Max Verstappen se mete de lleno en la fábrica de Red Bull para enmendar una falta de comunicación
Su jefe, Christian Horner, explicó la nueva rutina del tricampeón para darle la vuelta a la tortilla.
Allá por el mes de mayo,Max Verstappencomenzó a notar algo inusual en su RB20. No era igual de rápido que en 2022, ni mucho menos replicaba la velocidad de 2023 y ya ni siquiera parecía igual de fiable que en los primeros compases de 2024, cuando todavía era capaz de ganar holgadamente. Esa superioridad terminó en Miami, cuando Lando Norris gana su primera carrera y McLaren pone la primera piedra de su sorpasso a Red Bull. Es más, ya no es que el monoplaza austriaco no fuera rápido, directamente, no estaba equilibrado. Y eso es un grave problema en esta Fórmula 1.
Rápidamente, Verstappen lo reportó entre su grupo de ingenieros para atajar rápidamente el paso de lo que empezó siendo una bola de nieve y se ha transformado en alud. Según Jos, el polémico padre del piloto neerlandés, ocurrió de esa manera. "Max empezó a quejarse seriamente del equilibrio hace unos tres meses", reveló tras ver a su hijo ser sexto (salió séptimo) en Monza. "Pero el equipo no le creyó", hubo una falta de comunicación fatal. Unas cuantas carreras más tarde el RB20 se ha convertido "en un monstruo", la diferencia a favor de Verstappen en el mundial es considerablemente más baja y ahora su tetracampeonato (y lo que es más serio, el futuro de Red Bull como equipo ganador) corre verdadero peligro.
Según Jos, "ahora ya es demasiado tarde". Para Max nunca lo será. Ante los medios no le queda otra que admitir la superioridad de otros equipos. De hecho, en la gira europea McLaren (286), Ferrari (220) y Mercedes (200) cosecharon más puntos que Red Bull (182). Pero detrás de cámaras se quita el mono de piloto para enfundarse el de ingeniero, mecánico y casi el de chico de los cafés.
En declaraciones al canal oficial de la F1, Christian Horner reveló lo mucho que se está implicando el conductor en enmendar los errores cometidos en el desarrollo de su monoplaza. "Me impresionó su compromiso con el proceso". Como ya es sabido, su temperamento en pista es explosivo cuando atisba que las cosas se pueden torcer, en cambio fuera es una especie de reencarnación de Kimi Raïkkonen y su característica faceta de 'hombre de hielo': "No se deja llevar por el pánico, trabaja con los ingenieros, explica con mucha claridad dónde están los problemas y dedica tiempo y esfuerzo".
En Italia, cualquier miembro del equipo que era preguntado seguía respondiendo lo mismo cuando era preguntado por el núcleo del problema. Nadie sabe dónde está, nadie sabe en qué momento se retrocedió tanto en el desarrollo de nuevas piezas. Hasta encontrarlo y actuar directamente sobre él, Max Verstappen es uno más en la fábrica. Su rutina ahora consiste en llegar temprano a Milton Keynes, realizar algunas llamadas por Zoom y pasar todas las horas posibles en el simulador (no el de su casa, sino el que recoge datos para su Fórmula 1), tal como reveló Horner.
El propio Max aseguró que no pararían hasta desarmar por completo el rompecabezas que tienen en Red Bull. Han pasado la primera de las dos semanas que separaban Monza de Bakú trabajando en ese mismo propósito y solo el tiempo dirá si las aprovecharon adecuadamente.