EUROLIGA

El volumen de los pitos aumenta el runrún alrededor de un Chus Mateo que tiene a favor una racha del siglo anterior

El WiZink recuperó la música de viento más de una década después tras la derrota del equipo ante el Fenerbahce.

Chus Mateo durante el partido ante el Fenerbahce./Efe
Chus Mateo durante el partido ante el Fenerbahce. Efe
Guillermo García

Guillermo García

No son tiempos fáciles en el Real Madrid de baloncesto ni para su técnico Chus Mateo. El equipo no encuentra el rumbo esta temporada y los números no ayudan a sostener al equipo. Ahora mismo está fuera del top 3 de la Liga Endesa con un balance de seis victorias y tres derrotas. Pero más preocupante es su andadura en la Euroliga donde suma el mismo número de triunfos, pero acumula ocho triunfos y está fuera incluso de los puestos de playin.

Nada tiene que ver estos números con los conseguidos la pasada temporada, cuando el conjunto de Chus Mateo contaba casi sus partidos por victorias. Ni siquiera con lo sucedido hace dos campañas cuando el técnico madrileño también sufrió las críticas y se aferró a la tabla de la Euroliga como salvación para un puesto que llegó a pender de un alambre con nombres como el de Sergio Scariolo sobrevolando el WiZink.

Una cancha que ayer protagonizó una imagen inédita en los últimos años en la cancha. O más bien. Enfadado con la imagen que estaba dando su equipo (apenas anotó 27 puntos entre segundo y el tercer cuarto) el público dedicó los primeros pitos que se escuchan en el recinto de la calle Goya en los últimos años, mostrando su descontento con un equipo que se vio sobrepasado por el Fenerbahce.

Chus Mateo: "No estamos contentos con nuestro rendimiento." Relevo

"Tenemos que ser suficientemente maduros como para afrontar una situación, que no está siendo la mejor, sin duda ninguna. No estamos contentos con nuestro rendimiento ni con nuestro juego y tenemos que seguir juntos y ver qué estamos fallando. Es algo que tenemos que mejorar y reaccionar porque el tiempo va pasando y no somos capaces de jugar como nos gustaría", apuntaba tras el partido un Chus Mateo que vuelve a estar en el candelero.

El técnico madrileño se ha ganado el crédito para seguir al frente de la nave blanca. Ya pasó por una tormenta similar en su primera temporada y fue capaz de mantener el timón y enderezar el rumbo. Además, a su favor cuenta con la historia del propio Real Madrid, que lleva casi 27 años sin destituir a un entrenador a mitad de temporada.

Miguel Ángel Martín en su etapa como técnico del Real Madrid. ABC
Miguel Ángel Martín en su etapa como técnico del Real Madrid. ABC

El último entrenador que fue destituido por la directiva blanca fue Miguel Ángel Martín en el año 1998. Es decir en el siglo anterior. 'El cura', que había sustituido la temporada anterior a Mario Pesquera, fue cesado como primer entrenador el 24 de febrero de 1998. Los resultados y la crisis con la plantilla -especialmente con Mike Smith y con Joe Arlauckas- terminaron con la etapa del técnico madrileño al frente del equipo blanco, siendo sustituido por Tirso Lorente de forma interina hasta final de temporada, cuando se contrató a Clifford Luyk.

Años más tarde, concretamente en 2011, también hubo un relevo en el banquillo madridista a mitad de temporada, pero en esta ocasión fue el técnico el que decidió abrir la puerta de salida. Fue Ettore Messina quien el 4 de marzo presentaba su dimisión como primer entrenador del Real Madrid, dejando su puesto a Lele Molin, con el que el equipo se clasificó para la Final Four de la Euroliga.

De momento Mateo cuenta con su palmarés, el tiempo y la paciencia de la directiva para intentar revertir la situación. Algo que espera que no tarde en suceder, aunque tendrá un nuevo obstáculo con la visita de Unicaja. "Hemos tenido muy malos momentos en alguna otra ocasión y hemos salido adelante juntos y eso es lo que creo que tenemos que hacer", apuntaba el técnico que tiene trabajo por delante para terminar de ajustar el engranaje con piezas nuevas que todavía no han dado el rendimiento esperado y que ya han provocado el primer enfado en años de la afición.