NBA

Wiggins: una piedra angular de vuelta para alivio de los Warriors

El alero regresó tras un mes de lesión para dar un nuevo aire al campeón, estancado en los puestos de Play-In.

Wiggins, en un partido con los Warriors./GETTY
Wiggins, en un partido con los Warriors. GETTY
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Andrew Wiggins está de vuelta. Su entrenador Steve Kerr confirmó que estaba disponible y, lejos de reservarlo, apostó por alinearle de inicio en el encuentro de la madrugada de este sábado entre Golden State Warriors y Orlando Magic en el que se fue a 12 puntos en apenas 19 minutos de juego. El alero llevaba inactivo desde el pasado 3 de diciembre, lo que supuso un duro golpe a las aspiraciones del vigente campeón, que sigue sin encontrar el camino de la victoria en la actual campaña. La también caída de Curry dejaba a Klay Thompson, Jordan Poole y el completo roster de la franquicia como herederos de un marrón. Con el equipo por debajo del 50% de victorias (ahora 20-20), se antojaba urgente un paso al frente para no descolgarse de la pelea por entrar en Playoff sin necesidad de pasar por el tormentoso Play-In.

El equipo lo ha conseguido a ratos, enlazando derrotas consecutivas con una brillante racha. La caída ante los Detroit Pistons no fue más que un ejemplo de lo mostrado por el campeón en la temporada en curso: capaz de lo mejor y de lo peor, como las derrotas sonoras ante Knicks (-38) y Nets (-30) o triunfos de mérito ante Boston y Memphis con dos de sus referentes en el dique seco. "Dos de sus" o, más bien, "sus" dos referentes. Porque si bien no es necesario exponer la eterna lista de méritos de Stephen Curry, el rol de Wiggins sí que requiere de una mayor visibilidad pública.

Partamos de lo más básico. Wiggins promedia 19,1 puntos, 5,1 rebotes y 2,2 asistencias esta temporada. Con un 51,1% en tiros de campo y un 45% desde el triple. Curiosamente, son cifras cercanas a los promedios de su carrera deportiva, aunque sus méritos son considerablemente diferentes. Aquí asume menos volumen de tiros, menos balón y más responsabilidades en la dinámica del juego. Bien, ahora ahondemos en el fondo de la cuestión: ¿qué ha cambiado en el alero para ser pieza fundamental en un equipo ganador y el mejor socio para una leyenda como Curry?

Sus méritos defensivos son innegables. No era la cualidad más representativa de su ya larga carrera NBA, pero sí ha adoptado ese rol en los Warriors. Un equipo que siempre ha contado con perros de presa como Draymond Green o Klay Thompson. Este último, una vez recuperado de la lesión, no ha perdido fundamentos, pero sí parte de ese liderazgo atrás que lo convertía en el mejor segundo espada de toda la NBA. Y Kerr, otro maestro en propia pista, ha sabido reconvertir a Wiggins en otro animal competitivo.

El propio Wiggins reconoció en una entrevista para la NBA que su gran objetivo para la temporada en el plano individual era ser incluido en uno de los mejores quintetos defensivos, algo que no ha logrado hasta el momento. Es su fijación y también la de su propio entrenador, que le ha puesto cara a cara con los mejores jugadores del baloncesto estadounidense. No hay más que echar la vista atrás para recordar esos tú a tú contra Doncic y Tatum en los pasados Playoff, que le coronaron como figura en los dos lados de la cancha y llevaron a su equipo a la gloria.

Kerr liberaba a Klay, posicionaba a Draymond Green con hombres más altos y no sobreforzaba a un Curry cuyo papel defensivo siempre ha estado lejos de su potencial anotador. Era el comodín perfecto, un atleta de élite con capacidad y voluntad. Quizás es parte de su propio proceso, el camino que ha tenido que vivir para readaptar su realidad y seguir luchando por ser una leyenda de la liga. Wiggins ya es consciente de que no será un líder ofensivo imparable, tal y como se preveía en su época. Pero ha sabido dejarlo a un lado, estrenarse como All Star en 2022 y reforzar las facetas del juego menos mediáticas para ser el segundo mejor jugador del mejor equipo.

La necesidad defensiva de Golden State

Con todos en pie, los Warriors son, innegablemente, aviones ofensivamente hablando. Esta campaña flaquean atrás, con 117,6 puntos de media encajados por partido. Solo les empeoran los Hornets, los Pistons y los Spurs, luchadores a conciencia por los servicios de Víctor Wembanyama. ¿Ha influido negativamente la ausencia de Wiggins en este descalabro defensivo?

Desde su lesión, los Warriors han disputado 15 partidos. En 9 de ellos, han encajado más puntos que su habitual promedio, incluidas sangrías como los 132 recibidos ante los Knicks, los 143 frente a los Nets o los 141 contra los Hawks. No obstante, más allá de simples estadísticas, Wiggins implica un núcleo defensivo fuerte, una fortificación en cuerpo y espíritu que contagia a sus compañeros. En definitiva, la franquicia de San Francisco ha recuperado a uno de sus líderes en una de las competiciones del planeta en la que más decisiva es esta figura. Si lee de NBA por primera vez en años, se habrá quedado perplejo ante estas líneas. Porque sí, el que ahora es un salvavidas para una franquicia de élite, en su día fue... un meme.

Otro Wiggins ha nacido

El alero fue durante años objeto de burla por el aficionado estándar de la NBA. Las expectativas jugaron un papel crucial. Se comparó su potencial con el de LeBron James tras ser drafteado en el primer puesto en 2014, cuando tenía 19 años. Mucho ha llovido desde entonces. El alero, de solo 27 años, parece ya todo un veterano en la liga, quizás por todo lo que se ha hablado de cada uno de sus movimientos. Pero algo cambió. Los Golden State Warriors se hicieron con sus servicios en 2020 a cambio de D'Angelo Russell. Los ganadores hipotéticos de aquel traspaso eran los Timberwolves, ya que, de hecho, la franquicia californiana tuvo que dar también dos futuras rondas del Draft a cambio.

Porque, además, Wiggins tenía uno de los contratos más tóxicos de toda la NBA. Los Wolves seguían confiando en su valía e, incluso, sus estadísticas invitaban al optimismo. Por ello, decidieron darle un máximo que se convirtió en nocivo. El ahora jugador de los Warriors no contaba con la capacidad de liderar al equipo ni era consistente en porcentajes. Se le acusaba de amasar demasiado balón y de no resolver partidos. Una sentencia que envejecerá mal. Esta noche ha vuelto Wiggins tras más de un mes de inactividad. Ya vuelve a salir el sol en la bahía.