CICLISMO

El pinchazo que frustró el renacer de Chris Froome… y el sueño de Mikel Iturria

Cinco años después de su victoria en el Giro d'Italia 2018, la última que luce en su palmarés, el tetracampeón del Tour de Francia vive una aventura en la exótica Vuelta a Ruanda.

Chris Froome, durante su escapada en la quinta etapa de la Vuelta a Ruanda 2023. /ISRAEL - PREMIERTECH
Chris Froome, durante su escapada en la quinta etapa de la Vuelta a Ruanda 2023. ISRAEL - PREMIERTECH
Fran Reyes

Fran Reyes

"Creo que la gente que no está metida en el ciclismo tiene totalmente perdida la pista de Chris Froome", reacciona un redactor de Relevo cuando le comentan lo sucedido en la quinta etapa de la Vuelta a Ruanda. ¿Será verdad? Por si acaso, pongámonos en situación: al ganador de cuatro ediciones del Tour de Francia le cambió la vida el 12 de junio de 2019, cuando una dura caída reconociendo la crono del Critérium du Dauphiné le rompió el fémur y le lesionó medio cuerpo. Desde entonces vive en una perpetua recuperación que vivió un hito el pasado verano, cuando acabó 3º en la etapa del Tour de Francia con meta en Alpe d'Huez. Sin embargo, hoy por hoy, está lejos de ser quien fue.

¿Y por qué está Chris Froome (1985, Nairobi) en la Vuelta a Ruanda, una prueba de tercera categoría en la que compite encuadrado en el filial de su equipo, Israel – PremierTech? La razón está precisamente en que su equipo ha alcanzado un acuerdo de colaboración con la federación ruandesa para construir instalaciones que faciliten el desarrollo del ciclismo en este país, que acogerá los Campeonatos del Mundo de este deporte en 2025. No es el único conjunto de primer nivel que está invirtiendo en África: Ineos Grenadiers está desarrollando un programa similar en Kenia, y la histórica estructura Qhubeka (que actualmente compite en segunda división como Q36.5 después de años en el WorldTour con las denominaciones MTN ó Dimension Data) continúa trabajando en toda África, al igual que el Centro Mundial de Ciclismo de la UCI.

A nivel deportivo, la presencia de Chris Froome en la Vuelta a Ruanda obedece a la preparación para su gran objetivo de la temporada, el Tour de Francia. Él mismo aclara ante los medios locales que no está "en la forma física necesaria" para ganar la carrera; que él está pensando "en la temporada europea". Este jueves, no obstante, decidió ponerse a prueba con la espectacularidad propia de un ciclista de su talla.

"Sabíamos que iba a ser una etapa durísima". Quien tercia en la narración es Mikel Iturria (1992, Urnieta), aguerrido ciclista de Euskaltel-Euskadi, recordado por su victoria de etapa en la Vuelta a España de 2019 con una fuga triunfal camino de Urdax. Esperaban 195 kilómetros, 4500 metros de desnivel y dos puertos largos, por encima de los 2000 metros de altitud, al final de la travesía. "Éramos un pelotón de 80 y hemos ido a mil desde la salida, por lo que nos hemos quedado la mitad en cabeza. Entonces, sobre el kilómetro 80, ha habido un momento de parón… y ahí ha atacado Froome".

"Quería probar suerte", interviene el interesado. "Todo el mundo estaba un poco fatigado, así que decidí arrancar para ver cuánta fuerza tenía en las piernas. Mi intención era coronar la última subida en cabeza y ver si podía llegar en solitario a meta". Rápidamente, Froome creó un hueco de 3'30" sobre un pelotón que dudaba hasta que TotalEnergies tomó sus riendas y fue acercando poco a poco al anglokeniano, que no obstante franqueó el penúltimo paso de montaña, a 60 de meta, con minuto y medio sobre el pelotón…

Mikel Iturria, durante su ataque.  TOUR DU RWANDA
Mikel Iturria, durante su ataque. TOUR DU RWANDA

… Mientras Iturria coronaba descolgado. "Pero, según he vuelto a enganchar bajando, he arrancado y me he ido del pelotón". Actitud de ciclista. "Era un momento de confusión; llovía, la bajada había sido complicada, y no sabía ni si Froome seguía por delante".

Fue cuando ya llevaba unos kilómetros en solitario que el vasco recibió la información de que el campeón británico rodaba medio minuto por delante de él. "Y me he dicho: 'ésta es la mía'". Iturria se puso a soñar con una escapada victoriosa junto a un ídolo. "Quería atraparle para ir juntos, a relevos, y llegar hasta meta. Sabemos que éste no es el Froome que ganaba Tours de Francia, pero sigue siendo un ciclista de gran nivel. Alguien que me merece la máxima admiración y respeto; más todavía en mi caso, porque yo también sé lo que es romperse el fémur, y lo duro que es recuperar el nivel después".

Entonces el infortunio se cruzó para frustrar el renacer de Froome, y el sueño de Iturria. Un pinchazo de la rueda delantera detuvo al anglokeniano. Las distancias eran tan estrechas que el coche de su equipo ya no estaba a su vera; hubo de tomar un repuesto del coche neutro, "y no era del todo compatible con mi bici, así que tuve que pararme otra vez a esperar a mi coche". A partir de ahí, la etapa se torció del todo para Froome. Coronó el último puerto ya superado por el pelotón y bajando, en sus propias palabras, se le "apagó la luz". En una curva hubo de esquivar un coche, y eso le llevó a la cuneta. "Por suerte no me hice mucho daño, más allá de morder el polvo". Concluyó a cuatro minutos del primero. "Un día duro".

¿Y qué ocurrió con Iturria? Rebasó a Froome y continuó cabeza de carrera en solitario. El grupo de favoritos le cazó bastante antes de coronar: eran 25 hombres con 4 Euskaltel. "Jugamos nuestras bazas cuesta arriba, cuesta abajo… pero nadie conseguía hacer hueco". Un sudafricano, Callum Ormiston, sí lo logró. En su busca saltó Iturria a dos kilómetros del final junto a James Piccoli, canadiense del China Glory. "Le remaché y me fui solo a por Ormiston, pero no tenía capacidad de pillarle y encima llevaba un pinchazo lento desinflándome poco a poco la rueda". En la recta final, el grupo de favoritos le engulló. Ahora, tanto él como su coequipier Mikel Bizarra están bien colocados de cara a las tres etapas finales.

"Me ha dado mucha pena el pinchazo de Froome", concluye su relato Iturria. "Me hubiera hecho ilusión ir con él a relevos, aunque fuera un par de kilómetros. Luego hemos coincidido en el podio (nosotros éramos el mejor equipo; él, el más combativo) y hemos comentado la jugada: si nos hubiéramos juntado, si hubiéramos hecho la bajada juntos… Hubiera sido un sueño jugarme la etapa con un tío que ha ganado cuatro veces el Tour. Y que encima le ves aquí, con la máxima humildad, dispuesto a sacarse fotos con cualquiera, ayudando a sus compañeros del filial, siempre con una sonrisa. Es muy grande, y demuestra que no todo es ganar Tours".

Una fila de ciclistas de Euskaltel-Euskadi, durante la Vuelta a Ruanda.  EUSKALTEL-EUSKADI / TOUR DU RWANDA
Una fila de ciclistas de Euskaltel-Euskadi, durante la Vuelta a Ruanda. EUSKALTEL-EUSKADI / TOUR DU RWANDA

«Habrá que venir a tope de forma física y con tiempo»

Mikel Iturria está encantado de participar en la Vuelta a Ruanda. «Cuando llevas tantos años en profesionales, competir siempre en las mismas carreras llega a cansar un poco. Hace ilusión cambiar, más allá del inconveniente de todas las vacunas que hay que ponerse para venir». El vasco de Euskaltel habla de una experiencia «muy recomendable»; de una carrera «muy diferente por los equipos de cinco, por el descontrol, por la altitud, porque los recorridos son muy duros»; de sentir «la piel de gallina» cada vez que pasa delante de colegio y escucha gritar a los jóvenes ruandeses. Pensando en los Campeonatos del Mundo de Ruanda 2025, los primeros en suelo africano de la historia del ciclismo de carretera, Iturria augura una prueba durísima. «Se disputará en Kigali, la capital, y allí no hay un metro llano. La zona baja está a 1300 metros de altitud, y en la más alta serán unos 1700. Hay un montón de calles empinadas, con adoquines, y se sumarán el calor, la altitud, la acumulación de desnivel… Quien quiera ganar, deberá venir a tope de forma física y con tiempo para aclimatarse a las condiciones». Dicho queda.