Así se vivió el apagón en la Caja Mágica: duchas prohibidas, cartas y tenistas sin saber dónde dormir
La incertidumbre consume la paciencia de aficionados, tenistas y empleados del Mutua Madrid Open tras el corte de electricidad que ha afectado este lunes a España y Portugal.
Son las doce y veinte del mediodía y en la pista 3 de la Caja Mágica, la jovencísima Mirra Andreeva, discípula de Conchita Martínez, encarrila su partido de octavos de final ante la ucraniana Yuliia Starodubtseva. Con 6-1 y 5-4 en el marcador a favor de la rusa, y con ambas jugadoras hidratándose en los banquillos, la música se corta de golpe y los videomarcadores se van a negro.
Ante lo que parece un corte de luz, el juez de silla eleva el tono para, primero en castellano y después en inglés, informar a los cientos de espectadores que siguen el partido desde las gradas de que ha habido un problema técnico y que el duelo continuará sin electricidad, algo que, entre otras cosas, imposibilitará el uso del ojo de halcón que tanta cola ha traído en este Mutua Madrid Open.
Poco después, justo antes de que el reloj marque las doce y media, Andreeva certifica su billete a los cuartos de final. En ese momento comienza lo que ya se puede denominar como una de las jornadas más insólitas jamás vividas en la Caja Mágica. El 'speaker' del partido, esto es, la persona encargada de presentar a las jugadoras al inicio del choque, se persona en el centro de la pista y, a viva voz, se dirige a los espectadores. "Por respeto a ustedes y a las propias jugadoras, vamos a darle el trato que se merece a la ganadora", exclama.
Es ahí cuando el hombre se despoja de su chaqueta y, ante el silencio expectante de las gradas, se agacha para coger aire y gritar a todo pulmón: "Mirraaaaaaaaaaa….. ¡Andreeeeeeva!". A pocos metros, la propia tenista rusa es incapaz de aguantar una carcajada de asombro. Todo es buen ambiente, aplausos e incluso bromas ante una situación insólita, sí, pero de la que poco o nada se conoce todavía.
Una hora después, a la una y media, con la confirmación de que lo que ha dejado sin luz al recinto no es una circunstancia menor sino un corte de electricidad que ha afectado a toda la Península Ibérica, las risas comienzan a apagarse poco a poco.
La estadounidense Coco Gauff, número 4 del ranking WTA, acude a la zona mixta para atender a las decenas de periodistas que, sin electricidad, poca cosa pueden hacer más que aprovechar cualquier oportunidad para hablar con las tenistas. "Estoy feliz por haber podido cumplir con mi parte [ganó su partido de octavos antes del apagón] y de no tener que preocuparme por la incertidumbre que está afectando a otros compañeros ahora mismo", explica con una sonrisa. "La verdad es que no me he podido duchar, no nos han dejado, y ni siquiera sé si voy a poder volver al hotel, porque los semáforos no funcionan en toda la ciudad".
Pasadas las dos de la tarde, la incertidumbre no deja de crecer. La jornada aún no se ha suspendido —el anuncio oficial no llegará hasta las 16:32 horas—, por lo que tanto aficionados como jugadores matan la espera como buenamente pueden. En los aledaños del estadio Manolo Santana, en la planta cero del recinto, cientos de personas deambulan y buscan dinero en efectivo para comprar algo de comida.
Varias plantas más abajo, en la zona reservada para los tenistas, el búlgaro Grigor Dimitrov, cuyo partido se ha suspendido en la pista central con 6-4 y 5-4 a su favor, pasea en sandalias mientras conversa con su familia por videollamada. Tras pelotear durante algo más de media hora en la pista central, Aryna Sabalenka, número uno del ranking WTA, charla y ríe con su equipo en el restaurante reservado a los deportistas mientras, en la mesa de al lado, el ruso Karen Khachanov, 25ª raqueta del ranking ATP, juega a las cartas con su cuerpo técnico.

En las gradas de la Manolo Santana, más de un millar de personas se refugian del sol y esperan, confiados ante una posible reanudación de la jornada. "Hemos podido ver un partido de dobles y un ratito del final de Andreeva", lamentan a Relevo dos aficionados mexicanos hospedados en el madrileño barrio de Salamanca. "Ahora acaban de sacar sillas para los jueces de línea, así que vamos a ver, ¡esperemos que signifique algo!".
La conversación con ambos espectadores, sin embargo, se interrumpe de golpe por un grito. Llega del otro lado de la grada. Se trata de una aficionada que se deja la garganta para entretener la espera de toda la pista central. "¡Camareeeeero! ¡Camareeeero! ¡Una de champiñones!", canta, esperando una respuesta general que no tarda en llegar. "¿Una de champiñones?", replica gran parte del estadio. Y entonces, al unísono, llega la fiesta bajo el sol: "¡Champiñooooones, champiñoooones, oé, oé, oéeeee!".
Media hora después, a las cuatro y media de la tarde, justo en el momento en el que se cumplen cuatro horas sin electricidad en la Caja Mágica, la organización del Mutua Madrid Open se dispone a informar de manera oficial de lo que se ha decidido en las tripas del estadio, donde, tras caminar por pasillos sin apenas iluminación, se encuentra el despacho de Feliciano López, director del torneo. "Por motivos ajenos [...] y para garantizar la seguridad, el apagón general que ha afectado a España este lunes 28 de abril, obliga a suspender tanto la sesión de día como de noche", lamentan. La actividad, si todo va bien, se retomará este martes.