También en el Grupo I de Segunda Federación, el Laredo sufrió una avería mecánica en la previa que forzó a que tuvieran que ser rescatados por otro autobús. El partido se retrasó 30 minutos. Impensable para los colegiados de la élite, jamás ocurriría algo así.

La tranquilidad del Grupo II choca con la del cuarto. El triunfo del Orihuela contra el Villanovense comenzó en la grada. Aunque el colegiado no lo permitió. "Un artículo pirotécnico generó una humareda" al que se unieron una importante cantidad de bengalas. El partido se demoró unos minutos y transcurrió con normalidad. Como el UCAM Murcia-Antoniano, hasta que el minuto 90 Lingala Jeriah Benjamin Prasad fue expulsado por chillar y salir del banquillo protestando. En el 32' cayó por el mismo motivo Jaime Rebollo en el Guadalajara-Illescas. Y cinco minutos antes Rafael Fernández Laso en el Sanse-Unión Sur Yaiza.

El duelo entre Unión Adarve y Real Madrid tuvo un doble episodio. El gol del Adarve en el 74' provocó que unos 15 niños saltaran a celebrar con los futbolistas. Se les indicó que no lo volvieran a hacer, pero no se les expulsó. Normal, son chavales. Al acabar el partido se repitió la escena del asalto, pero hasta con cien espectadores. Incluso bloquearon el túnel de vestuario, fruto de la circunstancia. Ninguno quiso agredir a unos árbitros que se sintieron seguros. El problema no es lo que ocurrió, sino que se permitiera lo que ocurrió. En definitiva, si uno de cien hubiera querido agredir al colegiado, estaríamos lamentando un incidente mayor.

Los líos del Europa-Sant Andreu por partida doble

Es una de las historias del fin de semana. Se conocía ya de antemano que el Europa-Sant Andreu iba a ser de alto voltaje. Pero se desmadró en exceso. A los 26 minutos, desde el fondo los aficionados visitantes lanzaron al terreno de juego un mechero y una lata vacía. En el descuento de la primera mitad, al volver a lanzar otro mechero, el partido se tuvo que detener durante diez minutos, en riguroso cumplimiento del protocolo. Hasta los futbolistas se tuvieron que retirar a vestuarios.

No contentos con ello, tras la reanudación, los aficionados del Sant Andreu se volcaron en masa con los suyos tras un nuevo gol y derrumbaron la valla metálica de uno de los fondos. Las asistencias sanitarias tuvieron que entrar de urgencia para atender a los heridos y el colegiado Sáiz Villares se vio obligado a volver a suspender el partido. Los Mossos d'Esquadra no pudieron garantizar la seguridad de los presentes y el encuentro se detuvo definitivamente. Ahora, Competición debe valorar una nueva fecha para la reanudación.

Por último, este mismo fin de semana, aunque parezca mentira, también hubo que lamentar incidentes en el Europa-Sant Andreu juvenil. Antes del descanso, el árbitro paró el encuentro después de que varios "aficionados" desde la grada gritaran "negro, negro" a Saido Krubally. Los clubes condenaron enérgicamente lo sucedido sin saber que unas horas después el duelo de los mayores también se descontrolaría de forma insospechada.

Así se dio la jornada arbitral en las cuatro principales categorías del fútbol español. Desde Relevo, no hemos detectado más episodios de especial gravedad en Tercera Federación o fútbol base, lo que no quiere decir que no existan. En caso de que conozcas alguno, háznoslo saber a través de nuestras redes sociales.