BALONCESTO

Cuáles son las posiciones en el baloncesto

Según la función en la pista de cada jugador, este jugará en una posición u otra.

En el baloncesto existen cinco posiciones clásicas./REUTERS
En el baloncesto existen cinco posiciones clásicas. REUTERS
Javier Mercadal

Javier Mercadal

En el baloncesto es un deporte en constante evolución. Al fin y al cabo, las características físicas y técnicas de los jugadores van mejorando con el paso del tiempo, algo que incide de manera natural en el propio juego. Un ejemplo claro de ello son las acciones por encima del aro. Inicialmente, era impensable que un jugador volase por encima de los 3,05 metros, por lo que ni siquiera estaban planteado en el reglamento. Posteriormente aparecieron los jugadores capaces de machacar la pelota, lo que hizo que, por ejemplo, la NCAA prohibiese los mates de 1967 a 1976. Algo tremendamente llamativo desde el punto de vista actual, en el que la acción de colgarse del aro se ha convertido en santo y seña del deporte.

En 1897, el baloncesto delimitó su número de participantes a cinco jugadores por equipo. Algo que ha sobrevivido hasta nuestros días. Sin embargo, como es lógico, el papel de cada jugador sobre la pista ha ido cambiando con el tiempo. Es así como, poco a poco, surgieron las posiciones del baloncesto. Una clasificación de los jugadores en pista según sus funciones… y también su altura.

Cuáles son las posiciones en el baloncesto

El baloncesto posee cinco posiciones clásicas: base, escolta, alero, ala-pívot y pívot. Cada una de estas demarcaciones posee una función específica en la cancha, según las habilidades propias de cada jugador. Unas características técnicas, pero también físicas. No en vano, aunque con excepciones cada vez más frecuentes, las posiciones del baloncesto se ordenan en función de la altura de los jugadores. Esto es, el base tiende a ser el jugador más bajo del equipo, mientras que el pívot es el más alto y corpulento.

De hecho, una forma muy habitual de referirse a las posiciones del baloncesto es por número. Concretamente, se ordenan a los jugadores del uno al cinco según el rol que ocupan en la cancha. De esta manera, el base es el uno, el escolta el dos, el alero el tres, el ala-pívot el cuatro y el pívot el cinco. Si bien esta división por posiciones todavía sigue vigente, y resulta útil para comprender qué sucede en la cancha, no se debe tomar como algo literal. Al fin y al cabo, sobre todo en el deporte profesional, es habitual ver a jugadores capaces de realizar varias posiciones, o ver a varios jugadores de una misma posición coincidir en la cancha.

No hay que olvidar que el baloncesto es un deporte muy dinámico, en el que todas las piezas están en continuo movimiento. Es por ello que, a diferencia de lo que sucede en el fútbol, en el que las posiciones están determinadas en base al espacio físico que ocupa un jugador en el terreno de juego, en el basket lo que prima es su función en el engranaje colectivo. También sus atributos personales.

Juego interior y juego exterior

Es verdad que, en muchas ocasiones, se utiliza las expresiones juego exterior y juego interior para agrupar a varios jugadores según su teórica posición de partida. El juego exterior, formado por base, escolta y alero, se situaría más alejado del aro, mientras que el juego interior, integrado por ala-pívot y pívot, desarrolla sus tareas más cerca de la canasta.

La división entre juego exterior y juego interior está todavía vigente y puede ser muy útil en determinados contextos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la evolución natural del juego la ha dejado desfasada. En la actualidad son mayoría los equipos que juegan con cuatro jugadores abiertos y una única referencia interior. Incluso algunos han llevado dicha tendencia al paroxismo y colocan a todas sus piezas lejos del aro. Por ello, siempre que se realice una distinción entre exterior e interior, hay que tener en cuenta que no son compartimentos estancos entre sí.

El base

Stephen Curry está considerado uno de los mejores bases de la historia. REUTERS
Stephen Curry está considerado uno de los mejores bases de la historia. REUTERS

Fundamentalmente, el base de un equipo de baloncesto es el jugador encargado de dirigir el juego. Entre sus funciones está subir la pelota hasta la cancha contraria, ordenar a los jugadores en pista, iniciar los sistemas y, en definitivas cuentas, ser la extensión del entrenador sobre la cancha. Por ello, se requiere que tenga un buen manejo de balón, ya que va a ser el jugador que tenga el esférico en su posesión durante más tiempo, así como una gran visión de juego y comprensión del mismo.

Si bien es cierto que el base es un jugador exterior, pues su posición de partida se encuentra más allá del arco de los 6,75 metros, eso no impide que no se pueda mover con libertad. De hecho, es habitual que los bases penetren a canasta, ya sea para lanzar o para doblar el balón a un compañero. Además, hay bases altos que aprovechan su superioridad física para postear a sus rivales.

Aunque el arquetipo del base es el descrito anteriormente, lo cierto es que existen muchos tipos de base según las habilidades individuales de cada jugador. Así, existen los bases que se especializan en repartir asistencias, mientras que otros poseen un carácter más anotador. Bases son Ricky Rubio y Stephen Curry, por poner dos ejemplos de jugadores muy diferentes entre sí que comparten posición.

El escolta

En inglés, al escolta se le llama shooting-guard, lo que da una mejor idea de cuál es su rol principal en la pista. El escolta es un base cuya prioridad es tirar a canasta. En resumidas cuentas, el anotador exterior del equipo. Es por ello que sus rol le requiere tener un mejor lanzamiento a canasta y una menor visión de juego, pues su función es finalizar. El escolta por excelencia es Michael Jordan, cuyo éxito inspiró a varias generaciones de superanotadores exteriores que le precedieron, siendo Kobe Bryant la sublimación de todos ellos. En el baloncesto español, el escolta arquetípico es Juan Carlos Navarro.

El alero

El alero es el último integrante del llamado juego exterior, aunque su función es hacer de enlace con el juego interior. Por ello, un alero es por definición un jugador alto y fuerte, ya que debe combinar funciones propias de un exterior (jugar de cara al aro, buen manejo de balón, tiro exterior…), con las de un jugador interior (rebote, juego de espaldas a la canasta, defensa de hombres grandes…). Algo así como un chico para todo que ofrezca balance y equilibrio al equipo.

Nuevamente, existen aleros muy diferentes entre sí. Alero es LeBron James, una rara avis que, en un momento dado, puede ocupar todas las posiciones del campo, del uno al cinco, y también es Rudy Fernández, quien fue un anotador consumado y especialista en la defensa exterior. En los últimos años, al alero clásico le está sustituyendo la figura del 3&D: un jugador al que se le pide que se especialice en la defensa y en ataque sea capaz de amenazar con el tiro de tres puntos.

El ala-pívot

La posición del ala-pívot es la que más ha cambiado recientemente. Inicialmente se trataba de un jugador eminentemente interior, que solía desenvolverse siempre en las proximidades del aro. Había ala-pívots defensivos, especializados en rebotear y secar al rival, como por ejemplo Dennis Rodman, y ala-pívots ofensivos, con mil y un recursos de cara al aro contrario, como por ejemplo Tim Duncan. Sn embargo, todos todos ellos se bregaban fundamentalmente en la pintura.

Sin embargo, en los últimos años, al ala-pívot se le ha pedido que se aleje de la canasta y que amenace de tres. El espaciado ha sido el último gran caballo de batalla de los entrenadores de baloncesto. Una obsesión por hacer más grande el campo, que ha llevado a que la figura del cuatro abierto sea la norma. Lo que en su día era una anomalía como Jorge Garbajosa, un hombre alto que tiraba muy bien de tres, ahora es lo común. Además de rebotear, poner tampones y demás funciones clásicas, al ala-pívot ahora se le pide que tire triples. Una evolución que en España vivimos, por ejemplo, en Pau Gasol, quien acabó tirando de tres con cierta solvencia antes de reconvertirse en pívot a tiempo completo en el tramo final de su carrera.

El pívot

Nikola Jokic es uno de los mejores pívots de la historia. REUTERS
Nikola Jokic es uno de los mejores pívots de la historia. REUTERS

El pívot es el jugador interior por excelencia. Por norma general, se trata del jugador más alto y fuerte del equipo. Aquel encargado jugar cerca del aro, ya sea para protegerlo en defensa o para destrozarlo en ataque. Normalmente, los pívots suelen dar más en apartados estadísticos como puntos, rebotes y tapones. Según la naturaleza de cada jugador. Hay pívots que cuentan con un juego de pies que le permiten ganar ventajas al poste bajo y otros más físicos y contundentes. En el pasado, el pívot era el jugador más determinante del equipo. Prácticamente, todas las estrellas del baloncesto jugaban de cinco: George Mikan, Bill Russell, Wilt Chambelain, Kareem Abul-Jabbar…

Sin embargo, a raíz de la irrupción de Jordan, el centro del juego se desplazó hacia posiciones exteriores y los pívots tuvieron que reinventarse. En la actualidad, la figura del center clásico escasea en favor de jugadores con una mayor movilidad. Si bien es cierto que todavía resisten algunas excepciones notables como Edy Tavares, la tendencia es apostar por la movilidad aun a riesgo de sacrificar altura.

En el apartado del pívot, cabe mencionar la figura de Nikola Jokic como un apartado en sí mismo. El serbio posee el cuerpo y la presencia del pívot de toda la vida. Sin embargo, es capaz de combinar las habilidades tradicionalmente asociadas al hombre grande con una visión de juego y capacidad de pase privilegiadas. Una mezcla única, que le ha permitido romper todos los esquemas preconcebidos, y a su vez mostrar la necesidad de los pívots de hacer cada vez más cosas en pista para poder destacar.