Kendrick Perry, el base que sufrió la cara B del basket antes de ser el líder de Unicaja: "Escuchaba rumores sobre mí y los equipos no querían arriesgarse"
El base del equipo cajista atiende a Relevo para hablar de su situación en Málaga y su trayectoria antes de la cita en liga ante el Real Madrid.
Hace sólo unos años, su carrera era una montaña rusa. Lesiones, tropiezos e inestabilidad -que pasara por ocho clubes en diez años lo demuestra- habían marcado su carrera. Pero si algo dejó claro Kendrick Perry (Ocoee, Florida, 1992) es que, aunque por su cabeza alguna vez hubiera pasado el dejar el baloncesto, su filosofía de vida y trabajo estaba por encima y no podía permitirlo. El mítico keep going -sigue intentándolo, en español- se acabó convirtiendo en su lema. Y la recompensa le llegó al poco de aterrizar en Málaga. Una ciudad y un club, el Unicaja, que le recomendó su amigo (y mítica leyenda cajista) Nemanja Nedovic, aunque, eso sí, lo de aprender el español, en un principio mejor lo dejaba en stand by.
"Me dijeron que si aprendía español en Andalucía no me iban a entender en otros sitios, ¡pero tu inglés es bueno!", admitía entre risas al final de la entrevista con Relevo cuando servidora pedía disculpas por si había cometido algún error de pronunciación bajo el pretexto de que "los andaluces nos comemos algunas letras y eso a veces nos juega alguna mala pasada al hablar otros idiomas". Así que quizá más allá de encontrar su juego y su sitio en Málaga, también acabe encontrando otro idioma que poner en práctica. Eso sí, de momento, el base con nacionalidad montenegrina lo que sí ha hecho es convertirse en el líder de un Unicaja que es el rival a batir tanto en la Basketball Champions League como en la Liga Endesa, en la que este domingo visita al Real Madrid, un equipo al que conoce ya muy bien, y ante el que quiere la victoria para seguir en lo más alto de la clasificación de la ACB.
Ante La Laguna Tenerife jugaste poco y ante el Ostende en la BCL no lo hiciste porque estabas con una especie de virus o infección. Así que lo primero es preguntarte: ¿cómo estás? ¿Juegas este domingo ante el Real Madrid?
Sí, estuve un poco enfermo, pero estoy ya casi recuperado del todo. Así que por suerte todo está bien y ese es el plan: jugar ante el Real Madrid.
Es un duelo ante un rival que no se os da nada mal: le ganasteis el año pasado en el WiZink Center, le ganasteis la Supercopa en septiembre... Y ahora os enfrentáis a él cuando se encuentra en mitad de una crisis de resultados y sensaciones, sobre todo en Euroliga. ¿Qué esperas del partido?
Bueno, como dices supongo que entendemos que tenemos un poco de historia con el Madrid, ¿verdad? El capítulo más reciente es ganarle la Supercopa, pero nuestro mensaje esta semana de preparación es que no podemos quedarnos sólo con lo que ellos están pasando ahora, porque al final son uno de los mejores equipos de Europa. Así que no importa la situación en la que estén, sabes qué tipo de equipo vas a tener en frente: van a jugar duro, agresivo. Su talento obviamente habla por sí solo. Así que tenemos que asegurarnos de continuar yendo a estos partidos con la concentración adecuada, el enfoque correcto y el plan de partido correcto durante los 40 minutos. Creo que si continuamos así, más allá del resultado, seremos capaces de ser nosotros mismos.
Hablando de la Supercopa, recuerdo que tras la final, cuando la ACB publicó el vídeo de las conversaciones de los árbitros, publicaste un post en 'X' en el que hablabas de una diferencia de trato... ¿Qué sentiste exactamente?
Bueno, siento que lo que hemos construido como Unicaja, como equipo, en los últimos años debería tratarse con respeto. Creo que cuando miras en términos globales en la ACB, nosotros nos hemos ganado definitivamente ese respeto de los rivales, entrenadores y tal. Y en este caso (la Supercopa) sentí que el nivel de respeto no era el mismo. Y entiendo que el Real Madrid tiene una historia detrás, ha predominado obviamente por ser uno de los mejores equipos de la ACB y también de Europa. Pero siento que en Unicaja hemos hecho un gran trabajo para imponer ese respeto, ganar ese respeto durante los últimos años y sentí que ese nivel de respeto no era igual en este caso.
Eso es un ejemplo más de que te has convertido en un líder de Unicaja dentro, pero también fuera de la pista. ¿Eres consciente de ello?
Sí, eso creo. De nuevo creo que es fruto de la cultura que se ha construido desde nuestro primer año aquí en Unicaja. Dice mucho que el cuerpo técnico y la gerencia siga creyendo en mí para poder hacer mi trabajo en términos de hacer lo que haga falta para que tengamos éxito. Ser un poco más agresivo en términos de anotación, si hace falta tomar la iniciativa a nivel defensivo, si hay que ser la voz dentro del vestuario... Estoy muy orgulloso de poder ser un jugador polifacético. Creo que el equipo y los chicos lo aprecian. Pero creo que puedo hacer este trabajo tan bien por la posición en la que estoy, por el equipo que tengo alrededor. Es un reflejo de todo.
¿Y qué supone eso para ti? Porque antes de llegar a Málaga sufriste algunos prejuicios sobre tu juego durante bastante tiempo.
Siempre he hablado de querer encontrar un lugar al que pueda llamar hogar, un lugar donde pueda estar cómodo, no solo dentro de la cancha, sino también fuera de ella. Y creo que he encontrado eso aquí en Málaga. Obviamente ha sido un proceso. Todo no fue perfecto desde el primer día, pero lo acabamos descubriendo yendo día a día. Obviamente ganar y tener éxito ayuda mucho a ello, pero yo estoy agradecido a ser parte de algo así y de intentar continuar haciendo mi parte, no sólo para que los aficionados de Unicaja estén orgullosos, sino la gente de Málaga, de la provincia, incluso de toda Andalucía, porque ha sido fantástico conocer esta zona en general durante estos últimos años. Así que me lo tomo muy en serio.
¿Y cuánta culpa tiene Ibon Navarro en todo ello?
Oh, ¡tiene muchísimo que ver! Definitivamente tiene muchísima culpa. Él es alguien que no sólo me retó desde el primer día en términos de adaptarme a ciertas situaciones, sino que él también me ha dado siempre las herramientas y la confianza que quieres como jugador. He estado en situaciones donde entrenadores pueden perder la confianza y es parte del juego, lo entiendo. Pero con Ibon es que siempre es un tipo superpositivo. Con él siempre parece que su lema es: cuando trabajamos, vamos a trabajar, pero también cuando toca nos divertimos, nos relajamos... Lo que ha hecho por mí en la cancha como jugador para madurar en un espacio diferente ha sido increíble.
Se habla mucho de que 'Ibon tiene un plan', pero, por lo que comentas... ¿quizá se puede decir que el plan es Ibon?
Es difícil, ¿verdad? Porque, ya sabes, miras todas las victorias y los trofeos y piensas que hay algún tipo de receta, supongo, algún tipo de plan, como dijiste, que puedes simplemente dárselo a la gente. Y no sé si es tan blanco y negro. De nuevo es pensar en cómo la directiva recluta a los chicos correctos para el equipo, cómo las piezas encajan todas juntas. Tienes que confiar en nosotros como jugadores individualmente, pero estando dispuestos a sacrificar algo individual por el bien del equipo. Y cuando tú hablas sobre 14 jugadores comprando esta idea, a veces puede como perderse parte de esa traducción. Pero afortunadamente, eso no está siendo nuestro caso. Todo el mundo, desde los jugadores, entrenadores, preparadores, físios... tienes la sensación de que todo el mundo lo ha comprado y está a nivel colectivo en la misma página. Entonces cuando consigues algo así es difícil duplicarlo, darle el plan a otros equipos. Eso funcionó para nosotros. Así que tenemos que continuar creyendo en lo que hemos construido hasta ahora y tratar de mejorarlo.
Viajando al pasado, ¿cómo ves ahora esa etapa, sobre todo en 2019, cuando todo eran incógnitas tras no pasar los exámenes médicos en París?
Eso fue un momento extremadamente crucial en mi carrera. Viniendo de haber pasado una cirugía menor en ese momento y no pensaba que fuera tan importante para otros equipos. Pero entonces llegué a París y surgen esas otras cuestiones... Se remonta a la autoconfianza de la que hemos estado hablando. Yo escuchaba rumores sobre mí, sobre tener que pasar por otra cirugía, los equipos diciendo que no estaban realmente preparados para arriesgarse conmigo... Y era desalentador el oír, después de una cirugía, que has puesto mucho trabajo en intentar recuperarte, pues escuchar cosas así. Eso podía ser un golpe a la confianza, pero creo que el tiempo lo es todo. Creo que aterricé en la situación correcta tras París con el Mega Bemax en Belgrado. Cuando estos equipos vinieron y me expresaron sus inquietudes, fue como tomarlo en el momento, y prácticamente sólo dije: "Solo ten un poco de paciencia y asegúrate de darme una oportunidad justa y correcta y yo lo haré". Y desde entonces ha sido genial. Tengo que darle crédito a todo el personal médico y al personal de entrenamiento con el que he tratado en mis equipos anteriores. Así que creo que es parte del viaje.
Respecto a lo que comentas de la paciencia, recuerdo que tras ganar el MVP en la Final Four de la BCL, entre lágrimas comentaste que había sido un camino largo en el que hasta te habías cuestionado dejar el baloncesto. ¿Cómo trabajaste eso a nivel mental hasta convertirte, como dijiste entonces, en un campeón?
Creo que la cosa más importante ha sido vivir el presente. Es decir, sé que suena a cliché, pero cuando intentas encontrar una rutina y tratas de mantenerla, genera buenos resultados. Mi rutina ha cambiado desde hace cinco o seis años hasta llegar a donde estoy ahora. Pero aprendes de todo. Intentas ponerte en la mejor parte posible y en momentos como ese después de la BCL es como que revives toda esa ola de emociones.
Sabiendo todo esto, ¿qué significa entonces para ti la estabilidad que antes comentabas que has encontrado en Málaga? Porque antes de ello llegaste a pasar por diez clubes en ocho temporadas...
Creo que es genial. Obviamente, el hecho de que pueda continuar este tiempo con mis compañeros de equipo, poder crear más recuerdos con ellos, que nuestras familias se hayan vuelto extremadamente unidas en estos últimos años... Obviamente veo a estos muchachos como compañeros de equipo, pero es más que eso. Y creo que la estabilidad definitivamente tiene algo que ver con eso. En la cancha obviamente ya sabes con quién vas a luchar noche tras noche y eso ayuda. Ya sabes cómo convertir a los muchachos en un líder. Siento que sé cómo motivar a los muchachos o darles confianza cuando necesito hacerlo. Y fuera de la cancha creo que me da un paso más en cuanto a hacer conexiones y conocer gente de Málaga o de los alrededores que nunca sabes lo que puede pasar después del baloncesto. Así que creo que todo eso combinado es lo que esa estabilidad me brinda personalmente. Y creo que es genial. Y por supuesto, no tener que hacer seis maletas y mudarme cada ocho, nueve o diez meses.
He leído que Nemanja Nedovic tuvo algo que ver en que llegases a Unicaja... ¿cómo fue aquello?
Realmente fue muy simple. Nosotros habíamos pasado un tiempo juntos el año anterior en el Panathinaikos. Y entonces terminé yendo al Buducnost Podgorica tras dejar Panathinaikos. Mi agente, Misko Raznatovic, me mencionó y me pidió o me dijo que hablase con Nedo si tenía alguna pregunta o inquietud con la ciudad o lo que fuera. Entonces le escribí y recuerdo perfectamente la primera cosa que me dijo: "Hermano, te va a encantar. En cuanto llegues allí, te va a encantar. No vas a querer irte. No nieva" (ríe). Obviamente él sabía que yo soy de Florida y que no me gusta mucho el clima frío. Así que sabía perfectamente que yo iba a marcar muchas de mis casillas en cuanto a cosas de fuera de la cancha. Obviamente sobre el parqué, tendría que descubrirlo por mí mismo. Pero sí, mi relación con Nedo sigue siendo muy buena hoy en día. Cuando él hace un gran partido le envío un mensaje felicitándole... Así que por supuesto que definitivamente él fue uno de los primeros protagonistas de esta parte de mi viaje, desde luego.
Hablas de que obviamente sobre el parqué tendrías que encontrar tu juego por ti mismo. Respecto a eso, Marcelinho Huertas dijo sobre ti que eres un jugador «que no tiene miedo, al que no le importa si falló antes porque sigue intentándolo». Sabiendo además lo que ha sido tu camino, ¿se puede decir que tu filosofía o lema es justo ese: seguir adelante?
Definitivamente sí. Creo que es algo que se remonta a desde que era muy pequeño, ante cualquier adversidad que hubiera podido tener en mi vida, ya fueran lesiones o situaciones que no fueran las más ideales para mí. Mis padres siempre se enfocaron en que había dos caminos: tú puedes frustrarte y dejar que te afecte negativamente o simplemente seguir adelante, paso a paso. Así que creo que pasar todas esas adversidades, mi lema siempre ha sido: controla lo que tú puedes controlar y deja que los resultados vayan llegando. Pero lo más importante es seguir, seguir apareciendo, porque el día que no lo haces significa que te estás rindiendo. Así que definitivamente es mi filosofía de vida por supuesto.
Y ahora, tras todo lo que has vivido, ¿cuál dirías que es tu meta?
A nivel individual es continuar desarrollándome como jugador, obviamente. Seguir. No soy perfecto ni mucho menos, así que seguir viendo cómo puedo mejorar mi juego en la pista. Puedo mejorar cómo ser un líder, cómo intentar ayudar a guiar a este equipo hacia más éxitos. Pero como equipo, obviamente construir a partir de lo que queremos hacer, ya sea llegar otra vez a la Final Four de la BCL o a las finales de la ACB... A pesar de todo el éxito que hemos tenido como grupo, todavía somos más ambiciosos. Así que lo más importante a lo largo de este año es asegurarme de no perder esa pelea, ese fuego. Vamos a asegurarnos de no acomodarnos, sin importar el éxito que podamos tener, sin importar, entre comillas, los fracasos que tengamos a lo largo de la temporada. Quiero asegurarme de que sigamos presentándonos a trabajar todos los días y que sigamos desarrollando los buenos hábitos con los que comenzamos, creo que fue en 2022. Esas serían algunas de mis metas.