El juvenil que ha superado los registros de Valverde, Indurain y Contador: "Voy a demostrar que en España también hay clasicómanos"
Tras el Europeo y el Mundial, Héctor Álvarez empezará la temporada 2025 con el Lidl-Trek, equipo que le ha firmado para las próximas cuatro campañas.
Ni Miguel Induráin, ni Alejandro Valverde, ni Alberto Contador, ni Juan Ayuso. Ningún español ha ganado tanto en categoría juvenil como Héctor Álvarez. Con tan solo 17 años, el ciclista de Benidorm ha firmado una temporada para enmarcar en el modesto Lucta-Granja Rinya-InfinObras, con 19 triunfos y una interminable lista de exhibiciones, algo que no ha pasado desapercibido para las altas esferas del Lidl-Trek, escuadra que se ha asegurado sus servicios para las próximas cuatro temporadas.
Las dos primeras, según marca el contrato, las disputará con la escuadra de desarrollo, el Lidl-Trek Future Racing; las dos siguientes, con el equipo WorldTour. "Estoy encantado porque mi siguiente carrera con un equipo ya será con ellos", confiesa a Relevo el joven alicantino, que este mes de septiembre tiene cita en los Europeos y Mundiales representando a España. No obstante, pese a su proyección, Álvarez descarta la idea de saltarse plazos y mantiene los pies en la tierra con asombrosa madurez. "Aunque en un momento dado esté para pasar al WorldTour, quiero cumplir los dos años en el sub-23".
"Todavía soy juvenil y creo que debería aguantar dos años en el Devo [equipo sub-23] porque voy a aprender muchísimo", añade. "Quiero aprender de los demás, de los que están en su segundo o tercer año de sub-23. En esta categoría es donde más aprendes a rodar en bloque, a estar con el equipo, colocado. Luego, además, puedes ir a una carrera Continental y a lo mejor convives unos días con Mads Pedersen o Jasper Stuyven. Y eso, aunque solo sean cuatro o cinco días, ya es un aprendizaje inmenso".
Lo cierto es que la categoría juvenil, esa a la que Álvarez todavía pertenece por edad, se le ha quedado pequeña. "Es algo que no me esperaba. El otro día estaba echando un ojo a Twitter y vi que era el español que más había ganado nunca en juveniles y la verdad es que me impresionó bastante", recuerda con pudor. "Al final, yo quiero ir día a día. Me gusta disfrutar cada carrera que corro… Y sí, también ganar. Soy un chico al que le gusta atacar y dar espectáculo, pero nunca me he puesto a contar las victorias que consigo".
Una, dos, tres, y así hasta 19, incluyendo cinco generales, la última, hace solo unos días en la Vuelta a Cantabria. Todo, además, a pesar de dos grandes condicionantes. "En primavera siempre sufro muchísimo con la alergia, hasta el punto de que me cuesta respirar y abrir los ojos. Claro, mi nivel bajaba mucho, pero este año hice las pruebas y me salió alergia al polen de la gramínea", señala Álvarez, que en mayo aparcó la bicicleta para encarar la Selectividad. "Quería prepararme bien, pero tanto mi entrenador como yo sabíamos que un mes entero sin tocar la bici era arriesgado para la competición".
"Mi entrenador y yo nos hemos quedado impresionados con el año que he hecho"
CiclistaMes y medio después de su última carrera, y sin apenas entrenamiento, Álvarez disputó la Gipuzkoako Itzulia Junior (Vuelta a Guipúzcoa Junior), donde levantó los brazos en dos de las cuatro etapas y conquistó la clasificación general. "Nos quedamos impresionados, porque incluso ahí sentía que no estaba al cien por cien", reconoce. "La semana siguiente era el Campeonato de España y llegaba un poco verde, pero mira, pude hacer segundo en la crono [por detrás de Adrià Pericas], que es una especialidad que creo que se me da bastante bien".
Poco a poco se iban despejando unas dudas entendibles. "Claro, yo salía de cadete y pensaba, soy muy alto [1,87m], estoy más desarrollado que los demás y voy bien ahora, en una hora y media de carrera, pero en el salto a juveniles, con tres horas o tres horas y media, vamos a ver", apunta, receloso de su propio nivel. "Al principio me costó, eh, sobre todo el tema de la comida. En cadetes casi ni comía, me llevaba un gel a la carrera y tiraba. Ahora tengo todo encuadrado y ostras, he pegado un cambio enorme. Pasé de llegar enrampado a los finales a sentirme con muchísima fuerza para rematar".
Y es que ese es, precisamente, uno de los fuertes del ciclista alicantino. "Soy un clasicómano que esprinta bien, que te puede rematar finales con grupos pequeños y que tampoco se le da mal la subida", advierte. "Eso sí, cuando nos vamos a puertos largos, de los que ya superan el 12%, como en Alpes o Pirineos, ahí sí me cuesta un poco más. En definitiva, creo que me podría parecer un poco a un Oier Lazkano de Critérium du Dauphiné o a un Iván Romeo, que también es muy alto, como yo. Que ojo, los dos están muy lejos aún, eh, pero sí que podrían ser un poco mis referentes".
"Yo a Óscar Freire lo colocaría a la altura de Miguel Induráin"
CiclistaAntes, de niño, idolatró a otro desde la televisión. "El día que Contador ganó su última carrera, aquella subida al Angliru, mi madre me echó una bronca tremenda porque llegábamos tarde a una carrera, pero yo no quería perderme a Alberto disparando por última vez", recuerda con una sonrisa. "Era un corredor diferencial, pero mira, quiero aprovechar para ensalzar también la figura de Óscar Freire, que fue triple campeón del mundo, ganador del maillot verde en el Tour, ganador de la Milán San-Remo y la gente, en el top histórico, te mete cinco o seis por delante de él. Al final, parece que en España solo nos fijamos en los vueltómanos, y yo, a Freire, lo podría colocar a la altura de Miguel Induráin".
"Aquí siempre nos obcecamos con los vueltómanos y parece que los clasicómanos salen solo de Bélgica y Holanda, y no, quiero demostrar que no es así. En España también hay nivel", sentencia con brillo en los ojos. "Ya lo está demostrando Oier Lazkano [que acaba de dejar el Movistar Team para fichar por el Red Bull-Bora] y yo voy a intentar ayudarle. Al final, en España está subiendo muchísimo el nivel, a mí casi me cuesta ganar más aquí que fuera, y creo que es hora de que demos un puñetazo sobre la mesa".