NBA

Salirse del baloncesto para entender por qué Michael Jordan puede ser el mejor deportista de la historia

En el día de su 60 cumpleaños, repasamos las aventuras del legendario '23' de los Bulls en dos deportes en los que sus números se acercan a los de un profesional: golf y béisbol.

Michael Jordan batea para los Chicago White Sox durante un partido amistoso en 1994./GETTY
Michael Jordan batea para los Chicago White Sox durante un partido amistoso en 1994. GETTY
Andrea Robles

Andrea Robles

Michael Jordan es, para casi todo el mundo, el mejor jugador de baloncesto de la historia… y para muchos, el mejor deportista de todos los tiempos. A pesar de su increíble palmarés -6 títulos NBA, 6 veces MVP de las finales, 14 veces All-Star… y mucho más-, a los primeros se les puede cuestionar en este momento en el que se aviva el debate Jordan vs LeBron por el último récord del jugador de los Lakers. Sin embargo, los segundos podrían no ir tan mal encaminados si tenemos en cuenta que el amor de 'His Airness' por el deporte va más allá del baloncesto y que su actuación en sus otras dos pasiones deportivas bien merecen una revisión.

Michael Jordan lo fue todo en su deporte y aun así, sus números en el golf y el béisbol le acercan al profesionalismo... Si hubiera puesto todo su empeño y toda su trayectoria en alguno de estos deportes y no en el basket, ¿quién dice que no hubiera tenido gran repercusión en cualquiera de sus otras dos aficiones?

Antes de Mr. Baloncesto Jordan fue Mr. Béisbol

En verano de 1993, el padre de MJ fue asesinado. Antes de esto, el jugador ya había dejado indicios de que su retirada podría estar cerca: con tres anillos sellados por los Bulls en su mano, ya no encontraba retos deportivos y empezaba a atragantársele la presión mediática. La desgracia familiar, acompañada de terribles rumores sobre deudas de juego que algunos quisieron relacionar con el destino final de su padre, le terminaron por convencer. En octubre, Michel Jordan anunció -por primera vez- su retirada de la NBA. Paradójicamente, la noticia llegó un día después de hacer el primer lanzamiento que daba inicio a la liga americana de béisbol. Jordan practicaba ese deporte desde pequeño. "De pequeños pensábamos que de mayores seríamos jugadores de béisbol de las grandes ligas", relataba su hermano, Larry, en la docuserie 'The Last Dance'. 

MJ no había abandonado ese sueño de infancia: en febrero de 1994 Su Majestad anunció que participaría en los entrenamientos de los Chicago White Sox. Air Jordan quería jugar al deporte que más le gustaba a su malogrado progenitor, y la circunstancia de que Bulls y White Sox compartieran dueño favoreció su "traspaso". Jerry Reinsdorf le mantuvo el contrato de tres millones anuales que percibía en la NBA. Finalmente, fue a parar al equipo filial, los Birmingham Barons de la segunda división del béisbol estadounidense. Su seguimiento mediático impidió que le dejaran adaptarse al deporte en una liga aún menor, como se hubiera procedido con cualquier novato, pero la prensa no cabía en las instalaciones. Tampoco se iba a desaprovechar la recaudación de taquilla de un estadio de mayor aforo.

La expectación por ver a Jordan entrenando con los Barons superó cualquier expectativa.  GETTY
La expectación por ver a Jordan entrenando con los Barons superó cualquier expectativa. GETTY

El 'efecto Jordan' no se hizo esperar: estadios a rebosar, periodistas gráficos agolpados para sacar su mejor primera foto bate en mano… Pero, si la presión de la NBA había llegado a un punto complicado de digerir para la mayor de sus estrellas -Steve Kerr también señaló esta como razón principal de la primera retirada de su excompañero- , peor sería la que le esperaba al novato de 31 años de famoso apellido que, en lo que algunos veían un acto de excentricidad, fichaba por un equipo de la Doble-A sin experiencia previa en otras competiciones. Algunos esperaban que mordiera el polvo que levantaban las carreras de sus rivales, pero también 467.867 espectadores fueron a contemplar al rookie más famoso de los Barons aquella temporada, un récord de asistencia sin precedentes.

A los 12 años Jordan había sido nombrado 'Mr. Baseball' por la Dixie Youth Association -jugaba en el instituto de secundaria Laney High con el número 45, el mismo que escogió en su periplo beisbolero, el mismo que vestiría en los primeros partidos a su regreso a la NBA-. Sin embargo, 19 años después, torso y manos del mejor baloncestista del mundo no estaban esculpidos para su nuevo propósito. En su andadura por la Doble-A, terminó con un promedio de bateo de .202 en 127 encuentros. La huelga también llegó a las Ligas Menores y tuvo que fichar por los Scottsdale Scorpions de la Liga de Otoño de Arizona -un torneo menos competitivo-. Allí terminó con un promedio de bateo de .252 en 123 turnos.

Michael Jordan preparado para batear en un encuentro con los Birmingham Barons en la Doble-A.  Patrick Murphy-Racey Sports Illustrated
Michael Jordan preparado para batear en un encuentro con los Birmingham Barons en la Doble-A. Patrick Murphy-Racey Sports Illustrated

"Desafortunadamente, el parámetro para ser un gran bateador del Salón de la Fama es de .300. Por ser Michael Jordan, fue juzgado en un estándar totalmente injusto. El hecho de que haya tenido una racha de imparables -tuvo una racha inicial de 13 partidos con al menos un hit-, bateando por encima de .200, y por robarse tantas bases -30-, creo que eso ya lo hace memorable", declaró la exestrella de New York Yankees Álex Rodriguez a Sports Illustrated. En la misma línea se manifestó el que fuera Manager de los Barons de Jordan, Terry Francona. "Bateó por encima del 25%, consiguió 50 carreras, muchas de nuestras promesas no lo lograron… Con 1.500 turnos al bate hubiera llegado a las Ligas Mayores", sentenciaba Francona en la serie documental de Netflix.

Tras su breve etapa en el diamante, un 'nuevo' Air Jordan regresó a Chicago Bulls para conquistar otro threepeat. Era un baloncestista distinto, más solidario con sus compañeros. El béisbol no había sido un paréntesis olvidable en su carrera, había entrado en él y le había hecho, curiosamente, mejor jugador de baloncesto de lo que ya era.

La famosa estatua de Michael Jordan frente al United Center de Chicago Bulls viste con una camiseta de los White Sox para celebrar las World Series de 2005.  GETTY
La famosa estatua de Michael Jordan frente al United Center de Chicago Bulls viste con una camiseta de los White Sox para celebrar las World Series de 2005. GETTY

Jordan se atrevió a apostar al golf contra Seve Ballesteros

Hoy, 17 de febrero, Michael Jordan cumple 60 años y probablemente lo celebre jugando al golf, su otra gran pasión deportiva junto al baloncesto y el béisbol, la única en la que sigue "en activo". Su idilio con el deporte de la hierba y los hoyos comenzó en su etapa universitaria en Carolina del Norte. Allí coincidió con el Hall of Fame Ed Ibarguen, al que rogó que le enseñara a jugar pese a no tener con qué pagarle. Según una entrevista que el golfista concedió a Golf Digest, Ibarguen le preguntó si se tomaba en serio el aprendizaje o si iba a perder el tiempo. Estaba claro que ni él ni el mundo conocían todavía a Michael Jordan. "Era de noche, llevaba 36 hoyos y quería seguir jugando", recordaba Ibarguen.

La NBA no le apartó del golf, todo lo contrario: fue campo de cultivo para continuar progresando con el putt y, de paso, apostar -una faceta que le perdía y en la que también quería ganar siempre-. Durante los playoffs contra Boston Celtics en 1986 el joven bull jugó al golf contra el celtic Danny Ainge un día antes del segundo choque. El por entonces campeón de la NBA -camino de su segundo anillo esa misma temporada- derrotó a su rival. "Ese día le gané unos cuantos dólares y no parábamos de meternos el uno con el otro… Quizá fue un error", confesó Ainge en The Last Dance. Lo sucedido en el green fue el detonante de una de las mayores gestas baloncestistas jamás contada: Jordan sumó 63 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias, 3 robos de balón y 2 tapones ante un equipazo que contaba contra el big three Larry Bird, Robert Parish y Kevin McHale. El récord logrado por Jordan aquel 20 de abril -del 86- sigue vigente: nadie ha metido más puntos en un partido de playoffs. Como el aleteo de una mariposa que provoca un huracán, la derrota en un campo de golf desembocó en Larry Bird describiendo la actuación del nuevo líder de Chicago con aquello de: "He visto a dios disfrazado de jugador de baloncesto".

Michael Jordan y Severiano Ballesteros aquel día de 2004 en el que el baloncestista ganó al golf a la leyenda española.  AFP PHOTO STR
Michael Jordan y Severiano Ballesteros aquel día de 2004 en el que el baloncestista ganó al golf a la leyenda española. AFP PHOTO STR

Si en los Bulls se rodeó de Scottie Pippen y Dennis Rodman para ganar campeonatos, también buscó a los mejores para jugar al golf, y eso incluye a grandes estrellas españolas como José María Olazabal, Sergio García o Severiano Ballesteros. En 1997, Jordan asistió por primera vez a la Ryder Cup. Se disputó en el Real Club Valderrama, en la provincia de Cádiz y Severiano Ballesteros fue el capitán de Europa. Tal y como se cuenta en el documental 'Seve' de Amazon Prime Video, el golfista español no pudo atender a un MJ que quería conocerle, así que cuando en 2004 el estadounidense viajó a España para ver el GP de Valencia de motociclismo, Seve le invitó a jugar. Por aquel entonces Jordan tenía un hándicap 7, sin embargo, aquel día le sacó 45 euros a uno de los mejores jugadores de golf de la historia.

En la edición de la Ryder de 2021, Jordan explicaba a Stephen Curry el porqué de su relación con este deporte. "Entré en el golf principalmente porque desde un punto de vista competitivo, para mí, es el deporte más difícil de jugar. En baloncesto siempre puedo responder a un oponente, ya sea en defensa o en ataque, pero en el golf es como jugar contra un espejo. Para una persona competitiva como yo, esto es lo que me mantiene cuerdo. Cuando dejé el baloncesto el golf fue suficiente para mantener mi fuego competitivo".

Tras retirarse por segunda vez, el '23' más famoso del deporte celebró el Michael Jordan Celebrity Invitational durante más de una década. Un torneo de golf que reunía a diversas celebridades y que el mismo anfitrión ganó con Toni Kukoc o con Tom Brady de compañeros. A raíz del torneo construyó su propio club privado, el Grove XXIII, un campo a la altura del -para muchos- mejor deportista de la historia: dicen que unos drones trasladan los aperitivos a los socios del exclusivo campo de 18 hoyos que no admite más de 100 miembros.

Michael Jordan jugando al golf. GETTY
Michael Jordan jugando al golf. GETTY

El último hándicap que se le conoce a Michael Jordan es de 1,2 en 2021, una marca cercana al circuito profesional. Esto, sumado a su paso por la Doble-A, confirma que Michael Jordan siempre fue algo más que el -para algunos- mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, fue un deportista supremo… ¿El mejor de todos los tiempos? 

No hay que irse muy lejos para buscarle un buen rival en esta disputa: Rafa Nadal cuenta con un hándicap similar y solo un talento inigualable con la raqueta pudo entrometerse en lo que, cuentan, hubiera sido una buena carrera futbolística. Y si recordamos en blanco y negro, el campeón olímpico en pentatlón y decatlón Jim Thorpe ocupa un prestigioso lugar en el Salón de la Fama de la NFL y destacó en varios deportes en su etapa universitaria. ¿Están al mismo nivel en sus disciplinas que Jordan en el baloncesto... y saliéndose de él? ¿Su impacto es comparable? ¿Y podría un deportista insaciable como MJ haber sido profesional en estas otras dos disciplinas de habérselo propuesto? Se abre el debate, pero primero, soplemos las 60 velas con Michael.