CICLISMO

Euskaltel-Euskadi: entre la nostalgia de Mayo y la ilusión de la 'generación Azparren'

El nuevo proyecto deportivo de la 'marea naranja' sufrió un revés al quedarse fuera de la Vuelta a España, pero es el mejor ProTeam nacional según el Ranking UCI.

Mikel Bizkarra, Txomin Juaristi y Xabier Mikel Azparren lideran la fila de Euskaltel-Euskadi durante la reciente Volta a Catalunya. /EUSKALTEL-EUSKADI / SPRINT CYCLING
Mikel Bizkarra, Txomin Juaristi y Xabier Mikel Azparren lideran la fila de Euskaltel-Euskadi durante la reciente Volta a Catalunya. EUSKALTEL-EUSKADI / SPRINT CYCLING
Fran Reyes

Fran Reyes

Durante una década, los Pirineos eran sinónimo de 'marea naranja': hordas de aficionados vascos que copaban las cunetas del Tour de Francia (y en ocasiones también la Vuelta a España) vestidos con el color de 'su' Euskaltel-Euskadi. Todavía hoy resuenan los ecos de aquellos días de vino y rosas: de Iban Mayo ganando en el Alpe d'Huez y firmando una exhibición histórica en la cronoescalada al Mont Ventoux del entonces conocido como Dauphiné Libéré; de Roberto Laiseka coleccionando triunfos en cimas de postín; de Haimar Zubeldia firmando puestos de honor por doquier; de Samuel Sánchez hollando alturas insospechadas. Una escuadra que se desvaneció cuando volaba más alto y que, tras un interludio de cinco años, regresó al pelotón profesional en 2018 para un nuevo proyecto hoy asentado en la segunda división del ciclismo mundial al que recientemente le cayó un jarro de agua fría al no recibir invitación para la Vuelta a España.

Los orígenes de esa primera encarnación de Euskaltel distaban mucho de ser tan lustrosos como su cénit. La Fundación Euskadi fue creada en 1994 en un proyecto liderado y gestionado por Miguel Madariaga, sufragado por las aportaciones individuales de socios y empresas. Estuvo a punto de perecer por pura asfixia económica en 1997, cuando la telefónica Euskaltel asumió el patrocinio principal y acabó por cambiar sus colores originales (verde, blanco y rojo: la ikurriña) por un verde botella que después dejó paso al naranja que todos los buenos aficionados al ciclismo recuerdan.

No fue hasta 2001 que ese Euskaltel-Euskadi accedió a la primera división del ciclismo y a una invitación para el Tour de Francia. Siete años de crecimiento dejaron paso a trece temporadas de apogeo en los que la estructura vasca logró asentarse en el UCI WorldTour, siempre con presupuestos relativamente modestos pero suficientes para ser competitivos.

Todo se truncó en la campaña final, 2013. En vísperas de la misma, la empresa Euskaltel decidió disociarse de la Fundación Euskadi, que se vio abocada a completar dos años en la categoría Continental (tercera división mundial) de nuevo con la equipación 'ikurriña' antes de retroceder al amateurismo. Aquel último Euskaltel-Euskadi gestionado por la telefónica duró sólo un año y desapareció en una llamarada, con unas negociaciones fallidas de última hora para vender su estructura a Fernando Alonso en lo que iba a ser FACT (Fernando Alonso Cycling Team; 'hecho', en inglés) y acabó siendo humo. Y con esto, las camisetas naranjas se quedaron guardando polvo en los armarios de los aficionados vascos.

Fue en septiembre de 2017 que la Fundación Euskadi recibió un nuevo impulso gracias a uno de sus hombres más emblemáticos, crecido en su seno hasta llegar a la élite mundial: Mikel Landa. A él quiso legar Madariaga su criatura, y el alavés asumió el reto empezando por recuperar el profesionalismo y el color naranja. Aunque tuvo que dejar el patronazgo de la Fundación por conflicto de intereses con su vida deportiva, fue todavía bajo su mandato que Euskaltel volvió a ligar en 2020 su marca con un equipo que ahora competía en ProTeam, la segunda división en la que está encuadrado como ya lo estuvo en sus primeros pasos hace tres décadas.

El bloque de Euskaltel-Euskadi, en la salida de una etapa de la reciente Vuelta al País Vasco.  EUSKALTEL-EUSKADI / INDOMIT VISUALS
El bloque de Euskaltel-Euskadi, en la salida de una etapa de la reciente Vuelta al País Vasco. EUSKALTEL-EUSKADI / INDOMIT VISUALS

El actual Euskaltel-Euskadi no es un equipo brillante a nivel de resultados. En sus seis campañas de andadura sólo ha anotado cinco victorias: cuatro en distintas ediciones de la modesta Volta ao Alentejo lusa, y la de Antonio Soto en la Vuelta a Murcia de hace dos años. La pasada temporada fue el peor de los cuatro equipos UCI ProTeam españoles en el Ranking UCI. Una tónica que este año se ha dado la vuelta: ha pasado de acabar 2022 en una pobre 63ª posición a arrancar 2023 en una dignísima 29ª, por delante ahora sí de Equipo Kern Pharma (34º), Burgos BH (35º) y Caja Rural-Seguros RGA (42º). Un dato que dista mucho de ser anecdótico toda vez que para poder correr una gran vuelta en 2024 habrá que ser top50 del mundo; y, en 2026, top30.

"Hasta ahora trazamos un balance muy bueno de este 2023", explica Jorge Azanza, director deportivo de Euskaltel-Euskadi, a Relevo. "En el ciclismo de hoy en día, las victorias sólo son posibles en calendario alternativo; Europa es un coto cerrado para los equipos UCI WorldTour. El carácter del equipo ha evolucionado: hemos progresado, pasando de ser batalladores a estar en el final de las carreras". ¿En busca de puntos? "Los puntos están ahí, no te voy a engañar, pero también pesa la progresión de los corredores. Los primeros años nos han servido para aprender, para sufrir, para buscar escapadas y también nuestro límite. Ahora toca disputar, por los puntos y para que los mismos corredores vean que ha llegado su hora de ir un paso más allá".

Xabier Mikel Azparren, en pleno esfuerzo durante la reciente Clásica Jaén Paraíso Interior.  EUSKALTEL-EUSKADI / SPRINT CYCLING
Xabier Mikel Azparren, en pleno esfuerzo durante la reciente Clásica Jaén Paraíso Interior. EUSKALTEL-EUSKADI / SPRINT CYCLING

La actual plantilla de Euskaltel-Euskadi es ilusionante. El empaque de veteranos como Luis Ángel Maté o Mikel Bizkarra se complementa con el empuje de jóvenes como Carlos Canal, Xabier Isasa o Unai Iríbar que crecen carrera a carrera y con el empoderamiento de la generación de los Xabier Mikel Azparren, Gotzon Martín, Joan Bou o el mencionado Antonio Soto, que han desarrollado solidez y se hallan a punto de descollar. "Muchos de nuestros ciclistas están dado un pasito adelante", confirma Azanza. "En las carreras demuestran carácter y nivel adquirido".

A nivel de calendario, Euskaltel-Euskadi ha internacionalizado su actividad. A su habitual presencia en Portugal y Francia se han sumado incursiones en Bélgica y viajes exóticos a Arabia Saudí o Ruanda, en cuya vuelta nacional Mikel Iturria estuvo a punto de conseguir una gran victoria frente a Chris Froome. "La conclusión de estos viajes es que, efectivamente, el equipo consigue más puntos en esas pruebas 'alternativas' que en la Volta a la Comunitat Valenciana o la Vuelta a Andalucía, donde el nivel es mayor", explica Azanza. "Pero, a nivel logístico, supone un esfuerzo grande; a nivel económico, no es la mejor opción; y, por último, puede pasar que los ciclistas se vean mermados por el desplazamiento, la alimentación, los cambios de altitud… Y, si no salen las cosas como esperabas, el viaje es un engorro sin recompensa".

Una fila de ciclistas de Euskaltel-Euskadi, durante la Vuelta a Ruanda.  EUSKALTEL-EUSKADI / TOUR DU RWANDA
Una fila de ciclistas de Euskaltel-Euskadi, durante la Vuelta a Ruanda. EUSKALTEL-EUSKADI / TOUR DU RWANDA

Quedarse sin Vuelta a España no fue una sorpresa para Euskaltel-Euskadi. "Era una posibilidad real toda vez que iba a haber rotaciones en las invitaciones y nosotros llevábamos tres años seguidos participando", acepta Azanza. "Nosotros nos agarramos a nuestras opciones hasta el final, tratando de subrayar los mimbres y el talento de nuestra plantilla para contar con un argumento deportivo. A partir de ahí, Unipublic toma su decisión y nosotros sólo podemos seguir nuestra línea". No han querido "volverse locos" buscando pruebas para rellenar el vacío que deja La Vuelta en su temporada. Siguen "día a día", tratando de "conservar la dinámica", mientras en los despachos se negocia la prolongación del patrocinio de Euskaltel, que expira a finales de la presente campaña.

Laboral Kutxa, sin billete para Le Tour Femmes

En el año en que el Tour de Francia sale de Bilbao, la organización de la gran ronda gala ha dejado fuera de su lista de participantes a la Fundación Euskadi, tanto en la versión masculina como en la femenina de su prueba insignia. Si en el caso de Euskaltel la omisión era completamente esperada, las mujeres de Laboral Kutxa sí contemplaban alguna opción. No obstante, no figuraban en el elenco de Le Tour Femmes anunciada el pasado viernes, en el cual tampoco está un Zaaf Cycling Team cuyos problemas económicos han llevado a que la UCI autorice su desbandada. Dos corredoras ya han encontrado nuevo destino: Audrey Cordon-Ragot (a Human Powered Health) y Elizabeth Stannard (a Israel-PremierTech). Pronto se anunciarán más salidas en el equipo catalán.