REAL MADRID 85 - HIOPOS LLEIDA 78

Ibaka y Rathan-Mayes asumen galones para que el Real Madrid evite el susto ante el Hiopos Lleida

Los dos jugadores, habitualmente secundarios en la rotación de Chus Mateo, dieron un paso adelante en un partido en el que el Real Madrid llegó a mandar por 26 puntos, pero terminó sufriendo.

Serge Ibaka ataca el aro durante el partido ante el Hiopos Lleida/ ACB PHOTO
Serge Ibaka ataca el aro durante el partido ante el Hiopos Lleida ACB PHOTO
Luis Hidalgo

Luis Hidalgo

El Real Madrid ha recuperado sensaciones con una nueva victoria en casa ante el Hiopos Lleida por 85 a 78... pero no ha terminado de convencer en el Wizink Center. El conjunto de Chus Mateo pasó por un partido similar al vivido ante el Anadolu Efes hace menos de 72 horas aunque con un guion a la inversa: dominó y llegó a vencer hasta por 26 puntos en la primera parte, sufrió un notable apagón en el tercer cuarto donde encajó un parcial de 15-34 y terminó sumando la victoria aprovechando la renta acumulada. El Hiopos Lleida llegó a estar a 3 puntos a menos de 18 segundos del final pero los blancos no fallaron desde el tiro libre.

Lo que parecía una mañana plácida en el Wizink Center se fue complicando con el paso de los minutos. El Real Madrid mostró en la primera mitad todo el acierto y el desparpajo que le faltó ante el Anadolu Efes, con una rotación muy amplia en la que distintos jugadores fueron aportando y en la que jugadores como Hugo González o los 11 puntos de Serge Ibaka ya señalaban el camino para lo que podía ser un escenario ideal tras el desgaste de la doble jornada de Euroliga. El Hiopos Lleida salió con otro ritmo después del descanso, mostró personalidad para remontar en el tercer cuarto y aunque no consiguiese finalizar su remontada, demostró los motivos que le han llevado a competir tan bien ante los tres equipos Euroliga.

Serge Ibaka y Rathan-Mayes marcan la diferencia

El Real Madrid fluyó durante la primera parte de la mano de un Facundo Campazzo muy inspirado -terminó con 11 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias- y que aportaba en todos los lados de la pista, pero según el bidón de gasolina del argentino se fue agotando, comenzaron los problemas para los blancos. Andrés Feliz tuvo esta vez sí minutos tras apenas figurar en la estadística el día del Anadolu Efes, pero la dirección de juego se vio superada por el ritmo del Hiopos Lleida en la segunda mitad. Además, los catalanes encontraron más vías de agua en la defensa blanca con la ausencia de Edy Tavares, reconociendo tras el encuentro Chus Mateo que el pívot no se encontraba en las mejores condiciones por problemas de espalda y que al descanso le han aconsejado que no siguiese jugando.

En el tercer cuarto el Real Madrid acumuló solo 7 de valoración entre todo el equipo... con Rathan-Mayes yéndose hasta los 8 y prácticamente monopolizando la aportación del equipo. De sus manos salieron 7 de los 15 puntos blancos que evitaron que la remontada fuese todavía más pronunciada y que hubiese peligrado el mando del Madrid en el encuentro. Hezonja, Llull o Ibaka valoraron negativo en este periodo, aunque el pívot se reservaba su aportación para el último cuarto, algo más exprimido de minutos ante la ausencia de Tavares.

Ibaka terminó el encuentro con 15 puntos, 6 rebotes y 17 de valoración mientras que Xavier Rathan-Mayes firmó 16 puntos con 4 de 5 en triples. Quizá la única sorpresa fue que el canadiense, en racha especialmente desde la larga distancia, no tuviese minutos en el último cuarto en favor de un Abalde cuyo trabajo en defensa se notó y de un Llull que estuvo acertado durante varios de los minutos finales. Tanto Rathan-Mayes como Ibaka confirman el paso adelante que ya se vislumbró ante la Virtus y cuya siguiente fase será poder aportar en partidos ante otro tipo de rivales, especialmente en la Euroliga.

El Real Madrid vivirá ahora una semana más tranquila ante el parón de la Liga Endesa por las Ventanas FIBA y solo tendrán que disputar el encuentro de Euroliga frente al Alba Berlín en el WiZink Center. Un desgaste de minutos y partido mucho menor a la que están habituados los equipos europeos para cargar las pilas de cara a un exigente mes de diciembre.