Tavares vuelve a ser el coloso de siempre para 'celebrar' su renovación: "No se concibe el baloncesto del Real Madrid sin él"

La realidad es que el Real Madrid había echado de menos esta versión de Edy Tavares. Esa en la que el pívot hacía de las suyas e insuflaba un temor en sus rivales con su sola presencia en la pintura. Y aunque esta temporada le ha costado encontrarla, sobre todo tras esa lesión que lo dejó mes y medio fuera de combate a principios de este 2024, lo que mostró este miércoles ante el Barça era que no había mejor forma de celebrar su renovación "no oficial" que con un recital de los suyos para demostrar que sigue siendo el que era. "No se concibe el baloncesto del Real Madrid actualmente sin Edy Tavares", aseguró Chus Mateo. Y lo cierto es que lo de este miércoles… lo corrobora.

Las claves del partido (y de la pizarra), grosso modo, pasaron por el caboverdiano y por Campazzo. El segundo dirigía el cotarro para repartir (y hasta anotar) y el otro se encargaba de romper desde dentro y dominar bajo el aro a uno y otro lado de la cancha. Es decir, tanto en ataque como en el rebote. Y que esto haya ocurrido justo después del batacazo de la final de la Euroliga y sólo 24 horas más tarde de que se filtrase que el pívot seguirá vistiendo de blanco cinco temporadas más, es la mejor forma de celebrarlo. Para él, para el Madrid y para su técnico, que mantiene que ambos, pero especialmemente el caboverdiano, son el pilar de este Real Madrid.

"Edy Tavares es absolutamente clave para nosotros. Ojalá que renueve, si fuera oficial sería un notición para este club, es fundamental en este equipo y en este Real Madrid de estos últimos años. Ojalá siga dando muy buenas tardes de baloncesto como la de hoy", dijo Chus Mateo al ser preguntado en rueda de prensa. Y es que si la actuación ya habló por sí sola -porque ni Willy Hernangómez, ni Jabari Parker, ni Jan Vesely, ni Oscar Da Silva, ni nadie que buscase defenderlo lo logró-, sus estadísticas son para enmarcar. 18 puntos, 15 rebotes y un 35 de valoración. O, lo que es lo mismo, un doble-doble descomunal con el que demostró que fue la principal amenaza del Barça tanto en defensa como en ataque.

Una forma perfecta de desquitarse de lo ocurrido en Berlín, de despejar los fantasmas que tuvo sobrevolando a su alrededor durante largos momentos esta temporada, de festejar su renovación y de demostrar que sigue siendo el mismo. Ahora, le toca repetir hazaña este viernes donde, como ya avanzó su compañero Campazzo, "se espera un Barça bien distinto". Porque si de algo está seguro el Real Madrid es de que habrá reacción culé. Y ahí, Tavares tendrá de nuevo que emplearse a fondo para intentar evitarlo.