ROLAND GARROS

Casper Ruud ya está en semifinales y mira a los ojos a Alcaraz y Djokovic

El noruego pasa por encima de Holger Rune en cuartos de final y se cita con Alexander Zverev en la penúltima ronda de su Grand Slam favorito.

Casper Ruud, durante su partido de cuartos de final ante Holger Rune. /GETTY
Casper Ruud, durante su partido de cuartos de final ante Holger Rune. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Como Alcaraz, como Djokovic, como los grandes tenistas del planeta, Casper Ruud, el número cuatro del ranking mundial y vigente subcampeón de Roland Garros, ha tumbado con autoridad este miércoles a Holger Rune en algo más de dos horas y media (6-1, 6-2, 3-6, 6-3) y ya está en semifinales del Grand Slam parisino, donde le espera el alemán Alexander Zverev.

El noruego, intratable durante casi todo el encuentro, arrasó a su rival sin mover un solo músculo de más, sin muecas, sin gestos. Sin estridencias. Punto a punto, Ruud impuso su poderío en tierra batida, esa a la que se agarra cuando peor van las cosas, y, tras dos primeros sets impecables y un cuarto igual de contundente, ya está a un solo paso de otra final.

En el otro lado, el polémico Rune, de 20 años, como Alcaraz, tenista explosivo, de físico portentoso, pero también de altibajos, tardó en despertar, y no fue hasta el tercer set, ya con el agua al cuello, cuando dio un volantazo al partido y comenzó a dominar con su derecha para tratar de sembrar dudas en la mente de Ruud.

Insuficiente en cualquier caso, ya que el tenista escandinavo, siempre calmado, a lo suyo, como si las protestas y gritos constantes del joven danés no fueran con él, recuperó sensaciones en el cuarto set y no dejó escapar el partido. Victoria y billete para las semifinales, segundas consecutivas, con un ojo en la otra semifinal, la de Carlitos y Nole. Rune, por su parte, vuelve a decir adiós en cuartos de final y, pese a todo, con mucho espacio de mejora por delante, repite su mejor resultado en un Grand Slam.

Zverev, de nuevo en semifinales

En el primer turno del día, antes de que cayera la noche en París, Alexander Zverev, número 22 del ranking mundial, superó al argentino Tomás Martín Etcheverry en un partidazo que dejó al público con ganas de más (6-4, 3-6, 6-3, 6-4).

El argentino, que venía de eliminar a hombres como De Miñaur o Coric, despertando las comparaciones con otro ilustre albiceleste —Juan Martín del Potro—, se despidió de la capital francesa con buenas sensaciones y, lo que es más importante, el mejor resultado de su carrera en Grand Slams.

Con todo, a sus 26 años, Zverev repite semifinales de Roland Garros después de un año complicado, repleto de dudas, y en la misma central donde hace justo un año tuvo que abandonar un épico duelo ante Rafa Nadal por un esguince que le obligó a dejar la pista en muletas.

Tras el encuentro, Zverev, habitual de estas rondas hace no tanto, alejado últimamente del gran foco —al que ha vuelto por una polémica decisión de la organización de Roland Garros respecto a su condición de diabético—, ha reconocido en rueda de prensa que estar de vuelta le sienta la mar de bien: "Ojalá me queden dos partidos más por delante, estoy muy feliz por poder estar aquí".