Tavares revela la cruda realidad de algunas estrellas europeas en la NBA: "Empecé a odiar el baloncesto"
El pívot del Real Madrid recuerda sus peores momentos en la mejor liga del mundo, sin oportunidad ni en Atlanta ni en Cleveland.
Edy Tavares ha concedido una entrevista en Eurohoops en la que ha hablado en profundidad del baloncesto actual. Pese a sumar una amplia trayectoria ya en el Real Madrid, el caboverdiano ha sido un trotamundos del deporte de la canasta, incluida una travesía en la NBA de la que no salió especialmente contento. A sus 32 años, renovó y está más que asentado en la entidad madridista, pese a que tuvo llamadas de todos lados para dar un nuevo vuelco a su carrera deportiva.
Tras años de baile, el Real Madrid por fin se ha convertido en su hogar baloncestístico. Cosa que no logró al otro lado del charco, donde comenzó en los Atlanta Hawks: "No tuve una oportunidad, quizás no llegue en el momento adecuado. Cuando llegué allí, no tenían el mejor equipo de la historia de Atlanta. Ahora tienen grandes jugadores y llegaron a los playoffs muchas veces".
En la temporada 2015-16, apenas disputó once partidos, con una media que no llega a siete minutos. Los datos: 2.3 puntos y 1.9 rebotes. A mitad de la siguiente campaña, tras solo jugar un encuentro, fue cortado y firmó por Cleveland. Su experiencia, de nuevo, fue nefasta. Disputó un único encuentro en el que se quedó con 6 puntos y 10 rebotes en 24 minutos.
No contó con oportunidad alguna y una lesión de gravedad de Kuzmic le abrió la puerta al Real Madrid. Un cambio de vida radical, que dejó un trauma detrás. "Empecé a odiar el baloncesto. Lo principal era ser feliz nuevamente, trabajar duro y mejorar en la cancha", revela ahora. Lo cierto es que su baloncesto va en la dirección contraria al estilo que ahora se lleva en la mejor liga del mundo, pero sus entrenadores no hicieron ni siquiera la intención de tratar de explotar su enorme potencial.
Precisamente la entrevista avanzó en esa misma línea. Tavares responde al molde de pívot clásico: alto, sin tiro exterior, con dificultades para correr la cancha... Un estilo que le ha servido para dominar con el Real Madrid en la Euroliga, aunque no se adapte de forma idónea a las características del baloncesto actual. No hay más que ver que, en el torneo continental, los grandes jugadores son aquellos que amasan el balón: Campazzo, Mike James, TJ Shorts, Kendrick Nunn...
"Ahora es el juego de los bases. Creo que antes solía ser el juego de los pívots. El juego ha cambiado. Ahora podemos ver a todo el mundo tirando triples, a los pívots también. Todo el mundo quiere ser base, todo el mundo quiere tener el balón en sus manos. Esta es la era del baloncesto de los bases", reflexiona.
Precisamente eso le dificulta tener la última pelota para tratar de ganar el partido. Ríe Tavares: "No estoy a la moda". Pero en mitad de la broma se esconde una realidad: "Siempre sueño con poder ser el héroe de mi equipo algún día. Es el sueño de cualquier jugador, cuando te vas a dormir o cuando sueñas en grandes, piensas en ganar un gran trofeo como la Euroliga con una jugada tuya".
Una fácil decisión
Aunque no tenga el tiro ganador ni demasiado tiempo el balón en sus manos, Edy Tavares se ha convertido en un héroe en decenas y decenas de ocasiones desde su llegada al Real Madrid. Una gran historia de amor sobre el parqué que se puso en jaque el pasado verano, cuando el gigante caboverdiano acababa contrato. Pese a que su intención siempre fue quedarse en la capital, la rumorología se disparó y raro es el equipo que no ha sonado como posible destino.
Uno de ellos fue el Panathinaikos, antes que firmara su extensión por cinco temporadas con el Real Madrid. Ahora, sin dar demasiados detalles, ha querido ofrecer información sobre aquel interés: "No pasó nada. Mi objetivo siempre fue quedarme en el Real Madrid. Respeto mucho a los aficionados del Panathinaikos. Son un gran equipo y hacen muchas inversiones en su plantilla".
Tavares, al que el baloncesto se le hizo cuesta arriba en la NBA, ahora sonríe en Madrid y sueña con ser el héroe de algún gran título. De momento, lo es en el día a día, manteniendo el equipo a flote junto a su fiel escudero Facundo Campazzo.