A veces, la belleza y el sufrimiento van de la mano. Dice Tariku Novales, plusmarquista español, que el maratón de los Juegos Olímpicos de París, un recorrido que partirá de la explanada del Ayuntamiento de París y llevará a los mejores maratonianos del mundo hasta el Palacio de Versalles para terminar retornando al centro de la capital francesa, va a ser un disfrute para los aficionados. "A nivel visual y a nivel televisivo va a ser precioso. Para el público y para la televisión será espectacular", explica.
Para los que corran el sábado (prueba masculina) y el domingo (prueba femenina) será otra historia. "Para nosotros va a ser muy complicado y muy duro", afirma sobre un trazado sin precedentes al más alto nivel por su dureza. Yago Rojo, otro de los españoles que participará en la carrera (el tercero es Ibrahim Chakir), lo tiene claro: "Va a ser chocante".
El perfil incluye 436 metros de desnivel positivo y otros 438 de descenso. Varios kilómetros continuados de subida sostenida y un descenso en la vuelta al centro de la ciudad que hace de la prueba la más dura de la historia olímpica. Pero quizás lo más llamativo para el público, y también para los participantes, será la pendiente máxima del recorrido, más digna de una etapa del Tour de Francia que de un maratón olímpico: un tramo al 13,5% a la altura de la comuna de Chaville que ya se ha convertido en el gran temor de los atletas que han podido visitarlo y analizarlo. Entre ellos, Tariku Novales, que avisa de que nunca ha corrido una carrera parecida.
"Va a ser un maratón diferente, por decirlo de alguna manera", comenta a Relevo la explusmarquista española Marta Galimany, quien fue a inspeccionar el recorrido en 2023, pero que finalmente no competirá en París y ha decidido dar el paso de ser madre. "Va a ser muy duro, hay cuestas y unas bajadas muy pronunciadas", explica.
De la misma manera opina la británica Paula Radcliffe, quien tuviera el récord mundial entre 2003 y 2019: "Con estos cambios de desnivel, el maratón de París 2024 obligará a los atletas a empujar hasta sus límites, será un desafío deportivo fantástico en un marco espectacular y promete ser una carrera legendaria".
Un recorrido lleno de historia
Los 42.195 metros de París 2024 tendrán uno de los simbolismos más importantes de la historia de los maratones olímpicos. El recorrido rinde homenaje a la idiosincrasia francesa, pasando por algunos de los lugares más emblemáticos de París, donde tuvieron lugar los sucesos que cambiaron la historia del país. Entre ellos, el acontecimiento histórico que da nombre y significado a la ruta escogida: la Marcha de las Mujeres sobre Versalles, del 5 de octubre de 1789.
El liderazgo de las mujeres tendrá su reedición en París 2024, ya que por primera vez desde que la prueba femenina se incorporara al programa olímpico hace 40 años en Los Ángeles se disputará después de la masculina para cerrar el calendario del atletismo. "Queremos revertir el orden con la ambición de conseguir más equilibrio de género y llevar a las mujeres al frente por primera vez", destacó Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador.
El recorrido atravesará nueve distritos de la región de Île-de-France, con algunos de los monumentos más famosos de París, los parques y bosques emblemáticos de la región parisina y el majestuoso recinto del Palacio de Versalles como telón de fondo. "Sin lugar a dudas, el maratón de París 2024 tendrá algo especial. Correr en este marco impresionante, en un lugar tan cargado de historia y simbolismo, será una experiencia única. No podría pedir una carrera más perfecta para los Juegos", señaló el keniano Eliud Kipchoge, leyenda de la distancia y que buscará su tercera medalla de oro consecutiva tras el fallecimiento de su compatriota Kelvin Kiptum.
Un doble muro
Después del inicio junto al Ayuntamiento de París y un callejeo para ir alejándose del centro de la ciudad, comienza el juego. "Del kilómetro 15 al 21 es una continua subida sin ningún tipo de descanso", analiza Novales. "Pese a no ser una pendiente que continuamente sea muy empinada, va a ir mermando mucho las fuerzas y las piernas".
Cuando se complete ese ascenso sostenido, llegará la primera parte clave. "Ahí hay una zona que es una trampa. Justo después, cuando ya llegas a Versalles, empieza todo a tender para abajo durante 6-7 kilómetros [con una pendiente del 6%, según la organización]. Es una trampa porque si te calientas, te pasas y no mides bien o viceversa, porque no quieres ser valiente por lo que viene después, puedes perder gran parte de tus objetivos".
Esta vez, el famoso y tradicional muro del maratón será más bien tirarse a un acantilado. "Va a haber calambres, pájaras de todo tipo, deshidrataciones… Espero que tengan muchas ambulancias disponibles porque a lo mejor va a haber que rescatar a unos cuantos atletas a los que esperamos no sumarnos nosotros", continúa Novales.
Un circuito así será una novedad para gran parte de los competidores. La mayoría suele incluir los ascensos durante sus entrenamientos, pero vivirlos y afrontarlos en competición es diferente. Pocos pueden decir que han afrontado algo así. "Yo he corrido muchos años en Madrid, que es verdad que hay algún repecho: las cuestas pican un 4-6%, pero en ningún momento un 13 o un 14% como puede haber en París", afirma Yago Rojo. "Quizás el último campeonato de España de cross de Getafe, pero allí fueron 10 kilómetros y esto van a ser 42".
El maratón olímpico no tiene comparación con el resto de grandes maratones. Nueva York tiene la fama del maratón más duro de la prestigiosa lista y apenas llega a tener un desnivel positivo de 132 metros y negativo de 144 metros. Más 'tobogán' se vive en Boston, prueba no válida para las marcas por incumplir la norma de World Athletics. La prueba más antigua de la distancia tiene un desnivel positivo de 245 metros por uno negativo de 371. El tercer 'major' estadounidense, el de Chicago, tiene un desnivel positivo de 273 metros y uno negativo de 281.
El más llano es, sin duda, Berlín. Esto explica el principal motivo para acumular a lo largo de su historia varios récords mundiales. Solo 14 metros de desnivel positivo y 14 metros de desnivel negativo, lo que le convierte en el más llano del panorama internacional. Por encima, incluso, del maratón de Valencia, que cuenta con unos desniveles de 40 metros.
¿Cuál es la mejor estrategia?
Junto a la dureza del circuito también habrá que tener en cuenta los problemas que puede provocar la meteorología. "Esto es París y en verano. A las 9 va a hacer un calor y una humedad terribles. Si ya el circuito va a ser complicado de por sí y muy difícil de gestionar, las condiciones climatológicas lo van a complicar", dice Novales.
Un recorrido de este estilo abre el abanico de sorpresas ante un imperio africano que domina con mano de hierro la lista de favoritos y los podios de las últimas ediciones del maratón. "Puede ser una oportunidad para gestionarlo tácticamente y aprovechar que otros no lo hagan tan bien, pudiendo rascar puestos. Aunque es cierto que también puedes ser uno de los cadáveres de los que tú pretendías coger y terminar siendo uno de ellos. Es uno de los peligros", reflexiona.
En su caso, la apuesta de la organización gusta y mucho a Novales, que llegará a París con una marca personal de 2:05:48 lograda en la llanura del último maratón de Valencia. Un recorrido de este tipo hace que todo se iguale, que los atletas con marcas por debajo de 2:04:00 no tengan ventaja de ritmo, y parece que hay unanimidad en que la victoria estará, probablemente, en un tiempo bastante superior. "Viniendo del cross, de distancias más cortas y teniendo la capacidad de subir y bajar muy bien, creo que, si leo bien la carrera, es una gran oportunidad de poder disfrutar con el circuito", cuenta el plusmarquista nacional. "Va a haber muchas oportunidades de adelantar y de subir puestos. Esto hace el maratón mucho más interesante".
En la misma línea se pronuncia Yago Rojo, una de las grandes sensaciones del maratón español en los últimos años después de mucho trabajo. "Este recorrido es algo que beneficia a la gente que estamos en un segundo o tercer plano. Yo lo comparo un poco con la Fórmula 1: en una carrera donde no pasa nada, no hay safety car, no hay bandera roja y no llueve, lo más probable es que gane Max Verstappen. Aquí pasa igual. Si fuese una carrera plana y con 5ºC de temperatura, los africanos se escaparían en el kilómetro 3 y no los veríamos en toda la carrera. Con este perfil tan duro, pueden pasar cosas. Lo veo como una oportunidad. A lo mejor soy yo el que termina pidiendo la hora, pero este perfil nos abre una posibilidad a los españoles".
Ambos están de acuerdo que es una buena oportunidad para la sorpresa, aunque también habrá que leer muy bien la prueba. "A lo mejor hay que decir a los rivales que vayan tirando y subiendo, que en la bajada, como explotéis y yo me haya guardado fuerzas, en el kilómetro 35, 37 o 40 a lo mejor nos encontramos". Pero la estrategia comenzó durante las últimas semanas de preparación. "He estado trabajando una forma de entrenamiento con mis entrenadores y mi psicólogo", explica Rojo. "De nada sirve entrenar a unos ritmos similares a cuando corremos en Valencia. Allí corremos a 3 minutos/kilómetro y en París los tres minutos no los vamos a oler. Es importante tener un entrenamiento lógico y una estrategia lógica el día de carrera, quizás siendo un poco conservador al principio para al final recoger a todos los atletas que hayan pecado de optimistas".
Otro tipo de estrategia más improvisada adoptará Tariku Novales, que prefiere ver las sensaciones en el día d y a la hora h: "Salgo y fluyo dentro de la carrera, de las condiciones y de mis sensaciones. Después de conocer el circuito, sé dónde tengo que guardar un poquito y dónde puedo arriesgar dependiendo de mis sensaciones. Por mucho que podamos elucubrar sobre los tipos de carrera, luego puede salir de una manera o de otra. En mi caso, que no soy de tenerlo todo tan marcado, me favorece el hecho de ir sin ningún tipo de expectativa de carrera. Solo estar atento a los puntos de avituallamiento y saber dónde están para cogerlo sin encontronazos ni perderlos, porque si en Valencia son importantes, en París lo van a ser mucho más.