ATLETISMO

Abel Antón y Martín Fiz abordan sin paños calientes la realidad del maratón español: "Es una cuestión de mentalidad"

Los campeones mundiales ponen encima de la mesa la situación actual de su disciplina en España, en esta segunda parte de la tertulia.

Abel Antón (izquierda) y Martín Fiz, en su tertulia en las instalaciones de Vocento. /SALVADOR FENOLL / RELEVO
Abel Antón (izquierda) y Martín Fiz, en su tertulia en las instalaciones de Vocento. SALVADOR FENOLL / RELEVO
José M. Amorós
Andrés G. Armero

José M. Amorós y Andrés G. Armero

El atletismo español ha crecido de forma sobresaliente en varias disciplinas en los últimos años. Sin embargo, tiempos pasados fueron mejores cuando se habla del maratón. Los otrora campeones mundiales Martín Fiz y Abel Antón ponen encima de la mesa, en la segunda parte de su tertulia en Relevo (tras narrar sus batallas en el asfalto en la primera entrega), la situación de la distancia de Filípides en España.

Martín Fiz aborda los Juegos de París, en el que los españoles terminaron en los puestos 34, 41 y 68. "Voy a ser un poco crítico y tal vez alguien se pueda enfadar. A mí viendo los Juegos, en lo que respecta a nuestra prueba de maratón, me daba mucha pena y mucho coraje cuando decían 'es que los atletas españoles lo están haciendo muy bien, es que están sufriendo, mirad las condiciones...'", introduce el vitoriano. "Joder, ¡las condiciones que tuvimos nosotros en Atenas o en Sevilla!. Y ahora entran en el puesto 30, el 20, etcétera, etcétera... con 2h15' y se les perdona la vida. Ojo, que sé que lo tienen difícil", comenta desde el respeto y desde la esperanza de que llegue "cuanto antes un relevo" a la dupla que antaño conquistó con la Roja el mundo.

"Es cuestión de mentalidad. A ver, nosotros creo que teníamos mentalidad de ganadores y, cuando salíamos a una competición, salíamos a ganar. No salíamos a hacer el 30 o el 20", continúa Antón, antes de que Fiz retome su argumento: "El estar allí para nosotros no era un premio, era una competición. Ya hemos llegado aquí… ¡No! El premio fue el mío en Barcelona 92, que conseguí mi sueño. Pero, a partir de Barcelona 92, no había premios. El premio era oro, plata o bronce".

Las leyendas del maratón español, sobre el relevo generacional en España. M. NOVOVITCH / S. FENOLL / S. CERQUEIRA

Antón cree que la clave es la forma de plantear las competiciones. "Yo no concibo que un maratoniano se clasifique para un Mundial y diga 'que voy a correr de atrás adelante, voy a recoger cadáveres y quedo de 15", manifiesta. "Para mí, si un atleta dice que arriesga desde el principio y resulta que llega al km 30, muere y termina el 15, 'chapeau'. Pero lo que no concibo es que tú salgas en un campeonato de atrás hacia adelante. No, tienes que salir a ganador y si no has podido, no lo has conseguido, pues 'chapeau' porque lo has intentado. Por eso lo alabo mucho más que lo otro. Yo salía a competir y salía a ganar. El día que ganaba, ganaba; y el que no, pues quedaba al 20".

Fiz es consciente de que la coyuntura ha cambiado, con la constelación emergente de estrellas de África. "Es verdad que el nivel es muy fuerte, es verdad que los atletas africanos corren en 2:02, 2:03, 2:04 y 2:05 y lo tienen muy muy difícil. Eso es perdonable. Ahora todo se ha especializado. Antes nosotros nos pasábamos con 29 o 30 años a la prueba de maratón. Ahora con 23 años corren que se las pelan", explica antes de recalcar: "Ojalá llegue el relevo lo antes posible. Hay calidad, Yago Rojo, por ejemplo, es un atleta de mucha calidad; la hay, pero al final se tiene que refrendar en las grandes competiciones".

Eso sí, la innovación de las zapatillas de placa de carbono "influye en las marcas, pero no en los puestos", como bien indica Antón. "El que es el mejor seguirá siendo el mejor, y el que es el 200 seguirá de 200, aunque con mucha menor marca que el 200 de antes. Con las zapatillas de ahora, bajaríamos nuestras marcas esos dos o tres minutos". Fiz aprovecha la jugada y se la pone botando: "¿Abel, cuánto crees que hubiésemos hecho tú y yo con esta nueva tecnología? Haile Gebrselassie dice que él habría rozado las dos horas. Date cuenta que los españoles están haciendo ahora 2:05, 2:06, 2:07... ¿Pero nosotros?".

¿Qué marca harían Fiz y Antón con la tecnología actual? M. NOVOVITCH / S. FENOLL / S. CERQUEIRA

Antón recoge el guante: "Mira, Martín, tanto tú como yo no hemos hecho tantas maratones en élite y al máximo nivel. O sea, creo que nuestras marcas, los 2:08, 2:07 en maratón, no es nuestro tope. Creo que podríamos haber hecho menos. Y luego, encima, si tenemos las zapatillas, yo creo que en 2:04 podríamos haber estado". Parece una predicción lógica para un Antón que firmó un 2:07:57 de plusmarca (Londres, abril de 1998), por los 2:08:05 de Fiz (Otsu, Japón, marzo de 1997).

Hacer grandes registros en los 42 km y 195 m no garantiza títulos. Ni antes ni ahora. "Cuando nosotros nos pasamos al maratón, hemos tenido éxitos en maratón. Ni Gebrselassie ni Bekele, que han hecho muy buenas marcas, han conseguido títulos en maratón; cuando en distancias anteriores, en 5.000 y en 10.000, eran campeones olímpicos, recordman mundiales.... Y en maratón no", expone Antón. "No han conseguido títulos, pero han hecho dos buenas marcas, 2:02 y 2:03, y con 'alpargatos', no con las zapatillas de ahora", apunta Fiz, que al igual que Antón está "a favor de las innovaciones tecnológicas".

Antón y Fiz vivieron un maratón menos obsesionado con las marcas personales y más centrado en los metales. "Nosotros éramos unos enfermos de la 'titulitis', nos gustaban más los títulos, ganar, que las propias marcas", enfatiza Fiz, campeón de Europa en Helsinki en 1994 y campeón del mundo en Gotemburgo en 1995. Antón, doble campeón mundial (Atenas 97, con Fiz plata, y Sevilla 99), sonríe. Ambos están deseando ver a los españoles de nuevo en los podios internacionales. Todo ha cambiado en tecnología, pero para todos, y la globalización del atletismo pinta un lienzo mucho más complejo para los corredores de fondo; pero con la mentalidad de ganadores de Fiz y Antón se pueden mover las montañas más altas. Las leyendas del maratón español sueñan en Relevo con que alguien recoja su testigo en la madre de todas las pruebas de resistencia.