FÓRMULA 1

¿Por qué Verstappen se la tenía guardada a Checo Pérez?

El incendiario GP de Brasil ha puesto en evidencia la gestión de Red Bull de sus dos pilotos, pero ¿de dónde viene todo?

Checo Pérez y Max Verstappen, en una imagen del pasado GP de Japón de F1. /EP
Checo Pérez y Max Verstappen, en una imagen del pasado GP de Japón de F1. EP
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Max Verstappen ni olvida, ni perdona. El piloto neerlandés fue protagonista el domingo en los últimos estertores del alocado GP de Brasil de Fórmula 1 cuando se negó a ceder a su compañero de equipo un sexto puesto fútil para él, ya bicampeón del mundo. La reacción de Checo Pérez a la zancadilla del piloto del garaje de al lado no se hizo esperar. "Ha demostrado quién es realmente", soltó por la radio del equipo. Mecha prendida. Pero el feo gesto del neerlandés parece tener un motivo hasta ahora desconocido.

La relación entre ambos pilotos ha sido sumamente cordial desde que el mexicano reemplazase a Alex Albon de cara a la temporada 2021. Aunque Pérez alguna vez llegó a sugerir que el monoplaza evolucionaba siempre en la dirección que marcaba el neerlandés, era consciente desde el principio que llegaba a un equipo estructurado alrededor del joven piloto. No en vano, Red Bull le ganó a Mercedes en 2014 la batalla por hacerse con la joven promesa de apenas 18 años.

El mexicano fue pieza clave en la consecución del primer título de Verstappen, cuando retuvo durante varias vueltas a Lewis Hamilton en el primer tercio del controvertido GP de Abu Dhabi 2021. "Nunca sabes cómo van a ir las cosas cuando empiezas a trabajar con alguien nuevo. Pero Checo es un ser humano increíble. No solo para trabajar en la F1, sino que también es una persona súper amable, un hombre familiar. Es raro tener a un compañero así y que haga lo que hizo hoy. Espero que podamos seguir así durante mucho tiempo", comentó Verstappen en diciembre de hace solo un año. El neerlandés llegó a llamarle "leyenda" por la radio tras acabar la carrera.

La relación continuó por buen camino este 2022, pero tras renovar por Red Bull hasta finales de 2024, Pérez elevó el listón. "No hay nada en mi contrato que establezca que tengo que acabar segundo o similar. Sí, creo que tengo una buena oportunidad de luchar por el título, pero aún es pronto y todo puede pasar en los próximos meses", aseguró a principios de junio el mexicano. En Canadá, una semana después, llegó a añadir: "Quiero dar el máximo de mí mismo. Estoy en este campeonato y quiero ganarlo. He renovado recientemente y mi papel es tratar de luchar y ganar el título". En ese momento, estaba a 25 puntos de su compañero.

Pero el daño ya estaba hecho. En Barcelona Red Bull le pidió a Pérez que dejase pasar a Verstappen en plena batalla por la victoria para que el neerlandés fuese quien liderase el segundo doblete del equipo en 2022. Esto le valió para colocarse líder del campeonato por primera vez en la temporada, después del gran arranque de Ferrari, posición que no soltaría desde ese momento. Y fue una semana después cuando llegó un momento crítico en la relación.

En la clasificación del GP de Mónaco, el 28 de mayo, Pérez trompeó en la entrada al túnel antes de los segundos intentos de la Q3 definitiva. El mexicano había marcado el tercer mejor tiempo provisional, por delante de su compañero de equipo, y el accidente, al que se sumó, irremediablemente, Sainz, dio la pole a Leclerc.

Al parecer, según dejó entrever este domingo Tom Coronel -piloto neerlandés de turismos y del Rally Dakar y habitual comentarista de varias televisiones del país-, Pérez sufrió el trompo en Mónaco a propósito para salir por delante de Verstappen y tener opciones de lograr su primera victoria en las calles del Principado (algo que lograría tras el fallo estratégico de Ferrari). La versión de Coronel también la confirmó Erik van Haren, periodista de De Telegraaf, cercano a la familia Verstappen, que añadió que el mexicano "se lo reconoció posteriormente" a Christian Horner, jefe del equipo, y a Helmut Marko, asesor de Red Bull Racing. En las imágenes, se aprecia cómo Pérez parece dar un golpe de acelerador inesperado en es punto del circuito y apenas intenta contravolantear para mantener recto su RB18.

Nadie de Red Bull quiso confirmar estas afirmaciones en Interlagos, pero cuando se le preguntó directamente a Verstappen por ello, respondió a Sky F1: "No voy a decirlo. Di mis razones de por qué no lo hice y creo que todos lo entendieron. Fue bueno que por fin nos sentáramos juntos y creo que somos los suficientemente profesionales para dejarlo atrás. No somos bebés. Entiendo por qué está decepcionado, pero ellos tienen que entender por qué lo estoy yo y se lo expliqué". El neerlandés había comentado previamente en la radio del equipo: "Os lo dije ya en verano... no me lo volváis a pedir. ¿Lo tenemos claro? Tengo mis razones y me mantengo firme".

Pérez, por su parte, agradeció al equipo lo ocurrido de manera irónica, antes de añadir por la radio: "Esto demuestra quién es realmente". Tras bajarse del coche, llegó a asegurar: "Me dijeron que me iba a dejar pasar. Estoy muy sorprendido. Si tiene dos campeonatos, es gracias a mí".

Sea como fuere, lo cierto es que el incendio iniciado el domingo en Brasil es de esos que dejan ampollas que son difíciles de curar. Pese a que Verstappen aseguró, frío y distante, que "no es el fin del mundo" y que ayudará a su compañero en Abu Dhabi, la última cita de la temporada, "si necesita los puntos", y a pesar de la insistencia de Horner y Marko en pasar página, la herida está abierta. Además, el resultado del domingo obliga, sí o sí, a Pérez a acabar por delante de Leclerc en Abu Dhabi (a igualdad de puntos, gana Leclerc por sumar una victoria más).

Lo cierto es que la falta de consistencia de Pérez desde Canadá le dejó sin opciones de pelearle a Verstappen de tú a tú el título. El propio piloto reconoció que tendrá que mejorar este aspecto "junto al equipo" para la próxima temporada. Pero parece complicado que pueda plantarle cara al neerlandés en una batalla directa por el campeonato. Aun así, ¿se la cobrará el mexicano en 2023?