Una plaga de lesiones y otra derrota acentúan el primer bache de la era de Joan Peñarroya en el Barça: "El estado de ánimo no es el mejor"

Cinco lesiones, errores, desconexiones... y tres derrotas consecutivas, que ascienden a cuatro en los últimos cinco partidos. La situación con la que el Barça encara el último mes del año no es fácil. Y, lo más complejo de todo, es que todo este cúmulo de circunstancias ha hecho que el "estado de ánimo" de la plantilla "no sea el mejor", tal y como aseguró el entrenador culé, Joan Peñarroya. El equipo azulgrana está ahora pasando por el peor bache de lo que va de temporada, y este se ha agudizado tras la contundente derrota de este domingo en el Nou Congost ante el BAXI Manresa (85-72). Todo ello a las puertas de una semana con doble competición donde se ven con un gran agujero en el juego exterior para medirse al Panathinaikos el martes y a Maccabi Tel Aviv el jueves.

La reconstrucción del Barça el pasado verano era de gran envergadura. Cinco jugadores nuevos, uno de ellos con un rol principal -Kevin Punter-, entrenador nuevo, nuevas dinámicas... Y poco tiempo. Porque si algo ocurre en el baloncesto actual es que el tiempo apremia y la adaptación y los engranajes tienen que estar cuanto antes. Si bien, en un principio parecía que todo empezaba a ir poco a poco de cara... hasta que llegó el primer revés: la baja de Nico Laprovittola.

El cerebro del equipo decía adiós a la temporada tras su grave lesión de rodilla y, a partir de ahí, las sensaciones comenzaron a cambiar. Tras ello, llegó la lesión de Chimezie Metu -al que le queda un mes de baja-, uno de los jugadores que más rédito estaba dando en el juego interior culé, donde la irregularidad de Willy Hernangómez había quedado patente. Tanto, que se vio cómo Joan Peñarroya no termina de confiar en él, por sus carencias defensivas, hasta el punto de que en el Clásico del pasado jueves en la Euroliga casi ni fue de la partida.

Pero, sin duda, lo que ha terminado por dar el toque de gracia ha sido la semana del Black Friday, que para el Barça bien puede tildarse de negra... pero entera. En el Clásico, Raul Neto se estrenó como culé con una lesión: unas cuatro semanas de baja para el base brasileño por un problema de aductor. Con él, la enfermería culé ascendía a tres... E incluso cuatro. Porque a la par que el club daba a conocer su baja, también anunciaba que Jabari Parker se quedaba fuera de la convocatoria para el duelo ante el BAXI Manresa por "precaución" tras haber sufrido en el mismo partido un golpe en la rodilla izquierda.

Y, por si fuera poco, este domingo llegaba otro revés más: la lesión de Darío Brizuela, que, según el propio Joan Peñarroya, "será para varias semanas". Es decir, que el Barça, a expensas de conocer exactamente el alcance de la lesión del base-escolta donostiarra, y de saber si podrá o no contar con Parker este martes, se encuentra con un quinteto al completo en la enfermería. Una situación que afecta a nivel mental a un Barça que, ahora, debe encontrar cuál es el fallo para poder corregirlo... porque, según Peñarroya, esto es lo que les está faltando más allá de las lesiones.

"Es un momento complicado para nosotros con esa secuencia de bajas que tenemos, con esa gran secuencia de partidos que tenemos y en los que debemos juntarnos más, de apretar los dientes y pasar lo que nos viene juntos, con humildad. Debemos saber dónde estamos fallando y todos lo podemos hacer mejor", admitió el técnico culé este domingo, donde los problemas defensivos estuvieron muy presentes durante la primera parte y también para generar el juego, esto último a consecuencia de lo mermada que está la plantilla en este sentido.

"Empezamos con Laprovittola y Metu las lesiones de larga duración; fichamos Raul Neto y también tiene para un mes. A Brizuela hay que hacerle pruebas, pero será por semanas. Es lo que hay. El club está al tanto de todas las situaciones que pueda haber, pero lo que tenemos que hacer los que estamos es un esfuerzo a nivel físico y a nivel mental por todo lo que nos viene, que es muy duro", admitía Peñarroya. Y es que si hasta ahora Brizuela podía alternarse con Juan Núñez y Tomas Satoransky a la hora de generar y dirigir el juego -donde el Barça está notando una de sus mayores carencias desde la ausencia de Laprovittola-, su baja deja aún más tocado el juego exterior culé.

"Debemos dar un paso adelante. Esperamos que a Jabari lo podamos recuperar y apretar los dientes y hacer las cosas bien para pasar este momento de gran dificultad juntos", mantenía Peñarroya, que ahora tiene por delante el reto de conseguir que sus jugadores cambien el chip a nivel mental y consigan llevar a cabo un plan de juego con aún más cambios por las bajas. El martes, la primera prueba de fuego es en el OAKA y el jueves en Belgrado ante el equipo macabeo. Dos rivales que pueden hacer cambiar el balance positivo de 7-5 y alejar aún más al equipo culé de las posiciones de los playoffs (en la actualidad se encuentra séptimo, en puestos de playin).