El peso pesado tendrá un único rey: Tyson Fury y Olek Usyk unificarán el 17 de febrero

Arabia Saudí ha entrado con fuerza en el boxeo. Su temporada deportiva va de octubre a febrero y en ese espacio de tiempo quiere que se hable de ellos. El noble arte gusta al país. El pasado octubre Tyson Fury y Francis Ngannou tuvieron un combate que sirvió para congregar a una constelación de leyendas. El plan saudí era replicar el modelo el 23 de diciembre, pero el ring dictaminó otra cosa. Fury sufrió en exceso en ese pleito y no estaba listo antes de acabar el año. El plan B se activó con una macrovelada que contará con Joshua, Wilder y Bivol. Se anunció este miércoles y a la vez se notificó a la prensa otra rueda de prensa para este jueves.

La semana comenzó el lunes con Olek Usyk (21-0, 14 KO y 36 años) en la convención anual del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), organismo del que Fury (34-0-1, 24 KO y 35 años) es campeón. El ucraniano lanzó varios mensajes al inglés, sobre todo cuando el Gipsy King se grabó un vídeo que publicaron en el evento. Como sucedió con la velada del 23 de diciembre, la emoción por la rueda de prensa era poca. Ya se había filtrado todo: los dos campeones del peso pesado se enfrentarán el 17 de febrero en Riad.

La conferencia, por tanto, era un mero trámite, aunque por Fury de por medio estaba claro que habría espectáculo. El inglés customizó el traje que lució con los cuatro cinturones que estarán en juego en el combate. Hubo retos, insultos... lo típico de este tipo de actos. Si hay que destacar algo fue la presencia de Sylvester Stallone, el hombre que protagonizó y dirigió Rocky hizo las veces de maestro de ceremonias durante el cara a cara. Posó para las fotos, pero cuando Fury metió intensidad se apartó y dejó paso a la seguridad. El inglés puso su frente pegada a la del ucraniano y así estuvieron unos segundos. Hay mucho en juego y la tensión, aderezada con show para lograr clips virales, no faltó.

El pleito es histórico, ya que el peso pesado nunca había sido unificado al completo en la era de los cuatro cinturones. Por tanto, el vencedor tendría un premio extra. Para Usyk no sería la primera vez que es indiscutido. Lo logró en 2018 al ganar las World Boxing Super Series. Tras ese triunfo hizo una defensa ante Tony Bellew y subió al pesado en busca de retos. Es campeón desde el 25 de septiembre de 2021, cuando derrotó a Anthony Joshua. Debido a la guerra en Ucrania, el púgil se fue al frente y la revancha se retrasó hasta agosto de 2022. Desde entonces Usyk lleva esperando por Fury, lo que ha provocado que sólo haya peleado otra vez. Fue el pasado agosto y derrotó a Daniel Dubois. En dos años de reinado el de febrero será su tercer combate.

Por su parte, la actividad de Fury tampoco ha sido mayor. Desde que cerró su trilogía ante Wilder (octubre de 2021) se ha subido al ring en tres ocasiones, la última el 28 de octubre en el citado pleito ante Ngannou. Por entidad, los duelos de Usyk han sido mayores, ya que antes del camerunés pasaron Whyte y Chisora. El inglés es muy querido por el público, pero también ha despertado un fuerte sentimiento crítico hacia él, ya que ha sido el encargado de alargar este combate tanto. Finalmente, con el acuerdo saudí que le garantiza más de 100 millones, ha aceptado. El trono del peso pesado tendrá un único rey el 23 de diciembre.