F1 | GP ITALIA

La radio que da la razón a Max Verstappen cuando dice que Red Bull ha convertido su cohete "en un monstruo"

El neerlandés no oculta los múltiples fallos en el coche que le ha hecho tres veces campeón del mundo.

Max Verstappen, en Monza. /AFP
Max Verstappen, en Monza. AFP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

Qué rápido le cambia a uno la vida. Aproximadamente hasta China (es difícil encontrar el punto de inflexión), el Red Bull era el coche de siempre, el que Max Verstappen conducía hasta una pole los sábados y una cómoda victoria los domingos. Poco debate había, de hecho 2024 pintaba como una copia de 2023 y 2022. Pero algo ha pasado en el camino, entre arreglos, ajustes y mejoras implementadas en el box austriaco, que se le escapa a todos. Incluso a los integrantes de ese garaje.

Verstappen ya no esconde que su monoplaza no es el de antes y, lo peor de todo, que no han encontrado la solución a su caída de rendimiento. Carece de todo equilibrio necesario para ser rápidos y dominantes como antes, y cuando le han preguntado en cada entrevista previa a los últimos Grandes Premios ha sido como un libro abierto: "Yo nunca he encontrado el problema, seguimos teniendo un problema que entendemos. Es duro. El coche no está bien equilibrado". Así de tajante era hace solo dos días, y así le fue la carrera, sexto y gracias porque George Russell no fuera capaz de remontar el grave error que cometió en la salida.

Monza fue incluso más duro que Zandvoort con Red Bull. Ya ni siquiera el 'factor Max Verstappen' les vale a los campeones para salvar los muebles, y eso que no se ha esfumado su ambiciosa actitud ni entre la tormenta. Lo demuestra una radio en concreto. En la vuelta 37 de carrera Lando Norris corría detrás del neerlandés en busca de recuperar en pista las posiciones que perdió tras su segunda y última parada. Cuando Max vio que el DRS estaba a punto de caramelo para el británico abrió la radio que le conecta con su ingeniero. "¿Puedo competirle a Lando?", preguntó pidiendo permiso, con respuesta afirmativa: "Sí, por favor".

Ha pasado de pedir perdón a pedir permiso, muy poco propio de Max Verstappen, pero una cosa es querer (que te dejen) y otra poder. El McLaren aprovechó su primera oportunidad de adelantarle y siguió sin oposición su camino al podio. Así de rápido fue.

No tuvo ninguna herramienta para detener su marcha, algo que ya augura un próximo 'sorpaso' en el Mundial de constructores (21 puntos recortados) y de pilotos (8) si McLaren hace su trabajo. Su sensación al mando de esa máquina que hace pocos meses parecía un cohete ha debido cambiar drásticamente, ahora lo ve como todo lo contrario. "El año pasado tuvimos el coche más dominante de todos los tiempos, pero se convirtió en un monstruo", le confesó al periodista Erik van Haren. No hay sintonía en el RB20, y por muy tricampeón que sea Verstappen milagros no puede hacer.