BOXEO

Fury se deja enredar por Ngannou y acaba pidiendo la hora

El inglés se impuso, por decisión dividida, al exluchador de MMA. El británico, que se fue al suelo en el tercer asalto, lució mal y Usyk será el siguiente en su camino.

Francis Ngannou y Tyson Fury cruzan golpes durante su combate./Top Rank
Francis Ngannou y Tyson Fury cruzan golpes durante su combate. Top Rank
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

El deporte se impuso al show en Riad. Arabia Saudí preparó uno de los eventos más espectaculares que se recuerdan. La imagen del pleito no fue la opulencia, fue la de Tyson Fury en el suelo. Deportivamente, el combate entre el actual campeón mundial WBC de los pesos pesados y el excampeón de la UFC de los grandes pesos no tenía mucha historia, pero de nuevo el boxeo volvió a sorprender. Francis Ngannou envió al suelo al inglés en el tercer asalto y le puso en serios aprietos. El británico ganó por decisión dividida (95-94, 96-93 y 95-94), pero su imagen ha quedado muy dañada. El 'invitado' mereció más.

El plan de Fury estaba claro. Iba a ganar más de 100 millones de dólares por este combate (Ngannou tenía 10 garantizados) por un rodaje sencillo. Una vez que venciese debían anunciar, o dejarlo casi hecho, su combate contra Olek Usyk. El ucraniano estaba en Riad, se subió al ring y se anunció la pelea. No había sorpresa, ya que existe un contrato firmado desde hace semanas. La gran duda está ahora en la fecha. "He notado llevar once meses sin pelear. Ahora estoy en manos de Frank Warren (su promotor). Él decidirá qué es lo próximo", apuntó Fury antes del careo. Volverá al gimnasio, pero con dudas sobre cuándo será el combate que todos esperamos.

Arabia Saudí quiso organizar un evento legendario. Vendieron el pleito como un duelo de reyes, por ello llenaron la ciudad de leyendas del boxeo. De la Hoya, Leonard, Pacquiao o Morales fueron algunos de los históricos que hicieron el pasillo a Fury y Ngannou. Nadie esperaba algo tan espectacular e hizo que todo valiese la pena. Casi dos horas de espera entre el combate coestelar y el estelar, entradas de los boxeadores de muchos minutos, entrevistas y entrevistas con vips… la aproximación se hizo pesada, pero la convicción de Ngannou cambió todo.

Fury jugueteó en el primer asalto. Estaba relajado y tranquilo, pero una mano abajo le hizo darse cuenta de que su rival no venía de paseo. Su pegada era mayor de lo esperado y lo cambió todo. Al inglés le entraron dudas y desde el segundo round quiso embarrar el combate. El plan no tenía sentido. Si alguien podía ganar por boxeo era él, pero había demasiado respeto por su poder. El plan pasó a ser cansar, por su mayor tamaño, al camerunés, pero se encontró un crochet con la izquierda que tumbó a Fury. El 'gypsy king' estaba tocado, fuera totalmente del combate. Logró acabar el tercer acto, pero hizo creer a Ngannou. La transición de las MMA al boxeo es compleja, pero el hombre que debía centrarse en un bombazo de suerte, boxeó y dio un desempeño mucho mejor de lo esperado.

El sufrimiento de Fury era claro y la mente se iba a la primera pelea contra Deontay Wilder, único púgil que estuvo cerca de noquearle. Desde el cuarto acto, el inglés intentó tirar de veteranía. Lo hizo, pero tenía demasiado miedo a los golpes de Ngannou. Quiso cansarlo. Lució mal. Poco a poco el paso de los rounds se evidenció en el camerunés, pero aún así en el octavo round le metió en serios. Sólo ante Wilder se le había visto con tantos problemas al británico. Tras ese round, en la esquina de Fury le preguntaron, con rostro de preocupación, cómo estaba. Sus rostros decían todo. El décimo asalto parecía y acabó siendo decisivo. Fue el mejor resumen. A Ngannou no le daba más y a Fury no le apetecía exponerse. El King Fury se dejó medio trono en Arabia Saudí. De la fiesta casi pasa al ridículo. El inglés no pareció tomarse demasiado en serio el combate y Ngannou sí. La diferencia de convicción fue la clave. David casi puede con Goliat.