Sobrevivir a un calabozo, al Covid-19 y a la muerte de una hermana para tocar techo en Roland Garros
Tomás Etcheverry disputará ante Zverev sus primeros cuartos de final de un Grand Slam.

"Es el día más feliz de mi vida". Y no es para menos. Tomás Etcheverry (Argentina, 1999) se clasificó por primera vez para los cuartos de final de un Grand Slam tras superar a Yoshihito Nishioka en Roland Garros. "Estoy muy emocionado ahora mismo, también muy feliz", reconoció el argentino en rueda de prensa.
Hijo de abogados y fanático de Novak Djokovic, su pasión por el tenis comenzó cuando tan sólo tenía cuatro años. Sus padres le regalaron un palo y una pelota que hicieron las veces de su primera raqueta. "Jugaba yo sólo cuatro horas cada día hasta que un día pedí a mis padres que me apuntasen a clases de tenis", señaló, en una entrevista a Clarín. Su potencia en las derechas y su agilidad en la pista, además de su altura (1.96 metros) recuerdan a Juan Martín del Potro, con el que muchos ya le comparan.
Desde 2020 hasta 2021, la vida de Etcheverry fue una odisea. Primero, fue deportado y detenido en el Aeropuerto de Colonia por superar la estancia máxima (90 días) en países que pertenecen a la Comunidad Económica Europea. Después de ser retenido en un calabozo 24 horas y liberado gracias a su familia y emisarios del ATP, testar positivo por COVID-19 supuso un nuevo revés para el argentino, que en 2022 perdió a Magalí, su hermana, por cáncer de mama. Después de doblegar a Nishioka en tres sets, no dudó en dedicarle el triunfo a ella, algo que ya es tradición.
"Antes de un saque, dije: 'Magui, por favor, ayúdame' y me ayudó. Metí un ace".
— Set Tenis (@settenisok) June 5, 2023
🥺 La hermana de Etcheverry falleció el año pasado.
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Pero en 2022 no todo fueron malas noticias. En abril de ese mismo año, Etcheverry fue finalista del Challenger de México y se coló por primera vez en el Top 100 del ranking mundial. Desde entonces, su tenis ha evolucionado y su carta de presentación en Roland Garros está siendo impoluta: "He trabajado mucho para estar aquí. Cambié también la técnica en el saque, la derecha y el revés. Hubo grandes cambios también a nivel mental: cómo planear cada partido y cómo ver el tenis de otra manera".
En Roland Garros, torneo que comparte nombre con su perro, Etcheverry está desplegando su mejor tenis. Inició el torneo en el número 49 del ranking mundial, pero sus condiciones físicas, técnica individual y plasticidad están catapultando al argentino, que se medirá a Alexander Zverev en cuartos de final de París. "Tiene más experiencia que yo, pero estaré centrado en mí, en no adelantarme, en pensar siempre en el siguiente punto... Tendré que jugar mi mejor tenis", aseguró el de La Plata, sobre el que será su próximo rival.
Consciente de su juventud, sabe que todavía tiene que cosas que mejorar: "Creo que puedo incorporar más cosas, tengo margen". Hasta ahora, Etcheverry no ha concedido ningún set y se ha enfrentado a rivales como Jack Draper, Alex de Minaur (19° en el ranking), Borna Coric (16°) o Yoshihito Nishioka (33º). Con una historia de película y un tenis cada vez más completo, el argentino buscará seguir haciendo historia.