¿Cómo sería La Vuelta sin pinganillos? "Nos encontramos ante un vacío que nos preocupa"
La UCI ensaya a reducir o eliminar el contacto por radio entre ciclistas y directores para dirimir su impacto en la seguridad de las carreras.
Es un asunto que lleva mucho tiempo en discusión, pero sólo llegó a la esfera pública hace unas semanas. Desde hace años, la fijación de varios organizadores y altos dirigentes del ciclismo es que los pinganillos anulan la competición: que las carreras están demasiado controladas, que los corredores son autómatas al servicio de la voz que mueve los hilos desde el coche. Los directores deportivos, por su parte, argumentan que es su única manera de terciar en la táctica de forma efectiva (so pena de ser 'pirateados' por los rivales) y que les permite ofrecer avisos de seguridad a sus pupilos. En cuanto al pelotón, está dividido entre quienes priorizan la seguridad y quienes ven las radios como un arma de doble filo.
El uso del pinganillo es una más en el cúmulo de conversaciones y soluciones que se estudian para modernizar el ciclismo y hacerlo más atractivo y seguro. Los cuatro actores interesados (la UCI, federación internacional; organizadores; equipos; y ciclistas) han organizado una serie de espacios de diálogo que, en este caso particular, se concretaron en tres 'tests' de cómo serían las carreras sin pinganillos: dos en la Vuelta a Polonia y en la Vuelta a Burgos, pruebas masculinas disputadas en agosto, y otros dos en el Tour de Romandía femenino, previsto a inicios de septiembre.
"En la Vuelta a Burgos se salió un día sin pinganillos y otro con sólo dos pinganillos por equipo", explica Kiko García, director técnico de La Vuelta y representante de los organizadores en las conversaciones sobre este asunto. "Hasta donde yo sé, no fue mal. En la etapa sin pinganillo no ocurrió nada especial. En la etapa de dos por equipo, tampoco: sólo que uno de los tres fugados llevaba uno de los pinganillos de su equipo, por lo que el director sólo disponía de un interlocutor en el pelotón".
It was chaos today, without radios. @UCI_cycling cannot continue with this radio ban. It turns the race into a complete farce like we saw in the olympics where riders cannot call the car for basic assistance (in case of a mechanical). Hopefully no one was too badly hurt today. https://t.co/ObyaKGW5We
— Richard Plugge (@RichardPlugge) August 14, 2024
En Polonia, en cambio, hubo más problemas. Uno de los dos días de tests, Nicolas Debeaumarché (Cofidis) y Pepijn Reinderink (Soudal Quick-Step) se fueron al suelo. Sólo el neerlandés recibió asistencia médica y mecánica; el galo, en cambio, no fue advertido en primera instancia por las personas presentes en carrera pese a haberse fracturado tres vértebras y no sentir el cuerpo. "De haber llevado pinganillo, podría haber avisado a su equipo", alega un defensor del uso de las radios. Los tuits intercambiados entre el jefe de Visma y el presidente de la UCI fueron la comidilla de la semana.
"Yo siempre fui un defensor del pinganillo, durante muchos años, porque entendía que las órdenes no repercutían decisivamente en la seguridad ni el desarrollo de la carrera", expresa Luis Ángel Maté, ciclista de Euskaltel-Euskadi y profesional desde 2008. "Sin embargo, he cambiado de opinión a lo largo de los años, porque el ciclismo se ha vuelto mucho más competitivo a causa del sistema de puntos y muy agresivo por la cantidad de estímulos que recibimos mientras pedaleamos". Cada vez que el pelotón llega a un punto peligroso o potencialmente decisivo del recorrido, todos sus integrantes reciben la misma orden de sus técnicos: colocarse bien para evitar cortes o caídas. Y justamente eso, apuntan los críticos, favorece los accidentes.
Here is the race radio involving Reinderink's & Debeaumarché crash of today.
— Luc Grefte (@LucGrefte) August 14, 2024
- Note how the jury overlooks Debeaumarché (!!)
- The jury wants to warn the peloton, but only two riders have radios. With the peloton just 1'30" behind, these riders can’t alert all their teammates pic.twitter.com/t5aHdKjHfm
"Yo pienso que la supresión del pinganillo no influiría demasiado en la seguridad de las carreras", rebate Xabier Zandio, director deportivo de Ineos Grenadiers. "Que los técnicos azucemos a los ciclistas por la radio no es determinante a la hora de que haya más o menos caídas. No obstante, sí ocurrirá lo mismo que en las pruebas en línea de los Juegos Olímpicos, que se corrieron sin pinganillo: que los ciclistas no sabían dónde estaba el grupo perseguidor, ni podían avisar en caso de problema mecánico. Sencillamente, estamos acostumbrados a trabajar con otro sistema. No obstante, me parece bien que se experimente con nuevas normativas".
"Sin el pinganillo, nos encontramos un vacío que nos preocupa un poquito", retoma Kiko García. Muchos de los peligros del recorrido, especialmente los sobrevenidos, se avisan por Radio Vuelta para que los directores informen a sus ciclistas; sin pinganillos, estos no pueden recibir información de los coches y van 'a ciegas'. "Las carreras sin pinganillo son más espectaculares porque, sin él, prevalecen la improvisación y la creatividad de los ciclistas. Sin embargo, esto choca con la seguridad de los propios ciclistas. Quizá deberíamos desarrollar sistemas alternativos, como ingeniar un método para que los ciclistas puedan escuchar Radio Vuelta o para limitar la cantidad de mensajes que cada coche puede emitir". El debate está vivo y, más allá de exabruptos puntuales, discurre por cauces inusualmente ordenados para el caos que suele reinar en las tramoyas del ciclismo.