La nueva vida de Aleix Espargaró llega con declaración de intenciones: "No llegar a debutar como ciclista sería una decepción y no tendría mucho sentido"
El expiloto de MotoGP se integra poco a poco en el seno de Lidl-Trek, donde se está convirtiendo en corredor y ejercerá además de embajador y creador de contenido.

Se acuerda de cuál fue la primera vez que rodó en una moto, con 3 años; "de hecho, tengo fotos". No se acuerda, en cambio, de cuándo aprendió a montar en bici. De pequeño, veía mucho motociclismo y mucha Fórmula 1; "pero no me enganché al ciclismo hasta los 20 años". Sin embargo, no siempre el primer amor de nuestras vidas es el más intenso ni aquel a cuya vera queremos perecer.
El primer recuerdo ciclista que Aleix Espargaró (1989, Granollers) lleva marcado en su mente es común a buena parte de la afición española: la caída de Joseba Beloki bajando el Col de la Rochette, camino de Gap, en el Tour de Francia de 2003. "Esa curva a derechas, en la que se cae Beloki y Lance Armstrong le esquiva, cruzando un campo recto para abajo". Resopla. "Lo tengo grabado a fuego. Fue un momento increíble, icónico. Luego he podido conocer a Joseba, que me parece un tío galáctico. Siento que el ciclismo le debe una".
Para no quedarse con nada en el debe, para eliminar la duda de hasta dónde podría llegar como ciclista, Espargaró se ha integrado como embajador en Lidl-Trek después de años y años entrenando con la grupeta andorrana que conforman los numerosos profesionales que residen en el país pirenaico. Está escrito que el deportista catalán acabará participando en alguna carrera, sea con el equipo UCI WorldTour (primera división del ciclismo mundial) o con el filial Continental (tercera categoría). En esta conversación, abordamos todos los aspectos de una transformación que no es tal.
Una vez conociste el ciclismo, ¿quién fue tu gran ídolo?
Mi gran referente ha sido siempre Purito Rodríguez. De hecho, yo me enganché al ciclismo por él, hace 15 años. Tengo un vídeo muy chulo en el Tourmalet, animándole desde la cuneta. Poco a poco nos fuimos acercando y hoy en día es uno de mis mejores amigos, si bien yo no le conocí como amigo sino como un ídolo. Me encantaba como ciclista, porque siempre he sido muy fan de los escaladores. Además, somos vecinos; antes, porque él vivía en Parets del Vallès y yo en Granollers; ahora, porque cuando me mudé a Andorra hace 11 años me hizo de cicerone.
Y eso que dicen que es mejor no conocer a tus ídolos, por si te llevas un chasco…
Depende de la persona. Muchas veces prejuzgamos. Yo tengo la sensación, sobre todo ya que hablamos de ciclismo, de que el 90 o 99% de los ciclistas son gente genial, muy sana, muy maja… Es un deporte tan duro, donde tienes que trabajar tanto, donde el compañerismo es tan importante, que no puedes ser un tío solitario. Yo he pasado hoy ocho horas entrenando con mis compañeros, desde las 9:00 hasta las 17:30. Si eres un tío arrogante, no encajas en este deporte.
El ciclismo te obliga a ser humano.
Sí. Es un deporte muy duro, que constantemente saca tus sentimientos a flor de piel y donde tienes que hacer equipo no solo con los demás ciclistas sino también con el cuerpo técnico de masajistas, mecánicos, médicos, directores… Si de algo me he dado cuenta en este tiempo en el que me estoy haciendo ciclista, es de que piernas y vatios puedes tener muchos, pero solo no llegas a ningún lado. El ciclismo es un deporte mucho, pero muchísimo más de equipo de lo que la gente se hace una idea.
¿Cuál fue tu primera bici de carretera?
Una DeRosa, en 2010. Yo tendría 20 años más o menos. Antes de ella no había hecho nunca carretera; sólo algo de montaña. Poco a poco me fui envenenando. Al principio, sales en bici como un entrenamiento para MotoGP; luego pasa a ser una manera de vivir, una manera de entender la vida.
¿Y en qué consiste esa manera de entender la vida, Aleix?
En estructurar todo alrededor del ciclismo. Lo más importante que hay en mi vida no es ni el deporte, ni es el trabajo; son mi familia, mis hijos y mi mujer. Esa es la piedra angular. Pero después de ellos viene el ciclismo. ¿Y qué quiero decir con eso? Pues que, si me voy de vacaciones y tengo que escoger entre dos destinos, me quedaré con el que me permita llevarme la bici y entrenar algunos días. Cuando preparo la nutrición de la semana con mi mujer, va enfocada en el ciclismo. Cuando viajo a una carreras de MotoGP, pienso en meter ropa de bici en la maleta para entrenar esos días.
Entonces, el integrarte en Lidl-Trek, ¿supondrá un gran cambio en tu vida?
Sí y no. Yo ya estaba acostumbrado a que el ciclismo fuera muy protagonista en mi preparación y mi nutrición. No obstante, sí es cierto que el calendario de la próxima temporada de MotoGP me exigirá menos horas, así que podré incrementar la cantidad de tiempo que le dedico al ciclismo. Además, las herramientas que me está dando Lidl-Trek para ser mejor ciclista no tienen nada que ver con las que disponía hasta ahora. El mero hecho de poder entrenar con los mejores ciclistas del mundo te hace aprender muy rápido. Las concentraciones son un libro abierto, una fuente de inspiración brutal.
Hablemos de tus 'pinitos' ciclistas con dorsal. ¿Qué tal fue la experiencia de disputar carreras sociales? [Las 'sociales' son pruebas donde se mezclan corredores de distintas edades y categorías]
La verdad es que me he puesto muy pocos dorsales. Un par de sociales, dos o tres marchas cicloturistas, y una Cape Epic de MTB, porque el calendario como piloto de MotoGP no me permitía hacer mucho más. La verdad es que disfruté mucho aquellas sociales. La carrera de más nivel que hice fue una manga de la Challenge de La Plana, en Castellón. Terminaba en la cima de un puerto durísimo y muy bonito, y entré con los mejores, incluido un profesional como Benja Prades. Así que no me da mucho miedo ni respeto el hecho de estar en un pelotón. Además, estoy seguro de que un pelotón WorldTour va súper ordenado y al final es bastante jerárquico. Poco a poco iremos entendiendo el perfil de corredor que puedo ser junto a los directores y preparadores del equipo, y a partir de ahí pues poco a poco ver dónde puedo debutar.
En esa parte más técnica, ¿quién te está orientando en la preparación física?
Aritz Arberas, que es uno de los mejores preparadores del equipo. Lleva también a Juanpe [López] y Carlos [Verona], y como yo entreno muchas horas con ellos en Andorra era lo más sencillo. También Josu Larrazábal, que es el jefe del equipo, está muy encima de mí.
¿Qué transformación física tendrías que hacer para ser competitivo sobre la bici?
Mido 1,79 metros y estoy en torno a los 66 kilos. Creo que no puedo perder más peso y que de hecho no tiene mucho sentido: por muy fino que esté, nunca voy a subir con los mejores escaladores. Me irá bien mantener un pelín de fuerza para poder rodar mejor y gastar menos durante las etapas. De hecho es lo que estamos viendo ahora. He ganado un poco de peso entre la primera concentración y la segunda porque hago bastante más gimnasio de tren inferior de lo que había hecho hasta ahora. Estamos en una fase de prueba: ensayo, error. Es una experiencia nueva para todos: para ellos y para mí.
¿Sería para ti una decepción no llegar a competir con el maillot de Lidl-Trek?
Sí, sí, sí que lo sería. No llegar a debutar no tendría mucho sentido. Yo tengo muy claro que estoy aquí gracias a mi pasado, a haber sido uno de los mejores deportistas de otro deporte. A nivel mediático y de marketing, ha sido un muy buen movimiento para todos. Sé que no voy a correr grandes carreras. Pero quedarme sin debutar no tendría sentido, y creo que no va a pasar.
Explicaste que en el Tour de Francia, donde ejercerás de embajador, intentarás mostrar al equipo desde dentro. ¿Vas a ser una especie de Ordorica?
Sí, sí. Ya lo estoy haciendo bastante en redes durante las concentraciones y los entrenamientos. Intento colgar cosas cada día de los compañeros que no están tan acostumbrados a hacerlo. Yo soy muy fan de Pablo Ordorica; creo que le ha dado mucha vida a Movistar. Lidl-Trek y yo compartimos muchas ideas, pero iremos poco a poco porque no puedo entrar aquí como un elefante en una cacharrería. El primer paso era que los demás corredores me acogieran bien, poder entrenar con ellos y que vieran que tengo nivel suficiente para poder salir a su ritmo todos los días, como estoy haciendo. A partir de ahí iremos creando vídeos e 'insides', enseñando lo que sucede entre bambalinas; sobre todo, cuando empiecen las carreras. Mi idea es producir contenido en las carreras WorldTour, que obviamente yo no voy a correr.
¿Modo 'selfie' o con operador de cámara?
No lo sé aún. Yo creo que hay que combinar ambas formas, porque hay momentos en que no puedes llevar cámara para no cargarte la magia de los corredores, de sus momentos personales, y sólo con el móvil puedes sacar contenido muy bueno. Luego hay otras cosas en las que sí puedes llevar a una cámara y trabajar a un nivel más profesional, como he hecho yo en mis videoblogs con Acedo. Sólo tenemos que encontrar el equilibrio.