ATLETISMO

Laura Luengo, la atleta de la que todo el mundo habla: "Durante mucho tiempo pensé que no era buena y ya está"

La extremeña, criada en San Martín de Valdeiglesias y que empezó en el atletismo en la escuela de su hoy entrenador, Luismi Martín Berlanas, 'voló' en Valencia y con solo dos maratones en sus piernas ha irrumpido en la élite internacional.

Laura Luengo, en su visita a Relevo./RELEVO/MARTA CAPARRÓS
Laura Luengo, en su visita a Relevo. RELEVO/MARTA CAPARRÓS
José M. Amorós

José M. Amorós

"Sé que tenía capacidad para hacerlo, pero me sigue impresionando lo que hice en Valencia", responde Laura Luengo cuando se le recuerda que cruzó la línea de meta de su segunda maratón en unas cifras que ya le suenan a gloria: 2:22:31. La atleta sigue asimilando que, si en su estreno en la distancia legendaria en 2023 se convirtió en la mejor debutante española de la historia, solo un año después ha rebajado en tres minutos aquel estreno, logrando la mejor marca de una maratoniana nacida en España y ya a apenas un minuto del récord nacional oficial de los 42,195 kilómetros.

Nacida en el paraíso de valles extremeños de Pasarón de la Vera, uno de esos rincones del país donde el censo se desmorona con el paso de los años y sus hijos deciden echar su vida al coche para coger 'carretera y manta' en busca de oportunidades, terminó emigrando junto a su familia a San Martín de Valdeiglesias en pleno inicio de la Primaria. Allí, al oeste de la Comunidad de Madrid, con solo "seis o siete años" buscó nuevos amigos en la escuela de atletismo Martín Berlanas, lugar de encuentro en la localidad para niños y niñas que soñaban con ser los herederos del héroe del pueblo que le daba nombre al club. Y empezó a correr, y le gustó, y mucho. Y eso que le costó disfrutar de las mieles de la gloria, de "ser de las buenas".

Años después, guiada por el propio Luismi Martín Berlanas, quien no dudó en acogerla en su grupo de la Blume cuando se vino a estudiar a Madrid, y Juan del Campo, un binomio de entrenadores que se ha ganado la fama de 'infalibles' porque todo lo que preparan se convierte en realidad, esta menuda de piernas a ritmo de molinillo a la que le gusta hacer kilómetros se ha convertido en la atleta española de la que todo el mundo habla en unos círculos del atletismo que la han convertido, también, en la maratoniana de todos.

¿Cómo se quita tres minutos a tu marca en una maratón?

A ver, yo creo que eso tiene bastantes matices porque la primera preparación que hicimos [para el maratón de Valencia 2023] fue muy buena y todo nos salió bien, pero todavía estaba muy verde, era la primera vez, arriesgamos un poco en cuanto a kilómetros. En esta, pues ya teníamos más conocimiento y creo que ha sido bastante mejor preparación. Todas las cosas que pensábamos que podíamos mejorar del año pasado, las hemos mejorado. Y yo también considero que, prácticamente, soy otra atleta porque he aprendido muchísimo.

Laura Luengo y el momento en el que dio el paso definitivo hacia la élite.RELEVO/MARTA CAPARRÓS

El año pasado hiciste 2:25:35, el mejor debut de una española en la historia. ¿Qué tiene más mérito: aquello o lo de este año? En opinión personal, creo que tiene hasta más mérito lo del 2024...

El panorama de la maratón ha cambiado mucho porque, cuando yo debuté, hacer 2:25:35 era una pasada. Hasta ese día, el récord de España todavía era 2:26:51. Pero, claro, este año ya las cosas eran diferentes: la mínima para el Mundial de Tokio 2025 es 2:23:30, justo tres minutos menos que la mínima de los Juegos Olímpicos que teníamos que hacer el año pasado. Todo ha cambiado y también eso te hace replantearte todo.

¿Cuál era la marca que teníais en la cabeza que podías conseguir u os fijasteis como objetivo?

Yo creo que, más que en el tiempo, siempre hay una horquilla de posibilidades. Esto es algo que también se va cambiando a lo largo de la preparación. Creo que siempre empiezas con una idea un poco más 'baja' y, si todo se te va dando bien, vas replanteando. "Yo ahora pienso que puedo hacer esto". Si la preparación se te va dando bien, lo subes, y se te va dando mal, pues hacia abajo. Las semanas te van dando una pista de cuánto puedes aguantar. Creo que eso es algo que mis entrenadores hacen bastante bien, porque afinan muy bien el tiro. Cuando ellos te dicen "yo creo que puedes correr en tanto", casi nadie de nuestro grupo ha salido a una marca que era imposible de conseguir y han vivido una maratón horrible. Son bastante finos en esa horquilla de lo que piensan que puedes llegar a correr.

¿Te ves batiendo el récord nacional de 2:21:27? Ya están a 'solo' un minuto y cuatro segundos.

Me veo mucho más cerca, incluso en la preparación también ya me veía más cerca. Y, por ejemplo, el año pasado lo veía otro mundo. Pero no es algo que me obsesione muchísimo, me obsesiona más mi propia mejora personal. Lo que me motiva mucho y me obsesiona es ver hasta dónde puedo llegar. Pero el récord ahora lo veo más cerca y, evidentemente, hacerlo sería algo increíble. Cuando vuelva a hacer otra preparación, empezaré con calma e iremos viendo qué se puede hacer. Si lo que se puede hacer es eso, lo intentaré, y si no, pues seguiré entrenando hasta que llegue el momento, si llega, de decidir si me puedo poner en la línea de salida para intentarlo. Pero ahora no lo pienso muchísimo tampoco.

¿Cuándo será la próxima maratón para poder intentarlo? El año que viene es complicado porque el Mundial, para el que ya tienes la mínima, se disputa en septiembre en Tokio. Esto hace difícil volver a correr en el gran recorrido de Valencia dos meses y medio después. ¿Cómo lo vas a hacer?

Es un poco difícil, la verdad. Si al final corro en el Campeonato del Mundo, ya se va muy a final de año y, seguramente, haya que pensar en otro sitio donde correr. Pero también creo que tenemos que meditar bastantes cosas sobre la temporada que viene porque va a ser una temporada atípica para empezar. Yo nunca he corrido un maratón de verano, por lo que no he hecho una preparación de maratón antes de agosto o septiembre. Para mí sería la primera vez, y todo cambiará y toda la planificación va a cambiar. Nos tenemos que sentar a pensarlo.

Entiendo que está descartado correr antes, en primavera.

Si voy al Campeonato del Mundo, voy allí a hacerlo lo mejor posible. Y, en mi caso personal, pienso que si lo quiero hacer lo mejor posible tengo que guardarme la bala de maratón hasta competir allí.

Laura Luengo responde sobre un futuro intento de récord de España.RELEVO/MARTA CAPARRÓS

Si te hubiera dicho hace cinco años que ibas a hacer esta marca, ¿cómo hubieras reaccionado?

Probablemente... no me lo hubiese creído. Porque, encima, ahora 2:22 es una marca increíble, pero hace cinco años todavía más. Y sí que a lo mejor yo pensaba que podría ser una buena maratoniana por mis características, pero hasta tanto creo que no. Sí que pensaba que a lo mejor podría estar entre las mejores españolas, pero hasta aquí yo creo que nunca me lo había planteado.

Tu entrenador Luismi Martín Berlanas le señalaba a Alberto Hernández, de la Revista Corredor, que hace dos años no corrías 2000 metros al ritmo en el que corriste los últimos 2000 metros de Valencia.

Sí, sí. A ver, es verdad que en los últimos años he mejorado muchísimo, pero también es importante ver el contexto. Yo llevo siendo profesional tres años, desde que empecé a entrenar en la Blume. Anteriormente para nada tenía la vida que tengo ahora, ni le dedicaba el tiempo que es necesario, y siempre he sido consciente de que lo que hacía no era ser una profesional ni mucho menos. Pero ahora sí, y eso se ha notado muchísimo. Como hay otro montón de ejemplos parecidos en el atletismo, por ejemplo Marta García, que a mí me encanta y que también ha mejorado muchísimo. Es que yo debuté en media maratón con 1:14 en 2021 y ahora he corrido una maratón completa a 1:11 cada media.

¿Qué cambiaste a la hora de ser profesional?

Es que no tiene nada que ver estar estudiando y llevar una vida de una chica joven normal con ser una profesional del atletismo. Mi vida no tiene nada que ver y todo ha cambiado radicalmente, una barbaridad. Para empezar, antes de la Blume estaba acabando la carrera y también estaba trabajando a media jornada en una consultoría, por lo tampoco tenía muchísimo tiempo para entrenar. Yo tenía una vida en la que le dedicaba al atletismo máximo dos horas al día y luego, cuando me quitaba las zapatillas, el atletismo en mi vida no existía. Ahora mi vida es 24/7 de atletismo, cuando estoy corriendo porque estoy corriendo y cuando no estoy corriendo porque me estoy intentando recuperar, intentando rascar algo haciendo ejercicios de lo que sea o comiendo lo mejor para poder rendir... Todo gira en torno al atletismo. Ahora tengo oportunidades de hacer y de dedicarle todo lo que yo quiera, que es mucho, y me encanta prepararme bien para un objetivo.

Es complicado hablar de límites en estos tiempos en los que todo vuela, pero... ¿dónde crees que puede estar tu límite?

No lo sé, porque todo me ha cambiado tanto... Si hace cinco años no me imaginaba que iba a correr en 2:22, ¿qué voy a hacer dentro de cinco años? Pues no lo sé. Todo dependerá mucho de si soy capaz de seguir por este mismo camino en el que estoy ahora, de poder tener continuidad de enlazar una temporada tras otra y de ser capaz de asimilar muchos kilómetros. Si puedo seguir así, sí que creo que puedo mejorar. No considero que haya estado mucho tiempo en el Alto Rendimiento exprimiéndome para que ya no pueda mejorar más, pero sí soy realista y sé que la mejora en la maratón pasa por tener continuidad y que las cosas te vayan yendo lo más lineal posible.

¿Cómo has gestionado titulares de «la maratoniana de moda» y una lluvia de halagos que has provocado con solo dos maratones? Eres un poco la atleta de todos y donde todo el mundo quiere que te vaya bien.

Esta mañana he ido a visitar el psicólogo y lo he estado hablando con él. Yo me siento igual. Yo sé que no es lo mismo correr en 2:25 que en 2:22, pero para mí la cosa no ha cambiado muchísimo. Entiendo que la gente ha visto un salto de calidad enorme, pero es que, tanto mis entrenadores como yo, ya lo veníamos viendo de antes. No he pasado por tanto shock porque era algo que ya, poco a poco, vas viendo que te estás acercando a ese nivel. Me impresiona que la gente piense eso de mí. También me impresiona un montón toda la gente que se alegra porque yo lo hiciera bien. Es algo que me ha puesto casi más contenta que la marca en sí y el haber podido rendir ese día. Encontrarte que tantísima gente valora lo que haces, es que es increíble para mí. Ha sido muy, muy especial. También en mi entorno, en el CAR de la Blume, toda la gente me ha apoyado, me ha animado durante la preparación y me he sentido súper arropada.

Hablas del psicólogo. ¿Estás haciendo trabajo psicológico para mantener los pies en el suelo?

Creo que es una cosa que nunca he tenido mucho problema. Venir, como yo, de no correr tanto es una ventaja. Yo ya he vivido lo que es no poder dedicarte a esto o querer y no tener medios. Como he vivido eso, sabes de dónde vienes y no vuelas tanto. Yo lo hablo muchísimo con Yago [Rojo, su pareja y maratoniano olímpico en los Juegos de París]. Hemos tenido un montón de suerte de ser atletas profesionales, porque hay mucha gente que quiere estar en nuestra posición. Yo misma quería estar en mi posición, por eso creo que es bastante fácil usar ese agradecimiento para no creerte algo que no es y para no subirte demasiado arriba. Siempre he tenido confianza y he entrenado para algo, me he creído que lo podía hacer, pero creo que separo mucho entre el atletismo y la vida. En el atletismo voy a muerta por mi marca, pero una vez todo se ha acabado, nada cambia. Como me dijo Yago al día siguiente del maratón de Valencia, "la vida sigue". Una gran marca te da muchas oportunidades, pero la esencia nunca cambia.

Laura Luengo, en su visita a Relevo. RELEVO/MARTA CAPARRÓS
Laura Luengo, en su visita a Relevo. RELEVO/MARTA CAPARRÓS

Hablando del cambio de vida. Ya vienes vestida como imagen de una de las grandes marcas mundiales del atletismo.

Fichar por On Running, la marca deportiva, sí que me ha cambiado mucho. Llegaron y me dijeron: confiamos en ti a largo plazo como maratoniana. Ellos me han dado seguridad y muchísima tranquilidad. Era lo que yo siempre quería. Por ejemplo, yo no he ido a los Juegos Olímpicos que, en el caso de otros deportistas, supone incluso el fin de su carrera, perder becas, perder sponsors... Y yo con mi marca he estado súper tranquila, porque seguía confiando en mí. Y aunque duele mucho no clasificarte para unos Juegos, no he tenido que sumar esa preocupación económica, de decir: "¿Ahora cómo sigo?". Antes me salvaba mucho la beca Blume, con la que aunque no tuviera una gran marca detrás podía seguir viviendo y entrenando en Madrid.

No puedes estar en mejores manos con Luismi y Juan, y lo confirman los resultados, pero On tiene grupos de entrenamiento en Europa, donde están Marta García y Moha Attaoui, y en Estados Unidos, con Mario García Romo. ¿Te han pedido marcharte allí?

No, confían en el trabajo que estamos haciendo aquí. Me dijeron que estuviera tranquila, que hiciera mi plan y que creían en mí a largo plazo. Aunque sí haré alguna visita al equipo que tiene la marca en Saint Moritz (Suiza).

Mucha gente puede pensar que fichando por una gran marca, ya tienes la vida solucionada.

Yo de pequeña pensaba que del atletismo no se podía vivir, que era algo que ni 'los buenos' podían vivir bien. Pero ahora sé y puedo decir que es mentira, porque sí se puede vivir bien. Pero evidentemente, puedes vivir bien los años que te dediques a ser atleta pero cuando se acaben estos años tienes que ponerte a trabajar. No somos como los futbolistas o como los tenistas, que luego puedes vivir toda tu vida de lo que hiciste y me parece genial. En el atletismo, a no ser que seas Kipchoge que imagino que se retirará y vivirá toda la vida... pero nosotros, los mortales, pues no. En cinco o diez años tendremos una vida y un trabajo normal, y todo se acabará.

Sobre la marca y las zapatillas. Hemos hablado de que el cronómetro se ha roto en el maratón. En las pruebas masculinas, pero sobre todo en las carreras femeninas. Nuevo récord mundial en 2:08 y, en un año, un buen puñado de atletas habéis fulminado el récord de España de Ana Isabel Alonso de 2:26 que pervivió casi 30 años... Muchos dicen que son irreales porque la tecnología de las zapatillas.

Evidentemente, las zapatillas habrán mejorado muchísimo las marcas y, si coges los datos, ahí está la evidencia. No vamos a venir a descubrir nada. Pero no solo a nivel zapatillas, sino también de los recorridos que también es importante, de la nutrición que también ha mejorado muchísimo... Por eso, te hace más ilusión compararte no tanto con la gente de tan atrás, sino con la gente que es tu coetánea. Es una manera de compararte y de situarte en el panorama internacional más real. Pero bueno, a cada uno le tocan unas cartas con las que jugar. Todas las etapas tienen cosas positivas y cosas negativas, y ahora nosotros jugamos nuestras cartas de la mejor manera posible.

Laura Luengo y una «preparación fantasma» para los Juegos Olímpicos.RELEVO/MARTA CAPARRÓS

Este es tu segundo maratón, pero no tu segunda preparación. Eras reserva para los Juegos Olímpicos y tuviste que hacer una preparación por si acaso. Este 2:22 es fruto de dos preparaciones.

Cuando estaba en la bajada hacia la Ciudad de las Artes y las Ciencias y entré a la alfombra azul, una de las primeras cosas que me acordé fue de eso, de esa "preparación fantasma". Yo veía que podía tener una maratón mejor [que la que había hecho el año pasado] y me hubiese ilusión que hubiera sido en los Juegos, y no fue. Esa preparación ha sido el primer momento de mi vida deportiva profesional en el que viví que el deporte también tiene esas cosas, ha sido uno de los momentos más crudos porque a lo mejor yo era un poco inocente. Pero creo que le saqué beneficio y que ahora, en esta preparación, he tenido muchísima ilusión por aprovechar mi oportunidad. Creo que fue hasta positivo.

Decías que eras un poco inocente. ¿Cómo fue vivir esa experiencia? Era raro entrenar y esperar, y no sé si desear, una pequeña lesión o lo que fuera en otra compañera.

Intentaba mantenerme lo más neutra posible, pero sí que era extraño. Esto lo he hablado mucho con el psicólogo, yo soy una persona súper comprometida y sabía que yo me iba a preparar con todas las de la ley. Pero, a la vez, era duro porque prepararte algo con todas las de la ley sabiendo que al 99% no vas a correr, es una situación que desgasta mucho y te come un poco de ilusión. Y eso era algo que no quería, porque no quería que me afectara para el futuro. Trabajamos mucho en intentar hacerlo con ilusión, intentar contagiarme de la ilusión de mis compañeros que sí que iban a competir y no decir 'qué rollo, que estoy preparando esto y no voy a correr'. Hacerlo porque a mí me gusta correr y porque yo soy una persona comprometida, y me había comprometido a hacerlo con el seleccionador nacional.

Lo último y lo que más va a 'afectar' en casa: has pasado de ser 'la novia de Yago Rojo' a que Yago Rojo sea 'el novio de Laura Luengo'.

(Ríe) Mucha gente le ha dicho eso, eh. El otro día estuvimos en la presentación de la San Silvestre Vallecana [que correrán ambos] y, como todo el mundo se lo decía luego, cuando llegamos a casa le dije: 'Bueno, que nos están diciendo esto pero que no pasa nada, que los dos somos igual de importantes' (risas). Nosotros sabemos que los dos somos igual de importante. Todo son momentos. Él ha tenido un momento súper bueno yendo a los Juegos Olímpicos y yo me quedé en casa, y a lo mejor podrías pensar que la balanza se desequilibró. Ahora a mí se me ha dado bien Valencia y él, mientras, estaba en casa porque no ha podido correr allí. El atletismo es así y nosotros tenemos la suerte de que... pues mira, a uno le sale bien en un momento y a otro no, y de esa manera podemos estar siempre de celebración. Siempre hay uno que lo hace bien, así que siempre podemos estar contento.

¿Cómo es una casa con dos maratonianos?

Pues ahora es un poco caótico. Él compitió en los Juegos y yo no, ahora no ha hecho Valencia y yo sí. Entonces, claro, ya no hemos coincidido en el mismo maratón, que lo pone todo más fácil porque estamos los dos en el mismo punto. Ahora he acabado Valencia, a mí me gustaría irme de vacaciones, pero no me puedo ir porque ahora Yago tiene que empezar a prepararse para lo que corra en el futuro. Entonces, vivmos en una continua preparación de maratón porque no estamos coincidiendo. Pero tiene muchísimas cosas positivas porque... ¿Quién te va a entender mejor que otro maratoniano? ¿Quién va a entender que tu vida sea por y para maratón durante cuatro meses? Tenemos un montón de suerte, nos ayudamos un montón y yo también aprendemos muchísimo el uno de otro.

LOS INICIOS EN LA ESCUELA DE LA LEYENDA

Hemos hablado de que te entrena Luismi Martín Berlanas. No creo que ningún entrenador del mundo sepa tanto de tu atleta. ¿Cuándo os encontrasteis por primera vez?

Yo vivía en Extremadura y, a los 6 o 7 años, mis padres por trabajo se mudaron a San Martín de Valdeiglesias. El que ahora es mi entrenador, Luismi Martín Berlanas, era de allí y tenía una escuela de atletismo. Y yo, como no conocía a nadie ni nada, para integrarme un poco en el pueblo me apunté a atletismo para hacerme nuevos amigos. Muchísima gente de mi edad hacía esa actividad así que me apunté para poder hacer amigos, básicamente.

Para buscar amigos, terminaste en la escuela de uno de los mejores atletas españoles de las últimas décadas.

Claro, me acuerdo que al principio a mí me daba hasta impresión. Si venía algún entrenamiento, me daba vergüenza y corte hablarle. Ahora lo pienso... ¡con la relación que tenemos! Me daba corte hasta decirle una palabra. Porque, para mí y para todos los niños del club, era Luismi y con todo lo que había conseguido.

¿Destacaste desde niña?

No, la verdad. Al principio, todo lo que hacíamos y todas las distancias de cuando eres más pequeño suelen ser carreras muy cortas, algo en lo que siempre he sido bastante mala. Vamos, no es que se me diera muy bien. Cuando ya me hice un poco más mayor en cadete o así y el cross subió de distancia, ahí sí que me daba para clasificar a los campeonatos de España pero nunca quedaba muy delante, pero es que antes no me daba ni para ir.

Mira que si llegas a decidir dejarlo...

Durante mucho tiempo pensé que no era buena y ya está. Pero yo siempre he tenido ganas de continuar, porque como he corrido bajo un prisma de que lo hago porque me gusta y no porque quiera quedar más adelante... En edades menores, se ensalzan mucho a ciertos niños que corren mucho de pequeño y el resto, quizá, nos quedamos un poco con la idea de que esos son los que valen y nosotros no, porque es lo que te llega desde fuera. Yo lo aceptaba como tal y simplemente, seguía corriendo porque me encantaba.

"En seis meses entrenando con Luismi y Juan, pasé de quedar la 80 a estar entre las seis primeras del Campeonato de España"

Laura Luengo

¿En qué momento cambiaste de opinión y te diste cuenta de que sí ibas a podías ser de las buenas en esto?

A ver, lo he sentido en dos momentos: en mi primer año cuando empecé a entrenar en la Blume con Luismi y Juan, que realmente fueron unos meses, me acuerdo que en el Campeonato de España de clubes quedé entre las seis primeras, cuando antes que quedaba la 80 o la 50. O sea, en cuatro meses que estuve entrenando con ellos había mejorado muchísimo. Y dije: joe, pues yo corro, eh. Pero luego tuve dos años que estuve enferma con mononucleosis, que me afectó al hígado, y tuve que hacer un parón. Me costaba mucho correr, no me encontraba nada bien. Pero justo a la vuelta, me pasó igual, con cinco meses o así de entrenamiento me clasifique para el Europeo de cross en la categoría Sub-23. Ahí también pensé que, si con solo seis meses entrenando y después de estar una temporada y media prácticamente parada, me había clasificado pues... ¡tengo que correr! Puedo tener un buen nivel y estar entre las mejores de mi país.

Menos mal que diste el paso, para alegría del atletismo español.

Yo veía que sacaba bastante rendimiento para lo que hacía. Si yo estaba trabajando, estaba estudiando y en el Campeonato de España de cross quedaba sexta en categoría absoluta, pues yo me decía que si me dedicaba a esto a lo mejor podía estar entre las tres primeras. Tenía fe de que podía mejorar mucho, pero no a lo mejor hasta donde he llegado.