NBA

Philadelphia 76ers y la dicotomía del tanking: si quieren perder han de empezar ya

Ganaron ante los Pistons, aunque siguen con el segundo peor récord de la NBA y Joel Embiid de baja.

Tyrese Maxey, jugador de los Philadephia 76ers. /Reuters
Tyrese Maxey, jugador de los Philadephia 76ers. Reuters
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

En noviembre de 2018, justo antes del draft celebrado durante la pandemia, los Philadelphia 76ers mandaban a Al Horford rumbo a Oklahoma. A cambio de Danny Green, Vincent Poirier y Terrance Ferguson, el equipo de Joel Embiid enviaba junto al dominicano el pick #34 del draft, los derechos de Vasilije Micic y una primera ronda de draft de 2025. Una elección protegida top-6. Apenas un año después de hacerse con Horford y pagarle una morterada de dinero para sacarlo de Boston, tenían que poner dos rondas sobre la mesa para desprenderse de su contrato. Lo que no esperaba nadie, un lustro más tarde, era que Horford fuera campeón otra vez con los Celtics... y los Sixers vivieran pendientes de la maldita ronda del draft. 

Viajamos al día de hoy. Los Sixers han arrancado la temporada siendo el segundo peor equipo de la NBA. Solo los Washington Wizards, que ahora mismo proyectan apenas 10 victorias, han tenido un peor inicio. Un equipo que en verano consiguió a Paul George, el mejor agente libre disponible en el mercado, y una serie de veteranos para rodear el proyecto con Joel Embiid y Tyrese Maxey. El inicio de temporada no ha podido ser peor, con además, dos polémicas diferentes en el vestuario. Primero, Joel Embiid se enfrentó a un periodista por un artículo muy crítico sobre el jugador, entrando a lo personal. Una semana después se filtró una reunión en el vestuario. 

Y todo con la incógnita del estado físico de sus estrellas, que suman solo seis minutos juntas en pista. Tyrese Maxey es, de los tres, el que más ha jugado, 12 partidos de los 18 que ha disputado Philadelphia. Paul George jugó anoche el noveno, logrando por fin su segunda victoria del año. Y el caso Embiid sigue siendo el más misterioso. Suma cuatro partidos y las molestias en la rodilla no han mejorado. Antes del duelo ante los Pistons, Nick Nurse informaba que la inflamación se había reducido, pero el dolor seguía. Y los problemas físicos se van a mantener toda la temporada, y probablemente el resto de su carrera. Pero por muchas lesiones, no se pueden permitir perder más; no sin un rumbo fijo. 

Porque los Sixers cuentan con un problema que la mayoría de franquicias de la parte baja no tienen: solo controlan su pick si cae en el top-6, de ahí la protección de 2020. Si la elección de Philadelphia es, tras la lotería del draft, una de las seis primeras, podrán elegir un jugador en el draft de junio; al contrario, si cae del siete hasta el 30, los Thunder se quedarán con el pick. Y eso implica tomar una decisión pronto sobre qué quieren hacer con su temporada. ¿Competir? Es poco creíble pensar que este equipo puede luchar por el anillo, para lo que se juntó un proyecto como este. Es complicado incluso pensar que pueden tener un techo superior al visto en la era del proceso, las semifinales de conferencia. La alternativa es empezar a perder.

Hace quince días, cuando los Bucks se encontraban en mitad de su crisis, el Este era un solar. Solo dos equipos tenían récord positivo, Boston y los todavía invictos Cleveland, y remontar no parecía una quimera. Ahora ya es algo más tarde. Tras el triunfo de ayer, los Sixers siguen a cuatro partidos del play-in, cinco del playoff directo y siete del factor pista. Son seis equipos, incluyendo a los propios Bucks, con récord positivo y remontar se antoja algo más complicado.

Hay franquicias con un futuro peor, como los Hawks, que no tendrán su pick sin importar el resultado, ya que lo enviaron a San Antonio en el traspaso de Dejounte Murray. Tampoco Milwaukee controla su ronda, que acabará en New Orleans si es top-4, o en los Brooklyn Nets de Jordi Fernández si cae por debajo. Pero en ambos casos han arrancado la temporada sabiendo que no tendrán pick; los Sixers todavía pueden hacer un esfuerzo, negativo en este caso, por mantener su primera ronda de junio. Y como peor récord, más opciones de quedárselo: siendo uno de los dos peores equipos de la NBA lo garantiza. Como más arriba, menor porcentaje.

La situación es similar a lo que hicieron los Mavericks en 2023. Aquel año, y tras conseguir a Kyrie Irving, la primera ronda de Dallas estaba protegida top-10. Si caía por debajo, los Knicks se quedaban la elección. Por aquel entonces, el equipo de Luka Doncic decidió no competir las dos últimas jornadas, quedando fuera de los playoff y consiguiendo un 79% de opciones de mantener su ronda en la lotería del draft. Dos meses más tarde elegían a Lively tras convertir su elección #10 en #12, y en el primer año del novato, llegaban a las finales por primera vez sin Dirk Nowitzki. La diferencia entre los Mavs y Sixers es que a uno le quedaban dos partidos y al otro 64.

Si quieren conseguir a su Lively, tendrán que decidirlo ya. Empezar a perder, sentar a sus estrellas y apostar por el futuro, algo que suena extraño con la plantilla que tienen. Porque si se quedan a medias, corren el riesgo de que ese pick acabe en Oklahoma. Y los Thunder ya tienen talento suficiente para dominar la NBA la próxima década, no necesitan mucho más.