Analizando las virguerías de Alcaraz con las dejadas: "De niño perdía partidos por abusar"
Es el tenista que más dejadas intenta y el que mejor porcentaje de éxito tiene. "Las disfraza fenomenal", dice el exnúmero uno Jim Courier.
El reloj marcaba ya las cuatro horas y 40 minutos de final. Quinto set. Carlos Alcaraz saca para ganar Wimbledon con 5-4 a su favor en el marcador. Cuatro puntos le separan de la gloria. En el primero, atrevido como siempre, se juega una dejada de revés que se queda en la red. 0-15: la cosa se complica. Pero no le tiembla el pulso. En el segundo, después de un largo intercambio vuelve a hacer otra dejada, esta vez con la derecha, y gana el punto. Es la sangre fría, la valentía. Puro Carlitos Alcaraz.
Ahora mismo no hay ningún tenista en el planeta que domine el arte de la dejada como lo hace el murciano. Los datos dicen que es el jugador que más dejadas hace y el que mejor porcentaje de éxito tiene. No se dejen engañar por ese brazo musculado que parece de dibujos animados, porque es el más sutil de todos los que sostienen una raqueta en la mano. Hace auténticas virguerías.
"Se ha convertido en una de sus señas de identidad. Dentro de poco vamos a ver a todos los niños jugando así, yo lo estoy empezando a ver"
Entrenador de Alcaraz"Disfraza fenomenal las dejadas", decía en Roland Garros Jim Courier, exnúmero uno y campeón de cuatro Grand Slam. "Cambia la empuñadura muy tarde en sus dos golpes y eso le ayuda. Además, por la pura fuerza que tiene en sus golpes le permite crear más espacio en la pista".
Ahí está una de las claves para que una dejada sea efectiva. Porque aunque es el golpe más lento de todos, necesitas mucha fuerza para poder llevarlo a cabo. Sí, has leído bien: la dejada se hace cuando el rival está lejos de la línea de fondo, y para ello necesitas tiros potentes. Pum, pum, pum y una vez que el jugador al otro lado de la red está uno o dos metros por detrás de la línea de saque, pim, Alcaraz se saca una dejada de la chistera.
Sus rivales lo saben, pero poco o nada pueden hacer. Por lo bien que las ejecuta y por lo bien que las esconde. Coco Gauff, una de las grandes promesas del tenis femenino, se refería asía la "magia" de Alcaraz. "Obviamente yo no estoy en la pista jugando contra él y lo veo por la televisión, pero nunca le puedo leer las dejadas. Es un jugador muy atlético y se mueve y se esconde tan bien, que no sabes qué tiro va a hacer", decía la estadounidense.
El mejor del mundo haciendo dejadas
Hace unos meses, en febrero, la ATP publicó un estudio que reveló que Carlitos fue el mejor del mundo haciendo dejadas en 2022. De enero a noviembre de 2022, Alcaraz fue el tenista que más dejadas intentó y que mejor porcentaje de acierto tuvo. Según la ATP, los jugadores hicieron de media 1,9 dejadas decisivas (aquellas en las que el punto acaba con la dejada) por partido: 0,85 son con la derecha y 1,05, con el revés. El porcentaje medio de acierto fue de 51,5% en el caso de las dejadas con la derecha y de apenas el 39,7% con el revés.
Como se puede ver en la tabla, Alcaraz destrozó esas estadísticas: hizo una media de 2,83 dejadas decisivas con la derecha (un 67,7% de acierto) y de 1,34 con el revés (52,1% de acierto). Es decir, un total de 4,7 dejadas decisivas por partido (por las 3,55 de Djokovic y las 2,13 de Nadal). Sus números fueron todavía mayores en tierra batida, con una media de 5,65 dejadas decisivas por partido. Recordemos que en esas estadísticas no están contabilizadas todas las dejadas intentadas, sino únicamente las que suponen el final del punto.
«De niño perdía partidos por abusar de las dejadas»
Alcaraz a veces abusa tanto de las dejadas que pone nerviosos hasta a los miembros de su equipo. Sin embargo, entienden que es una de sus mejores armas y que si las hace, es porque la confianza está disparada. "Le dan mucho rendimiento cuando no abusa en exceso", cuenta a Relevo Antonio Martínez Cascales, uno de sus entrenadores, pocas horas después del triunfo en Wimbledon.
"En la final, por ejemplo, Djokovic le pillaba todas, pero llegó un momento avanzado el partido en el que Carlos consiguió hacerle varias que le dejaron fuera de combate. Cuando mejor es el rival, y en este caso estamos ante el mejor d todos, jugar con un exceso de dejadas no es bueno", añade Martínez-Cascales. "Yo recuerdo que de niño perdía partidos por abusar de las dejadas, pero al final es algo que le suele salir tan bien, tiene tanta confianza, que se ha convertido en una de sus señas de identidad. Dentro de poco vamos a ver a todos los niños jugando así, yo lo estoy empezando a ver".