WIMBLEDON

Jéssica Bouzas la lía en la central y deja fuera a la campeona Vondrousova

La tenista gallega se enfrentó al partido más emocional de su vida y salió victoriosa (6-4 y 6-2).

Jessica Bouzas celebra en la central de WImbledon /REUTERS
Jessica Bouzas celebra en la central de WImbledon REUTERS
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Londres.- Jugar contra la vigente campeona en un grande genera una sensación agridulce. Por un lado sabes que vas a jugar en la pista central, que quizá vas a jugar el partido más bonito de lo que llevas de carrera. Por otro, claro, tienes que ganar a una rival que, en principio, es mucho mejor que tú, que no eres cabeza de serie y, desde luego, no has ganado un Grand Slam. Para la mayoría es un aprendizaje, pero Jessica Bouzas se lo tomó como una oportunidad para dar un golpetazo encima de la mesa.

Y vaya si lo dio. Marketa Vondrousova no ganará Wimbledon en este 2024 porque una española de 21 años se agarró al partido y la pasó por encima. Bouzas hizo una exhibición de tenis, de casta, de saber leer el partido y movió a su rival, que debería de estar mucho más adaptada a todo ese entorno, hasta el abismo de la eliminación.

Bouzas puede, desde lejos, no parecer la jugadora más apta para la hierba. No tiene el tamaño, no tiene el servicio, pero sí que tiene el tenis. Y, quizá más importante, tiene toda la mentalidad que le faltó a su rival.

El último punto del partido fue una derecha perfecta, cercana al pasillo de dobles, que coronó con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que se salen del rostro. Casi se le escapaba la risa porque, realmente, lo que acababa de hacer era muy especial.

"Al principio estaba un poco nerviosa, pero desde el primer juego estuve cómoda, es un sitio muy elegante, estaba como en casa y, no sé por qué, es la central...", explicaba sin entender muy bien del todo ella misma qué acababa de pasar.

"Voy a celebrarlo con mi equipo, tenemos muchos torneos y momentos difíciles, quiero disfrutar este momento, jugamos duro cada día y ellos saben todo", cerraba en la primera entrevista en la pista central.

Es verdad que Vondrousova estuvo lejos del nivel que mostró la temporada anterior en estas mismas pistas. En el torneo de Berlín tuvo problemas en la cadera y se la vio por momentos desesperada, cometiendo errores un poco absurdos. Lo que pasa es que en esas ocasiones también hay que estar, y eso es lo que hizo Bouzas.

Porque Jessica, en una tradición de los jugadores españoles, supo resistir. No le regales medio punto, no la dejes nada. Puede que no aparezca un golpe ganador, pero al menos no regales nada. Que falle ella, nunca tú. Y así, un golpe tras otro fue minando la moral de su rival, que entraba como sexta jugadora del mundo, pero a buen seguro se desplomará después de no haber podido defender sus puntos en Wimbledon.

Bouzas, es importante recordarlo, tiene 21 años. Es la más joven de las mejores jugadoras españolas, probablemente la que más proyección tiene. En los últimos meses se ha visto en ella un despegue, es una jugadora mucho más madura y capaz.

No es casualidad. Desde que entrena con Roberto Ortega sus resultados han mejorado, ha ido teniendo muy buenos resultados en torneos satélite, los que marcan el camino hacia el circuito general. Entrar en Wimbledon y hacerlo de esta manera, con ese derechazo al mentón, es un paso más en su carrera. Porque lo normal es que en primera ronda el rival del campeón sea un trámite, pero Bouzas es peleona y se ha escapado de ese destino.

"Se me están dando muchas semanas muy buenas y a medida que suba de nivel los retos serán cada vez más difíciles y se notará", explicaba hace unas semanas en una entrevista con Relevo. Esa era la idea, que ahora quedase un tiempo de adaptación de entender su nueva realidad. Lo que pasa es que, por lo menos en Wimbledon, las cosas se han trazado de otra manera. Es cierto, no es más que una segunda ronda pero... ¡qué segunda ronda!