LIGA ENDESA

El Real Madrid de Chus Mateo no termina de carburar: ¿por qué?

Las pérdidas de balón, las decisiones en los minutos finales y el poco protagonismos de alguna de sus estrellas, las claves.

Tavares en la derrota del Real Madrid contra Olympiacos. /GETTY IMAGES
Tavares en la derrota del Real Madrid contra Olympiacos. GETTY IMAGES
Guillermo García

Guillermo García

Llevamos 11 partidos oficiales en lo que va de temporada. Dos de Supercopa, cinco de Liga Endesa y cuatro de Euroliga. Todavía es pronto para emitir un veredicto, pero con un balance de ocho victorias y tres derrotas ya se empiezan a ver diferentes síntomas en un Real Madrid que no termina de carburar como se espera del equipo blanco.

Los madridistas fueron uno de los equipos más activos en el verano de fichajes con cuatro incorporaciones de relumbrón como Dzanan Musa, Mario Hezonja, Sergio Rodríguez y Petr Cornelie. Además, desde la dirección blanca se decidió dar un cambio de rumbo al timón del equipo y dio el mando de la nave a Chus Mateo, que asumía las riendas del equipo tras siete temporadas como segundo de Pablo Laso.

El curso comenzó de la mejor manera posible. Una victoria ante el Barça daba el primer título de la temporada al club blanco, repitiendo la instantánea que había servido para cerrar la pasada temporada. Sin embargo, ya en el primer partido de la competición doméstica frente a Girona (88-94 para los blancos) el equipo ya comenzó a mostrar ciertos signos de irregularidad y falta de consistencia en ciertos momentos de los partidos. Signos que se han ido amplificando a medida que avanzaban los partidos.

Las decisiones finales

Uno de los puntos que más ha llamado la atención en estos primeros partidos son las decisiones en los segundos finales con el marcador apretado. El último ejemplo se vio ante Cazoo Baskonia, con un mal pase de Sergio Rodríguez a Yabusele a falta de 26 segundos que terminó en manos vitorianas. El equipo de Peñarroya no desaprovechó la ocasión y puso el 86-82 en el marcador que al final resultaría una distancia insalvable para los blancos.

No es el primer final apretado en el que la moneda sale cruz para los madridistas. Frente al Barcelona, en el segundo partido de la Euroliga y después de remontar 20 puntos, Sergio Llull fallaba el triple que podía haber dado la victoria al Madrid. Un error asumible, pero que dio qué hablar por las imágenes del balear y Musa en el tiempo muerto previo sin tener claro quién tenía que jugarse el último balón.

Chus Mateo durante un tiempo muerto del Real Madrid.  ACB MEDIA
Chus Mateo durante un tiempo muerto del Real Madrid. ACB MEDIA

La imagen se repitió frente a Olympiacos apenas unos días más tarde. Sloukas anotó tras hacer volar a Tavares y segundos más tarde era el propio pívot caboverdiano el que no acertaba con un gancho alejado del aro, dejando la segunda derrota en la buchaca de los blancos. Una nueva derrota marcada por los fallos cometidos cuando el reloj más agobia.

Las rotaciones

Chus Mateo sigue ajustando su libreto en estos primeros partidos de temporada y todavía sigue buscando la cantidad exacta de minutos que necesita cada uno de sus jugadores para tener impacto en el juego del equipo. Es el caso, por ejemplo de uno de los grandes fichajes de la temporada como es Mario Hezonja. El croata todavía no encuentra su sitio en la rotación del técnico madrileño y la mejor prueba fueron los cinco minutos que disputó Super Mario ante Baskonia, en contraste con los más de 20 que venía disputando el balcánico en la ACB.

No es el único caso. Ante el conjunto vitoriano jugadores como Causeur o Abalde tampoco llegaron a los 10 minutos en la cancha. Un dato que contrasta, por ejemplo, con los 36 que disputó Gaby Deck o los 32 que estuvo en cancha Musa.

Mario Hezonja en el partido contra el Baskonia.  GETTY IMAGES
Mario Hezonja en el partido contra el Baskonia. GETTY IMAGES

El bosnio, por cierto, es otro de los puntos de debate en este irregular inicio de temporada para el Real Madrid. Con un talento ofensivo fuera de toda duda, Musa tiene que dar un paso adelante en defensa para ser determinante a ambos lados de la cancha. Sus desconexiones están saliendo demasiado caras al equipo blanco y sus contrarios lo están aprovechando.

Un problema de base

Entre los principales problemas del equipo de Chus Mateo en este inicio de temporada tan irregular está el problema en la dirección del equipo. Los blancos están concediendo demasiadas facilidades a sus rivales y el mejor dato para reflejarlo son las pérdidas de balón. El Madrid acumula 116 balones perdidos en nueve partidos. Es decir, 12,8 oportunidades de contraataque o transiciones rápidas para sus rivales.

Esa cifra acompaña a las dudas que están dejando los bases del Madrid en este inicio de campaña. Sergio Rodríguez todavía busca su mejor versión, mientras que Sergio Llull y Alberto Abalde intentan hacerse con las riendas de un equipo en el que sólo está el canario como '1' puro. Con Alocen y Williams-Goss apurando la recuperación de sus respectivas lesiones y con la opción Campazzo ya descartada, el conjunto blanco necesita apuntalar una posición clave en su juego.

El Madrid acumula 116 balones perdidos en nueve partidos

De hecho, la línea exterior está siendo una de las más señaladas también en la defensa. El Madrid está concediendo demasiadas facilidades anotadoras a sus rivales desde el perímetro y eso es una ventaja demasiado grande. Ante Baskonia el equipo permitió 34 lanzamientos desde más allá del arco de los cuales 13 acabaron en canasta. "Nos han hecho seguramente más triples que en los otros cuartos y hemos estado más lejos de los tiradores", aseguraba Mateo tras la derrota del equipo blanco. Un tropiezo que ha hecho desempolvar viejos fantasmas.