La última confesión de Alcaraz anuncia un cambio de era en el deporte: "Le están perdiendo el miedo a hablar"
El jugador español reconoce sus nervios y explica cómo los ahuyenta, algo imposible hace unas décadas.

La sorpresa fue mayúscula para el periodista británico. Iba dando golpes por el campo de golf cuando, de repente, a unos pocos metros, se encontró a Carlos Alcaraz rebuscando alguna bola que se había perdido. "Es que nunca le pego recta", le comentaba con una sonrisa al día siguiente el murciano en rueda de prensa. Ya es casualidad ir tranquilamente a jugarte unas bolas y que de repente salga en el turno anterior uno de los mejores tenistas del mundo, si no el mejor.
Tiene una doble explicación. La primera es obvia, a Alcaraz le gusta el jugar al golf, como le ocurría a Nadal —y a un número bastante amplio de deportistas profesionales—, porque sin eso no estaríamos aquí. Pero la cosa no termina ahí, salir a respirar el aire fresco, dar un paseo largo, es un modo de terapia.
"Siempre que puedo intento jugar al golf, es algo que me ayuda a apagar la mente un poco y no pensar demasiado, la atmósfera que te da el golf es bonita, es un deporte que me gusta y me ayuda para calmarme, a no pensar sobre tenis. Siempre que puedo lo intento", contaba el tenista español.
Que esté jugando al golf es una buena noticia, porque hasta hace no tanto tenía problemas en el antebrazo y prohibido coger un palo. Es posible que no se acuerden, porque por el camino ha ganado en Roland Garros, pero en la primavera de arcilla había alrededor de Alcaraz cierto regusto pesimista, en buena parte por esa lesión que ya solo es real en el historial médico.
Más allá de eso, los nervios. Porque, por más que no lo parezca, Carlos Alcaraz tiene nervios. Y, lo que quizá es más sorprendente, habla de ellos con naturalidad, asumiendo que forman parte del ser humano y sin darle más importancia. De hecho, tras el partido contra Lajal, todavía en la pista, llega a decir que ha sentido nervios incluso entrenándose en la Central porque es un escenario muy particular y único.
Gema Sancho es psicóloga deportiva y ve en Alcaraz un cambio generacional. "La verdad es que los jóvenes le están perdiendo el miedo a hablar de psicología y están humanizando más a los deportistas. Es un lujo que alguien como él hable de estos temas con tanta naturalidad", explica la especialista.
No tiene esa necesidad de vivir acorazado, es algo que por supuesto tiene que ver con su personalidad, pero también con ser un chico de su tiempo. "Esa normalización de la preparación mental es algo que los psicólogos del deporte hemos necesitado durante mucho tiempo. Cuando yo empecé hace más de 25 años, el panorama era muy diferente", cuenta Eneko Larumbe.
"Yo ahora estoy coordinando un servicio de psicología y coaching para jóvenes del Ayuntamiento de Madrid y los chavales acuden sin ningún problema. Ven al psicólogo como alguien que les ayuda a mejorar en un momento de su vida", explica Sancho.

Rutinas para desconectar
Existen los nervios, pero Alcaraz no les da importancia. "Es algo que espero que se vaya, pero tener esos nervios es bueno si los controlas. Si te controlan a ti las cosas no van del todo bien, pero creo que es algo que sale natural y en cierto modo es bueno. Pienso que Roger o Djokovic o Rafa sentían esos nervios cuando saltaban a la central y si los controlas creo que es bueno", contaba en la conferencia de prensa posterior al partido. Y, aunque es probable que todos ellos tuviesen nervios porque ¿quién no? la verdad es que los deportistas históricamente han hecho lo posible por ocultar lo que ellos sentían como un punto débil.
"Los deportistas son personas y están expuestos a muchas situaciones estresantes a lo largo de su vida. Normalmente, aprenden a manejarlo bien, pero otras sufren bajones emocionales e incluso enfermedades mentales", cuenta Sancho, que recuerda también que Carlitos trabaja regularmente con una psicóloga, Josefina Cutillas, de la Universidad de Valencia, y no solo no esconde esa función, sino que habla con total normalidad del tema.
Coincide en esta opinión el también psicólogo deportivo Eneko Larumbe. "Se nota que ha trabajado con psicólogas del deporte durante su formación y que lo sigue haciendo ahora como profesional", explica. Es decir, no ha llegado como un parche en un momento malo, sino que ha sido parte integral de su formación deportiva.
"Él trabaja con una psicóloga y habla de estos aspectos que trabajará con ella, como si hablara de temas técnicos que trabaja con su entrenador", remarca Sancho. Lo que es obvio es que algo en la sociedad ha cambiado, la salud mental ha pasado de ser un tabú a formar parte de la vida de los jóvenes. Y Alcaraz es un joven diferente en muchas cosas, pero no en esto.
Tanto es así que, cuando se le pregunta a él por sus técnicas de trabajo, él no tiene miedo de explicar cuáles son sus métodos. "Intento tener mis rutinas fuera de pista, no pensar en el partido mucho tiempo. El día antes tienes pensamientos del partido, pero intentamos desconectar hacer otro tipo de cosas, estar con mi equipo, con las personas que está aquí, hacer algún juego... jugar al golf me ayuda mucho. Intento hacer cosas para estar tranquilo, cosas que me gusten fuera de la pista. Más allá de eso, el día del partido tengo mis rutinas de respiración, y trato de pensar en cosas que no son el partido hasta el momento en el que tenga que ponerme y estar concentrado, que es alrededor de una hora o 45 minutos antes", explica.
Alcaraz, tantas veces campeón, receptor de tantos elogios, es al final un tipo normal, alguien que cuando busca mejorar no cree que el único modo sea pasando más horas en la pista.