TENIS | US OPEN

El descalabro de Alcaraz en el US Open lleva semanas cocinándose: "Tengo que reflexionar al respecto"

El español sufre la derrota más dura de su carrera en Grand Slam. "A lo mejor soy un tipo de persona que se exige más de la cuenta", dice.

Carlos Alcaraz, durante la derrota ante Van de Zandschulp en la segunda ronda del US Open. /CHARLY TRIBALLEAU / AFP
Carlos Alcaraz, durante la derrota ante Van de Zandschulp en la segunda ronda del US Open. CHARLY TRIBALLEAU / AFP
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Es en Nueva York, en el estadio de tenis más grande y ruidoso del mundo, el lugar donde allá por 2022 inscribió por primera vez su nombre entre los grandes, donde Carlos Alcaraz sufre la peor derrota de su carrera en un Grand Slam. Un inapelable 6-1, 7-5 y 6-4 ante Botic van de Zandschulp, total desconocido para el gran público, que corta una impresionante racha de Carlitos -15 triunfos seguidos en los grandes- y que le revuelve los pensamientos.

La derrota en la segunda ronda del US Open le aleja una barbaridad del número uno y únicamente un final de temporada excelso -teniendo en cuenta de que septiembre a noviembre es cuando peores resultados consigue- le acercaría a ese primer puesto del trono en el que se sienta Jannik Sinner pese al huracán sobre su caso de doping. Alcaraz abandona la Gran Manzana con 7.360 puntos, 2.000 menos que el italiano ahora mismo. Un mundo.

Pero más allá de los puntos y del ranking -algo secundario ahora mismo para Alcaraz-, lo que le tiene al murciano en vilo es el desplome de su cabeza en las últimas semanas. Porque para explicar lo que ocurrió en la pista Arthur Ashe en la noche del jueves hay que rebobinar: primero, al torneo de Cincinnati hace dos semanas, donde Alcaraz se despidió en primera ronda reventando una raqueta contra el suelo; y segundo, a la tierra batida que tanto le ha dado en este verano mágico y a la hierba de Londres.

"Lo que siento es que en lugar de dar pasos hacia delante, he dado pasos hacia atrás en el tema de cabeza. No entiendo por qué. Venía de un verano espectacular, de Roland Garros, de Wimbledon, saliendo de ahí pensando que había dado un paso hacia delante, en el que me di cuenta de que para ganar grandes cosas hay que estar duro de cabeza. Vengo a esta gira y siento que he dado pasos hacia atrás. Que mentalmente no estoy fuerte, sin saber responder a los problemas", argumentaba Alcaraz en los micrófonos de la sala de prensa del US Open masticano todavía esa derrota sin paliativos ante el número 74 del ranking ATP.

Un verano glorioso pero extenuante

"Ha sido un verano muy exigente, con un calendario muy apretado. He tenido mis momentos de desconexión. Siento que me estoy conociendo todavía y puede que como persona necesite más tiempo. Tengo que conocerme más, lo que necesito. A lo mejor soy un tipo de persona que se exige más de la cuenta", añadía el murciano de 21 años tras poner punto final al último Grand Slam del curso.

Ese "a lo mejor soy un tipo de persona que se exige más de la cuenta" explica bien quién es Alcaraz y su proceso de maduración. El de El Palmar nunca ha escondido que su ambición es sentarse algún día en la mesa de los Roger Federer, Novak Djokovic y Rafael Nadal, pero también es cierto que está descubriendo lo duro y exigente que es el camino hacia la cota más alta del deporte.

"Probablemente, estoy pagando el peaje de un verano muy cargado. El calendario del tenis es muy duro. Me tomé un tiempo después de los Juegos Olímpicos y pensaba que sería suficiente para recargar mis energías"

Carlos Alcaraz

Ganar Roland Garros, Wimbledon y una plata olímpica en dos meses conlleva un esfuerzo mesiánico. No sólo a nivel físico -hablamos de 25 partidos de máxima exigencia en los últimos tres meses-, sino a nivel mental. Por eso, conquistar Grand Slam de forma regular está sólo a la altura de los más grandes.

Liberar la cabeza ha sido siempre una prioridad para el español, tal y como demostró yéndose de fiesta a Ibiza tras ganar Roland Garros o como cuando alquiló un barco para perderse por Baleares tras su plata olímpica. Pero eso le ha dejado también una lección: las baterías no se recargan tan fácilmente cuando tienes encima la exigencia de querer comerte a bocados el mundo.

"Probablemente, estoy pagando el peaje de un verano muy cargado. El calendario del tenis es muy duro. Me tomé un tiempo después de los Juegos Olímpicos y pensaba que sería suficiente para recargar mis energías. Creo que he venido con menos energía de la que pensaba que tendría. No quiero que sirva como excusa. Soy un tenista que necesita más tiempo para llegar bien a estos torneos. Tengo que reflexionar al respecto".

Conviene no olvidar que el que habla ha levantado con 21 años cuatro Grand Slam y que cerrará el 2024 como campeón de Roland Garros, Wimbledon e Indian Wells como mínimo. ¿Quién no firmaría esta temporada año tras año?

La Davis, las ATP Finals y el Six Kings Slam en el horizonte

Acabado el curso de los cuatro grandes, a Alcaraz le quedan todavía muchos retos por delante en este 2024. Su regreso a las pistas será a mediados de septiembre en Valencia, donde intentará clasificar a España a las Finales de la Copa Davis. Después viajará a Berlín para disputar la Laver Cup y luego arrancará ya la gira final de la temporada con paradas seguras en Pekín, Shanghai, París y las ATP Finals de Turín. Entre medias, disputará el Six Kings Slam en Arabia Saudí, el torneo que repartirá el mayor botín de la historia del tenis.